Grandes desafíos para la nueva educación pública
En el Servicio Local ya comienzan a trazar los lineamientos y a trabajar en el complejo año escolar que viene en Valparaíso. Definir directivos, reforzar la infraestructura, aumentar las matrículas y prepararse para marzo, son parte de las tareas que tienen que enfrentar.
Poco más de dos semanas han transcurrido desde que se hizo oficial el traspaso de la educación municipal porteña, desde la Corporación Municipal de Valparaíso (Cormuval) al flamante Servicio Local de Educación Pública (SLEP), acción que se enmarca en la Ley 21.040 -que entrega los lineamientos para la creación de esta institución- e involucra a 66 establecimientos de las comunas de Valparaíso y Juan Fernández.
De acuerdo a lo estipulado por la normativa que los rige, los SLEP tendrán por único objetivo "proveer, a través de la red de establecimientos educacionales de su dependencia, el servicio educacional en los niveles y modalidades que corresponda, velando por la mejora continua de la calidad de la educación pública", teniendo entre sus atribuciones y funciones "administrar los recursos humanos, financieros y materiales del servicio y los establecimientos educacionales de su dependencia; diseñar y prestar el apoyo técnico pedagógico a los establecimientos educacionales de su dependencia; implementar iniciativas de desarrollo profesional para los funcionarios y trabajadores del servicio".
En cuanto a sus responsabilidades, se encuentran el "proveer una oferta curricular acorde al currículum nacional, pero pertinente al contexto local; implementar un sistema de monitoreo y seguimiento del progreso de los aprendizajes; desarrollar iniciativas de apoyo y atención diferenciada tanto en las actividades curriculares como extra-curriculares, velar por el acceso de sus estudiantes a recursos para el aprendizaje, tecnología y bibliotecas". Además, deben asegurar que cada establecimiento cuente con un máximo de 35 alumnos por curso.
No son pocos los desafíos que deberá afrontar el nuevo organismo a cargo de administrar los establecimientos tanto en Valparaíso como en el archipiélago. Por lo pronto, y si bien no es traspasable, la cuantiosa deuda de la Cormuval en el ámbito educativo, la cual asciende a más de $282 millones, podría presentar algún tipo de conflicto con el profesorado que a la par de las funciones que debe desempeñar, estará muy atento a que los dineros sean subsanados.
Asimismo, una importante labor será la que desarrollen en el ámbito de la infraestructura, no solo por la situación crítica que pueda encontrarse un establecimiento u otro, sino también pensando en un regreso a clases que, si todo sale de acuerdo a lo planificado, está a la vuelta de la esquina y se debería desarrollar de forma preferentemente presencial. Y muy ligado a lo anterior, será combatir la deserción del sistema público, bastante marcado en los últimos años y que sin duda es una de las líneas de trabajo que están desarrollando.
Lenta recepción de información
Pese a las importantes labores que debe enfrentar el SLEP, desde un principio ha enfrentado dificultades en términos administrativos, ya que de acuerdo a lo señalado por su director ejecutivo, Manuel Pérez Pastén, la demora en el traspaso ha significado que se han encontrado con información incompleta o derechamente inexistente en los recintos que les toca ahora administrar.
La escuela Ramón barros luco, fuera de funcionamiento desde el terremoto de 2010, será una de las preocupaciones del slep en materia de infraestructura, dada su dilatada recuperación.
Nicolás Reyes Acevedo
reportajes@mercuriovalpo.cl