Hijo del entrañable "Negro de los tarros", el eterno ilustre Jorge Valdovinos Valdovinos, que se hiciera conocidísimo en Concón por sus obras benéficas y su aguda caracterización como Viejito Pascuero para repartir regalos y destellos de alegría entre los niños de la comunda para la Navidad, Jorge Valdvinos Cortés -actual concejal y el personaje que nos compete- siempre tuvo ese no sé qué de actor norteamericano, que no por nada lo hicieran conocido como el "Bill Clinton de Concón" entre los medios de comunicación.

Eterno concejal de la comuna, tremendamente popular en el Concón viejo en los tiempos que Bosques de Montemar era solo duna y sol, cuando las dos únicas micros que se dignaban a llegar a la zona (la 9 y la 10, una por el borde costero, otra por el Camino Internacional, con una frecuencia semejante a la del cometa Halley) no avizoraban que, por detrás de su encantadora vida pueblerina, algún día Concón se transformaría en una verdadera competencia de edificios que pelean, cual gigantescos Transformers, por la preciada vista al mar.

Un día, a fines de 2008, el tímido concejal consiguió quebrar la supremacía del único otro alcalde que conocía y que hasta el día de hoy conoce la comuna, Óscar Sumonte, para instalarse como el nuevo jefe comunal en una administración que, con todo y más allá de la inclusión de Concón en lo alto de los índices de calidad de vida y su denodada batalla por la defensa del Campo Dunar, pareció dejar más dudas que certezas, entre ellas la abierta desconfianza empresarial y política, además de la absurda querella en la cual se embarcó a través del "caso Messenger", del cual, pese a ser absuelto, terminó con la pintura del capó rayada.

El teórico carácter apolítico de los regidores comunales (si bien Sumonte siempre fue independiente, su cercania a RN se entendía como un plus), llevó a Valdovinos a ejercer su periodo como alcalde y luego como concejal vinculado a la DC y esta vez se decantó por el PRI, partido que terminó sumándose a la coalición ChileVamos, por lo que en rigor, y tras ganar la primaria a Orfali, Giacamán y Guerra, es el candidato oficial de la centroderecha, lo que desató la indignación de la concejal Evópoli, María José Aguirre, y de la diputada y secretaria general de la UDI, María José Hoffmann.

Esta vez, como siempre, tampoco la tiene fácil. Pero la derecha se organizó para allanarle el camino, instalando tres candidatos (Rivera, Urenda y Rojas) que, con toda seguridad, terminarán anulándose entre ellos, tal como ocurrió en la primaria oficialista.

¿Es Valdovinos responsable de eso? Por supuesto que no. El "Negro de los tarros" estaría más que orgulloso.