Cartas
Tren rápido
Está claro que el Gobierno no desea nada con el tren Santiago-Valparaíso. El proyecto prometido está archivado en las oficinas de EFE y el MOP y no me explico por qué no se entiende la necesidad del tren.
El tren debe circular por una vía que pase por Casablanca y levantar esa zona, para luego continuar su trayecto hasta Viña del Mar y su estación final en Valparaíso. Los trenes de carga tendrían que operar en la noche, descongestionando de esta forma las carreteras colmadas de tanto camión.
Esperemos que los candidatos presidenciales se preocupen de este tema.
Renato Norero V.
Bote Salvavidas
Desconocía hasta ahora la historia del Bote Salvavidas, así como deben existir otras cientos que hoy, tapadas por el tiempo, no conocemos. El alma de Valparaíso está ahí, en sus mujeres y hombres, intelectuales, trabajadores, empresarios, aventureros, comerciantes, marinos, dueñas de casa, deportistas, bomberos, hoteleros, voluntarios, portuarios y un extenso etcétera.
Ayudar a salvar el Bote Salvavidas es salvar esa alma escondida de Valparaíso que aún palpita. Quienes nacieron en el Puerto se han esparcido por todo el país y el mundo con la impronta del Pacífico que vieron por primera vez al nacer y que seguramente cuando se enfrentan al sonido del mar en cualquier parte de la tierra, la memoria roza nuevamente el oleaje porteño mirado desde algún cerro.
Aportar a Valparaíso no es una dádiva, es devolver en agradecimiento lo que el Puerto entrega gratuitamente a quien nace en él o lo conoce por primera vez, alma pura y libre que solo espera subir a la embarcación llamada vida y navegar.
Si llegara a desaparecer el Bote Salvavidas, quizás muera otra parte del Puerto como tantas otras y no nos daremos cuenta hasta que sea muy tarde. Nosotros, los de a pie, podemos aportar con dinero, mientras que otras instituciones con combustible, reparaciones, ropa o elementos náuticos de salvataje. Mi aporte será voluntario, como el que entrega esta institución hasta hoy.
Octavio Quiroz
Prueba de Transición
En estos días se ha informado sobre los resultados de la recientemente implantada Prueba de Transición Universitaria. Algunos se han felicitado porque dichos resultados muestran una muy leve disminución de la brecha existente entre los puntajes obtenidos por jóvenes provenientes de establecimientos educacionales públicos y privados.
Básicamente, dichos cambios en el instrumento de medición han consistido en la eliminación de contenidos a evaluar y disminución del número de preguntas. En otras palabras, sin eufemismos, se ha confeccionado una prueba más fácil.
Obviamente, al disminuir el grado de dificultad se tiende a "emparejar la cancha", pero es lo mismo que utilizar un termómetro de baja calidad y resolución para monitorear la temperatura de un enfermo. De esta manera no podremos conocer su real condición de salud y, consecuentemente, no se adoptarán las medidas ni se indicarán los remedios realmente efectivos para lograr el restablecimiento de su salud.
En el caso de la educación, es necesario mejorar la calidad de la educación pública, aumentando las inversiones, incentivos y obligaciones, y no ocultar sus falencias a través de la disminución del nivel de exigencia en los instrumentos evaluativos.
Nibaldo Morales M.
Colegio de Profesores
No sé si sea una imagen incorrecta, pero en lo personal, me estoy convenciendo que el profesorado necesita una reestructuración.
En estos días de vacunaciones y de trabajo para poner en marcha el país, he notado que los profesores se oponen a todo: a trabajar, a las propuestas técnicas de educación y a los procesos vacunatorios. Lo peor es que no aportan nada y se amparan en el partido y los fueros sindicales. Pero esto tiene que cambiar.
Por favor, profesores, atinen, colaboren, no anden oponiéndose a todo y no hagan de sus ventajas sindicales un medio de obstrucción a la marcha del país.
Guillermo Díaz Orellana
Cuaresma
Miércoles de Ceniza: inicio de la Cuaresma, pero no de la cuarentena. No está mal recordarlo, pero hace falta algo más, lo pide el momento actual. Y sí, ambas palabras comparten su raíz: cuarenta. Originalmente la cuarentena se aplicaba durante 40 días para ciertas enfermedades, justamente lo mismo que dura la Cuaresma, que se extiende hasta la Semana Santa y culmina en la Pascua. Se vislumbra como un recorrido interior, no tanto de superación de una enfermedad corporal, sino de situaciones interiores que exigen una purificación y conversión, sobre todo en las que se ha deteriorado la amistad con Dios, al que debemos la vida y todo lo bueno que tenemos, porque quizás lo hemos dejado de lado y nos hemos construido nuestros propios dioses.
Justamente en ese espíritu resuenan las palabas del Papa invitando a vivir la Cuaresma desde el ayuno, la oración y la caridad. "Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones -verdaderas o falsas- y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero 'lleno de gracia y de verdad'".
Es cierto que esta cuarentena provocada por la pandemia está durando más de 40 días, pero la invitación a vivirla unida a la Cuaresma puede renovarla. Lo necesitamos. Y no como algo externo o superficial, sino desde el interior, como camino de conversión para ajustar, renovar, purificar tanto que cada uno sabe y que repercute a nuestro alrededor. Porque los procesos de cambio, los realmente significativos en la historia, han procedido del interior, no solo de las estructuras sociales.
Esther Gómez Directora Nacional Formación e Identidad, Santo Tomás
Urge reparar Agua Santa
Gran decepción produce el ingreso a la Ciudad Jardín por la variante Agua Santa, debido al mal estado de la vía, destacando los hoyos en ambos sentidos de la calzada que conduce a la otrora capital del turismo. Sería conveniente que las autoridades se hagan cargo de este problema y no fijen su agenda solo en las próximas elecciones.
Luis Alberto Vargas