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ENTREVISTA. Luis álvarez, geógrafo y académico de la PUCV:

"Es un error enfocarse solo en buscar a quien produce el fuego"

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Constanza Peña

Tras la confirmación de la intencionalidad del incendio en Quilpué, que encendió las alarmas de la opinión pública y las autoridades, la Cámara de Diputados retomará la discusión de la iniciativa que busca prohibir la instalación de inmobiliarias en zonas arrasadas por el fuego. El proyecto -impulsado por Diego Ibáñez (CS)- ha sumado apoyo desde diversos sectores, pero el geógrafo Luis Álvarez lo observa con un ojo crítico. Asegura que esta solución, a su juicio, es reduccionista y podría afectar la regularización de tomas de terreno y asentamientos precarios.

- ¿A qué se debe la cantidad y agresividad de los incendios en la región?

- Nuestro bosque nativo y nuestras plantaciones no son pirófitas, es decir, no está en su naturaleza inflamarse. Técnicamente, la única forma de que estos incendios se produzcan es por la acción humana, accidental o deliberada. Esto obviamente es un problema, pero es un error enfocarse solo en buscar a quien produce el fuego. Efectivamente hay que castigarlos, pero cuando se genera un incendio como los que estamos viendo, lo que ocurre es que el fuego se proyecta por las condiciones del entorno, abandonado, degradado ambientalmente, que generan este escalamiento que los vuelve incontrolables. La ausencia de los propietarios, que tienen suelos en estado de abandono, la existencia de lugares clandestinos y el acumulamiento de basura, todo eso genera un caldo de cultivo para que el fuego se proyecte de forma dramática. A eso hay que sumarle tema ambiental: una mega sequía de ya más de ocho años, que va a seguir prolongándose, generando bajos niveles de humedad y una masa conductible extremadamente seca. Hay que concentrar los esfuerzos en manejar ambientalmente el fenómeno para controlarlo, y fundamentalmente hacer un trabajo con los propietarios, porque en muchos casos son suelos que no se ocupan para ninguna actividad que genere una dinámica de permanencia que haga las labores de resguardo y seguridad para que no se expanda el fuego.

- Se ha instalado la idea de que detrás podrían haber intereses inmobiliarios. ¿Qué opina de prohibir estos proyectos en los suelos incendiados?

- Es un extremo reduccionismo para enfrentar un problema mucho más serio. Reduccionismo porque puede haber especuladores, puede haber un interés detrás de una acción inmobiliaria, pero si yo me concentro en eso no voy a abordar el problema desde una perspectiva de reducir la propagación de incendios. No es tan fácil como decir que hay una actitud de las inmobiliarias de desarrollar todo lo que se ha siniestrado, porque existen planes reguladores que indican dónde están las áreas urbanas que efectivamente se urbanizan: eso está focalizado. Que se investigue también este tema, pero no nos olvidemos del problema de fondo.

- ¿Cree que el foco debería ser la prevención?

- Efectivamente. Pero también creo que es importante que se entienda que hay otros aspectos legales que podrían adoptarse para poder hacer restauración y control sobre las plantaciones remanentes de antiguas actividades silvícolas, porque son los mayores focos combustibles que tenemos. También, por cierto, darle más capacidades a los ámbitos locales, que tienen muchas competencias sobre el área urbana pero no sobre los contextos rurales, y poseen una perspectiva que los municipios deberían considerar. Y lo que creo que es fundamental: involucrar a aquellos propietarios negligentes que nosotros llamamos "propietarios ausentes", porque el abandono es un verdadero delito. Yo te aseguro que muchos propietarios hoy ni siquiera saben que su propiedad se quemó.

- ¿Cree que la aprobación de una ley de este tipo podría tener efectos negativos?

- Uno de los grandes problemas es que gran parte de los extramuros son suelos rurales, y es ahí donde la población más modesta, que no tiene condiciones para acceder a la vivienda, naturalmente hace las tomas. Gran parte de ellas, yo diría casi todas, existen en suelos siniestrados. Si impedimos que se pueda construir en estos sectores, a lo mejor no podríamos continuar con los proyectos de desarrollo social. Por otro lado, las tomas -que por general aquí en el Gran Valparaíso siguen un proceso natural de regularización- también pasan por un proceso que involucra un cambio de uso de suelo. Entonces no podría haber un cambio de uso suelo para ninguno de los grandes asentamientos precarios que tiene el Gran Valparaíso, y que el Estado, por no tener capacidad de enfrentar los déficits habitacionales, al final termina regularizando. La acción inmobiliaria hay que entenderla como toda la acción de desarrollo de la ciudad, por tanto, también hay una acción inmobiliaria que es modesta, y a eso le llamamos tomas o asentamientos precarios. Es mucho más grande que cualquier acción privada fuera de los límites urbanos: es cosa de mirar cómo están las ciudades. Más que una solución orientada a resolver un problema y entenderlo territorialmente, yo veo el proyecto -a propósito del diputado que lo presenta- como algo más ideológico respecto de las inmobiliarias.

"En muchos casos son suelos que no se ocupan para ninguna actividad que genere una dinámica de permanencia que haga las labores de resguardo y seguridad".

Conaf alerta sobre áreas protegidas en riesgo por incendios

PROYECCIÓN. Director regional evaluó daños por el fuego en Reserva Peñuelas.
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Luego de que un nuevo incendio forestal afectase el área protegida por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) en la reserva nacional de Peñuelas, Sandro Bruzzone, director de la institución en la Región de Valparaíso, advirtió sobre la vulnerabilidad de este tipo de recintos ante la inminencia de nuevos eventos similares. "No estamos ajenos a la posibilidad de que ocurra nuevamente, ya sea aquí o en otra unidad del país", sostuvo.

Según advirtió, la sequía que ha azotado a las áreas silvestres de la región ha provocado que cada vez sea mayor la cantidad de material combustible, que podría exacerbar tanto el surgimiento del fuego como su propagación a una rápida velocidad y la dificultad para controlar las llamas. Hace pocas semanas, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) confirmó la llegada a Chile del temido fenómeno de La Niña, que adelanta un verano seco y vuelve aún más negativas las proyecciones sobre la escasez hídrica. Por este motivo, se espera que el riesgo de incendios para este año sea aún mayor.

Bruzzone asegura que, además de esta reserva, preocupa la posibilidad de que un siniestro afecte a grandes áreas naturales, tales como el Parque Nacional La Campana. "En la región también está la Reserva Nacional El Yali, que tiene menos recursos forestales, pero cualquier incendio podría propagarse por su pastizal y el efecto sería muy severo, especialmente para su avifauna. Igualmente, en el Santuario de La Naturaleza Laguna El Peral, donde también hay una cantidad de aves muy importante. O en el Parque Nacional Juan Fernández, que sería verdaderamente catastrófico", dice.

Daño en peñuelas

"Estamos hablando de una superficie que todavía no hemos determinado -superior a 100 hectáreas- y aún también debemos definir los tipos de formaciones vegetales que fueron afectadas", reveló el director regional sobre los daños provocados por el fuego en la reserva.

Esta vez las llamas se desviaron hacia los predios vecinos, evitando que su propagación se extendiera dentro de este sitio. Algo distinto a lo que ocurrió el año pasado, resultando en la devastación de una superficie superior a las mil hectáreas dentro del recinto.

"Todos los incendios causan un daño del cual cuesta recuperarse. En este caso se trata de bosque nativo y de plantaciones forestales en una exposición sur, que podría tener una recuperación más breve frente a laderas de exposición norte. Pero de todas formas son daños que se recuperan en largos plazos, porque debe producirse todo un ciclo de reproducción de especies para que vuelvan a generarse las condiciones en que se encontraba el lugar originalmente", indicó Bruzzone.

Tal como en ocasiones anteriores, el llamado del representante de Conaf a la ciudadanía apunta a la precaución. "Prevenir es mucho más fácil que combatir, controlar y extinguir un incendio. Tengamos una conducta preventiva", recalcó.

"Son daños que se recuperan en largos plazos, porque debe producirse todo un ciclo de reproducción de especies".

Sandro Bruzzone, Director Regional de Conaf

100 hectáreas de la Reserva Nacional de Peñuelas resultaron en primera instancia afectadas por el incendio.