Reacciones tardías ante obra en marcha
El caso de la avenida Urmeneta de Limache advierte sobre la importancia de los planes reguladores en la protección del patrimonio. Gastón Soublette, vecino de la comuna, calificó el proyecto de construcción de un edificio de diez pisos con locales y estacionamientos en la tradicional arteria, como "una aberración cultural".
La Dirección de Obras de la Municipalidad (DOM) de Limache dispuso paralizar la construcción de un edificio de 10 pisos en la patrimonial avenida Urmeneta de esa ciudad. La edificación, en un predio de 1.854 metros cuadrados, albergaría 80 unidades habitacionales, 41 estacionamientos y dos locales comerciales, y ha recibido unánime rechazo con la relevante participación del conocido intelectual Gastón Soublette, residente en la ciudad.
Expresó Soublette que la obra "va a impactar en el ambiente y en el buen vivir de toda una comunidad ciudadana" agregando que se trata de "una aberración cultural".
Joselyn Altamirano, presidenta del Comité de Vecinos Pro-Defensa de la Avenida Urmeneta ante la autorización, luego revocada, acusó al alcalde Daniel Morales. "La autoridad no ejerció su facultad oportunamente…no nos informó claramente que se estaba proyectando esa aberración, no protegió Limache de esta y tantas locuras".
Tras la determinación de la DOM otro dirigente aseguró que se trata de una "suspensión momentánea".
El alcalde interpelado señaló que "vamos a seguir tomando estas medidas mientras sea necesario para evitar la construcción de ese edificio, que atenta contra el casco histórico y la visión de ciudad que tenemos, que es muy distinta en cuanto a cómo lo hemos plasmado en el futuro nuevo plan regulador".
La verdad es que las obras se iniciaron con un permiso de octubre de 2020 basado en el Plan Regulador de 1984 y en la Ley General de Urbanismo y Construcción por lo cual, explica el mismo jefe comunal, "en cierta forma" la DOM estaría obligada a otorgar la autorización.
El tema no es nuevo, sino que se advierte en muchas comunas donde las regulaciones van muchos pasos atrás de ciertos emprendimientos que terminan afectando a las localidades y a sus habitantes.
El caso ha sido notorio en Viña del Mar y en Valparaíso, donde la edificación en altura y densificación, a partir de antiguos planos reguladores, desdibuja la fisonomía de barrios y hasta de la ciudad entera, a veces arrasando edificaciones patrimoniales.
Ante esta situación se ingresó un oficio a la Superintendencia de Medio Ambiente, suscrito por vecinos y el alcalde, solicitando que se declare inadmisible la obra. Reacción necesaria, pero quizás tardía. Se pudo haber actuado desde el momento del ingreso del permiso a la DOM para evitar una situación que, con un permiso válido en la mano, se puede judicializar quizás con qué resultado. La reiteración de estos casos obliga a las municipalidades a mantener actualizados sus planos reguladores considerando la conservación de valores patrimoniales que la "picota del progreso" termina borrando para siempre.