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"Al Ministerio le ha faltado entrar y estar en sintonía con las bases del sector

CULTURA. La diputada Carolina Marzán es la nueva presidenta de la Comisión de Cultura y analiza los problemas que ha enfrentado el área, y lo que espera de su gestión.
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Flor Arbulú

El pasado 13 de enero, la actriz y diputada PPD por el distrito 6, Carolina Marzán, asumió la presidencia de la Comisión de Cultura. Si bien son muchas las palabras que se le vienen a la mente a la hora de analizar qué significa para ella este puesto, un concepto que resalta es que se trata de "una alta responsabilidad para mí. En particular porque soy actriz, mi familia, mi hija es actriz; mi vida se ha desarrollado desde el colegio, desde que estudiaba, en el ámbito de la cultura y el arte".

Desde esta perspectiva, esta labor "viene como a encaminar la ruta en la que tú tienes que estar y en el momento en que a lo mejor los trabajadores y trabajadoras lo necesitan". A estas alturas para nadie es un misterio que la situación que viven quienes trabajan en el sector artístico cultural es compleja, sobre todo porque fue el primero en parar sus actividades por la pandemia y así lleva ya 10 meses.

"Estamos en una situación caótica, dramática y dolorosa, nacional y mundial, pero además el sector y las diversas manifestaciones se sienten que están en un desamparo total", asegura la parlamentaria. En ese sentido, "acá tenemos que trabajar y como digo, y dije en la última sesión cuando asumí, acá no pueden existir las buenas intenciones, tiene que estar traducido en acciones".

- ¿Qué metas se ha propuesto ?

- Una de ellas es que las organizaciones de distintas naturalezas artístico culturales sientan que esta Comisión es un espacio abierto. Eso es muy importante (porque) los trabajadores de la cultura en este país saben lo que cuesta llegar a la autoridad, y hay tanta burocracia y el arte no puede burocratizarse.

- ¿Y es sólo esa meta o hay otras?

- Estamos definiendo los proyectos de ley que vamos a poner en tabla, y organizar los tiempos, sobre todo. Hemos estado reunidos con mi equipo de trabajo, con la secretaria legislativa, diciendo que yo necesito abordar los tiempos con la mayor eficacia posible. Acá uno recibe a todas las organizaciones que vienen a manifestarse cuando uno pone un proyecto en tabla, y eso debe ser así. Entonces, tienen que abrirse las discusiones y estas tienen que tener espacios para todas las miradas y pensamientos. Eso para mí es muy importante (...). Espero que esta semana la ley Balmes salga, la hemos dilatado mucho y es un proyecto que está bien armadito, que ha tenido discusión y ha sido muy rápido su tratamiento, y espero despacharlo esta semana.

Sin defensa

Uno de los aspectos que develó la pandemia fue la precarización del sector y la naturaleza de labor que realizan los y las trabajadores de la cultura y las artes. "Uno dice 'maravilloso', se develó esta realidad. Pero qué triste que se devele y no tenga apoyo, o que subsista sólo a la voluntariedad del propio trabajo o de una empresa que a lo mejor te contrate, de un municipio o si postulas a un fondo concursable que en época de pandemia la concursabilidad resulta cruel", comenta Carolina Marzán.

"Ya la concursabilidad es un sistema bien guillotinesco a mi juicio -continúa-. Pero en tiempos de pandemia, imagínate la angustia, la ilusión que pones en un Fondo y no sólo para trabajar y levantar tu obra, sino además para parar tu olla diaria".

La concursabilidad fue una de las opciones que tomó el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio para ir en apoyo de centros culturales y artistas, además de disponer de una oficina jurídica para ayudar a los trabajadores a optar a los beneficios de gobierno. Esta semana, además, se anunció el cambio de protocolo del plan "Paso a Paso" para la apertura de cines y teatros en aquellas comunas en Fase 3.

Ante este escenario, la diputada siente que "al Ministerio en general le ha faltado entrar y estar en sintonía con las bases del sector, que finalmente son los que viven el día a día su realidad". "Yo estoy transmitiendo lo que dicen las organizaciones y lo comparto plenamente: no han sentido que el Ministerio de las Culturas sea un guerrero que ha ido a la lucha de las demandas que ellos están pidiendo a gritos", asegura.

-¿Qué opina de cómo ha actuado el ministerio?

- Cuando estás en etapa de crisis, creo que una persona o una institución saca lo más débil y lo más fuerte. Creo que el Ministerio ha mostrado más debilidades que fortalezas. Y eso es lamentable. Cuando hablo de debilidades, son cosas susceptibles de mejorar (...). El Ministerio se ha mostrado más en su debilidad que en su fortaleza, que yo no dudo que tenga, y sus fortalezas son, sin duda, sus trabajadores y trabajadoras que hoy están colapsados de pega y no pudiendo cumplir con los tiempos. Y eso no es responsabilidad de ellos, porque no es posible que un trabajador esté con 400 proyectos.

- Y no pudiendo contratar gente por la instrucción de Hacienda del "ajuste de cinturón".

- Exacto. Entonces, ha habido pobreza en materia de políticas públicas, algo que se haya levantado. Ha sido como una constante, la verdad, porque tampoco se defendió el anhelo del 1%, se cae en el tema de la concursabilidad, tampoco se defiende.

"Yo creo -continúa- que si el Ministerio se hubiese desplegado en defensa de los trabajadores de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, habría sido literalmente un trofeo que se habría ganado". Sin embargo, "se cae en la lógica de que si trabajas en el arte, tienes que ni siquiera sobrevivir, sino que supervivir porque en este país la cultura y el arte no es prioridad, porque son tan profundamente organizados los trabajadores, que siento que existe una mecánica de 'total ellos se las van a arreglar", añade la diputada.

- Pero además está el problema de que muchos trabajadores no pueden postular a los beneficios del Gobierno.

- Ese es otro punto que también nosotros peleamos, porque en la comisión de Cultura vinieron de Economía, Desarrollo Social, Hacienda, con sendos power point, muestras y beneficios, pero en la práctica para ninguno calificaron. La ficha social no calificaba, porque no es que sea un sector vulnerable económicamente, es un sector que producto de la pandemia está en precarización extrema y también por el estallido social; porque ha habido problemas con los espacios, con abrir salas, pero básicamente ahora por lo de la pandemia. Ha costado explicar que tiene que haber otra forma de quizás registrarlo.

La parlamentaria por el distrito 6 está consciente del problema que significa para quienes no trabajan en el sector la naturaleza de lo que se hace: "¿Cómo se explica que personas con diplomados o altos niveles de estudio estén en la absoluta indefensión, cesantía y sin opción de tener beneficios del Gobierno? Caemos nuevamente en este surrealismo, porque son trabajadores como cualquier otro, pero que están hoy precarizados y son personas con alto nivel de estudios, de desarrollo, de difusión de su arte, de gestión, en fin".

Por eso mismo, cuenta que presentó "un proyecto de resolución, solicitando un registro nacional del sector que los incorpore a todos, incluyendo a los artistas callejeros". Según sabe este registro "lo estaban implementando poco a poco. Espero que se haga, porque creo que esta ficha individualizada del sector es profundamente importante, porque se hace necesaria justamente en tiempos de pandemia tener individualizado quiénes son, cuántos son, dónde se desempeñan, cuáles son sus momentos críticos, eso también es importante".

- Por último, ¿qué importancia debería tener la cultura en la nueva Constitución?

- Es tan importante que primero la cultura esté garantizada frente al Estado. El Estado tiene que ser garante de la cultura en el país, y para que eso suceda, la cultura tiene que existir como un derecho fundamental y un bien público. Y eso tiene que estar consagrado en la Constitución. Corto y preciso. Porque finalmente eso resume la necesidad urgente desde siempre de establecerla como garantía y no como algo que existe bajo el alero de la Educación, o que se establezcan ciertas obligatoriedades voluntarias como para difundirla, sino que tiene que estar como derecho fundamental. Yo creo que con lo que me siento muy identificada (es con) las declaraciones de los derechos culturales de la Unesco. Yo creo que ahí está muy clarito lo que debe ser la cultura ahora que se va a discutir y se dará una conversación maravillosa acerca de cómo tiene que estar consagrada en la Constitución.

" Yo creo que si el Ministerio se hubiese desplegado en defensa de los trabajadores de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, habría sido literalmente un trofeo que se habría ganado".

Carolina Marzán, Diputada PPD y Pdta. Comisión de Cultura