Chile rubricó ayer una de sus mejores presentaciones en el Mundial de balonmano de Egipto, al vencer por 28-17 a Marruecos y asegurar así su paso a la definición por el 27º puesto del torneo ante los representativos de Angola o Túnez. Esto, tras finalizar segunda en el Grupo II de la Presidents Cup.

La selección está a la espera del resultado del partido de la tarde entre los equipos africanos (13:00 horas de Chile). Aquí Túnez corre con ventaja para llegar a la definición del puesto 25 del Mundial frente a Austria, que lideró el Grupo II al vencer ayer a Corea del Sur por 36-29. Hasta perdiendo por ocho goles con Angola se asegura el primer puesto del Grupo I, en desmedro de la nación africana.

La Roja dictó sus términos en el duelo ante el cuadro marroquí, que sólo en la primera parte presentó inconvenientes a los dirigidos por el español Mateo Garralda. Chile sintió demasiado la ausencia de su goleador Rodrigo Salinas, suspendido de este duelo al recibir tarjeta azul en la derrota con Austria, lo que desarmó en parte el andamiaje ofensivo nacional.

Fue así que en los primeros minutos, los marroquíes se pusieron en ventaja de 9-7, gracias a los aciertos de su pivot Amine Harchaoui. Sin embargo, ese avance fue decayendo en la medida que Chile empezaba a controlar el juego en la mitad del primer tiempo.

Esto fue el resultado de una agresiva propuesta defensiva, donde el arquero Felipe Barrientos y el central Erwin Feutchmann se erigieron como grandes figuras. El primero, con atajadas cruciales durante todo el partido y el segundo, con una alta efectividad para anotar en el arco de Marruecos.

Así, no extrañó que la Roja cerrara el primer lapso con ventaja de 14-12, marcador que se amplió en la segunda fracción, una de las facetas pendientes en el equipo de Garralda, que en la mayoría de sus partidos en este Mundial bajó notoriamente su rendimiento hacia el final.

En esta ocasión, esa tendencia se pudo revertir por la Roja, ya que con los goles de Feutchmann (6), Esteban Salinas (7), Sebastián Ceballos (5), Daniel Araya (4) y Benjamín Callejas (2), cerró una reivindicadora presentación.

El piloto francés Sébastien Ogier, séptuple campeón del mundo, ganó ayer el octavo Rally de Montecarlo de su carrera, logrando un récord. También se hizo con el liderato del Campeonato Mundial (WRC), al disputarse la primera prueba del año, en el sudeste de Francia.

Tras su victoria en la 89ª edición del rally, por delante de su compañero de la escudería Toyota, el galés Elfyn Evans, Ogier supera en el palmarés del rally monegasco a su compatriota Sébastien Loeb (7), nueve veces campeón del mundo.

En su última temporada en el Mundial, antes de su anunciado retiro, Ogier envió una señal a la competencia, ganando ocho tramos cronometrados de los catorce en Montecarlo, en su 110° aniversario, el que se disputó sin público debido al covid-19. El francés le sacó a Evans 32,6 segundos y al belga Thierry Neuville (Hyundai), que se colocó en el tercer puesto, más de un minuto.

Ogier no habría competido en Montecarlo, ya que había anunciado hace un año que 2020 sería su última campaña en los rallies. Sin embargo, la pandemia cambió sus planes, y a poco menos de dos meses de haber derrotado a Evans en Monza (Italia) para hacerse con su séptimo título mundial, el galo inició con buen pie su búsqueda del octavo título en la categoría.

"Estoy muy feliz, el auto ha estado genial. Ha sido verdaderamente un placer. Tengo casi lágrimas en los ojos. Pienso que fue una buena decisión correr un año más", declaró antes de que sonase la Marsellesa, en el podio, al lado de su copiloto Julien Ingrassia.

Ogier, nacido en Gap, por lo que corrió en su región, logró su victoria número 50 en el WRC, pese a problemas de frenos el jueves, un pinchazo y un trompo el viernes o "el tramo cronometrado más resbaladizo de mi carrera" el sábado.

En constructores, Toyota venció a Hyundai, que perdió a Ott Tänak, campeón mundial en 2019, que abandonó el sábado tras dos pinchazos, y a M-Sport Ford, que vio como Teemu Suninen se salía espectacularmente de la carretera.

La Federación Australiana de Tenis sigue empeñada en intentar que tanto jugadores como jugadoras lleguen en el mejor estado posible a los dos torneos estrella de su calendario: la Copa ATP y el Abierto de Australia. Con ese objetivo en mente, el ente anunció ayer un nuevo calendario con un tercer torneo de la WTA, categoría 500, y el retraso de un día para el inicio de otros dos abiertos ATP 250 y el torneo por equipos.

La rígida cuarentena que el gobierno del estado de Victoria exige para todos los tenistas que han llegado a Australia, más las severas medidas impuestas, no han impedido que Tennis Australia remodelara su calendario previo al Abierto, que ha denominado Serie de Verano en Melbourne.

La página oficial del Grand Slam dice que "tras una amplia consulta entre los jugadores y los circuitos, Tennis Australia ha diseñado un nuevo calendario, teniendo en cuenta el poco tiempo que muchos jugadores han tenido para prepararse. De esta forma, ahora habrá tres eventos de la WTA 500: los dos previstos originalmente del domingo 31 de enero al sábado 6 de febrero, con un tamaño de cuadro ligeramente reducido, y un tercer evento, para aquellos jugadores que no han podido entrenarse, y que comenzará el miércoles 3 y terminará el domingo 7 de febrero".

Los dos torneos ATP y la Copa ATP, en tanto, se retrasarán 24 horas. Los dos ATP 250 comenzarán el lunes 1 de febrero, con un cuadro principal de individuales aumentado a 56, mientras que la Copa ATP iniciará el martes 2 de febrero.

"Nuestro objetivo número uno era ser lo más justo posible con los jugadores que salen de una dura cuarentena", aclaró el presidente de la ATP, Andrea Gaudenzi.