Dramáticas proyecciones de sequía a nivel regional ponen en alerta al sector agrícola
MEDIO AMBIENTE. La zona podría experimentar alzas de temperatura de casi 2°C y una importante disminución en los caudales de los ríos Petorca, La Ligua y Aconcagua. Organismos afectados plantean líneas de acción.
Un escenario complejo con proyecciones aún más negativas retrata la actualización del Balance Hídrico Nacional, realizada por académicos de la Universidad de Chile para la Dirección General de Aguas (DGA). Para el período 2030-2060, el trabajo vaticina un 25% menos de lluvias para la zona centro, bajas en los caudales de las distintas cuencas, y una escasez de agua que podría alcanzar un 50% en el norte y centro del país.
El estudio también confirma, por ejemplo, que el caudal del río Petorca se redujo a la mitad en solo siete años, y que la situación se ha repetido -con variaciones- en la mayor parte de las localidades de Chile. Los datos regionales coinciden con la información publicada en el último boletín mensual de la DGA, que advierte una tendencia constante a la baja en los acuíferos del río Petorca y Aconcagua, así como fluctuaciones en el río de La Ligua.
Según asegura Gerson Peña, académico de la Escuela de Agronomía de la Universidad de Las Américas, "los antecedentes corroboran que el cambio climático es una realidad que se hará sentir con mayor intensidad en los próximos años, ocasionando cambios en las zonas geográficas del país e impactando enormemente las actividades agrícolas".
Impacto en agricultura
"En la región de Valparaíso la situación es preocupante en algunos casos, y dramática en otros, respecto de la falta de agua que viene presentándose hace más de una década. Como agricultores pensábamos que esto iba a mejorar con las lluvias que tuvimos el año pasado, pero la verdad es que la demanda hídrica en Chile ha aumentado por todos lados", sostiene Cristian Muñoz, presidente de la Asociación Gremial de Productores y Exportadores de Hortalizas (Hortach).
Jorge Valenzuela, presidente de la Federación de Productores de Frutas de Chile (Fedefruta), manifiesta una situación similar.
"Lo que tiene trabado nuestro crecimiento es definitivamente el tema del agua. Se ve a nivel nacional y en las distintas regiones. En el Aconcagua, en particular, ha sido duro desde siempre, pero cada vez es más complejo. Ni siquiera el covid, con todo lo que hemos tenido que adaptarnos, ha sido una traba tan grande como la falta de agua", dice.
Distintas propuestas
Ante las proyecciones poco optimistas, distintas soluciones productivas han sido mencionadas como alternativas para paliar el efecto de la crisis. De esta forma, el Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), al servicio del Ministerio de Agricultura, propuso un proceso de reconversión de los cultivos. Jojoba, lúcuma, pistacho y frambuesa fueron las especies frutícolas sugeridas para su introducción, tras un análisis proyectado sobre su comportamiento en la zona que rodea el Aconcagua.
"Las actividades agrícolas tendrán que utilizar nuevas especies y variedades tolerantes a la sequía y altas temperaturas, invertir en tecnología hídrica para hacer más eficiente el uso de este recurso, y trasladar las zonas productivas cada año más hacia el sur del país", asegura el ingeniero agrónomo de la UDLA, quien recomienda priorizar en la agenda país la discusión en cuanto a la administración y gestión de los recursos hídricos.
Petición de los gremios
Desde las agrupaciones ligadas al mundo agrícola, sus solicitudes a las autoridades han seguido esta misma línea. Por ejemplo, en Hortach apuestan por impulsar la tecnificación del riego hortícola, que según señalan, estaría en desventaja frente a cultivos tales como las frutas. "Estamos despilfarrando la poca agua que tenemos. Hace falta una visión de futuro, no reactiva, en el sentido de hacer mayores aportes, sobre todo a los agricultores pequeños y medianos, para que se puedan tecnificar", manifiesta el presidente de la asociación gremial, Cristian Muñoz.
En Fedefruta, lo que solicitan a grandes rasgos es un mayor desarrollo de la infraestructura, ejecutado mediante matrices hídricas por región, río o valle. Según comenta Jorge Valenzuela, su representante, "la inversión en infraestructura hídrica es para nosotros un gran talón de Aquiles, porque es una decisión política, y cuando la política no quiere invertir en agua, no hay mucho que podamos hacer".
Cabe señalar que, en algunas localidades, los efectos de la escasez hídrica han ido más allá de sus alcances agrícolas.
En Petorca, por ejemplo -la comuna más extensa de la región, cuya principal actividad económica es la agricultura- sus habitantes viven desde 2016 con una disponibilidad de 50 litros al día por cabeza. El agua del río simplemente ya no logra cubrir sus necesidades.
25% menos de lluvias pronostican para la zona central del país en el horizonte 2030-2060.
2° Celsius se proyecta que aumentarán las temperaturas en la zona interior de la región.