"Los despertares de Marín" llega al mundo online durante marzo
TEATRO. Bosco Cayo, director del montaje, cuenta detalles del mismo y de lo que significa arribar a lo virtual vía Matucana 100.
Ha sido complejo el camino de la obra "Los Despertares de Marín", de la compañía Teatro Sin Dominio. En 2019 estrenaron una temporada en el Centro Cultural Matucana 100 y en marzo del año pasado en el Teatro La Memoria, pero "lamentablemente, por la pandemia, no pudimos hacerlo", comenta Bosco Cayo, director del montaje.
"Y luego tuvimos otra temporada en Matucana 100 en diciembre, cuando estábamos en fase 4 y tampoco lo logramos. Después también tratamos en enero, pero ha sido imposible. Van tres veces en que nos quedamos 'con los crespos hechos' como se dice", agrega entre risas.
Para luego ponerse más serio y asegurar: "Para nosotros ha sido muy complejo, muy complicado. Bueno, de más está decir que nos hemos sentido muy desvalidos en este tiempo. No solo nosotros como compañía, sino que en el medio, pero en fin...".
Ante este panorama, la posibilidad que surgió fue llevarlo al mundo virtual. La obra será la que inaugurará el próximo 4 de marzo la temporada online de Matucana 100. "Por suerte tuvimos la oportunidad de hacer esta versión audiovisual. No es teatro, tampoco es una obra documental ni un registro, sino una pieza nueva que contiene lo más teatralmente posible la obra", describe.
- ¿La grabaron especialmente para darla online?
- Exacto. Nosotros en diciembre, cuando estábamos en Matucana 100 y tratábamos de hacer la función... Estaba todo listo y no pudimos estrenar, pudimos hacer esta función especialmente grabada por César Zúñiga para ser vista online.
El discurso de Gladys
Interpretada por los actores Verónica Medel, April Gregory, Alejandra Oviedo, Jaime Leiva y Felipe Zepeda, la obra cuenta la historia de una mujer que en pleno delirio cree ser Gladys Marín -política chilena del Partido Comunista, del cual fue presidenta y secretaria general, ejerció además como diputada y fue candidata a la presidencia en 1999- mientras permanece en el hospital psiquiátrico de la ciudad de Calama.
En paralelo, un joven comunista se cuestiona su militancia y la pertinencia de las causas que la sustentan. A medida que crece la alucinación de la mujer, aumenta la esperanza en el joven.
En este texto de vuelo poético, se mezclan las referencias a la vida política de la máxima referente de la izquierda en las décadas de los 80 y 90, con discursos imaginarios extraídos de noticias y redes sociales.
- ¿Por qué te llamó la atención Gladys Marín?
- Fue el 2017, cuando ya se aproximaba el segundo periodo de Piñera, cuando dije qué importante sería que en ese momento estuviera Gladys, y quizás qué podría decirnos frente a lo que estaba pasando. (...) Yo siempre quise conocer a la Gladys, como creo que muchos quisimos conocerla, y me dije que quizás una obra me acercaría más a ella, y también poner la pregunta de qué está pasando con los partidos, con las militancias, hacia donde se está orientando el pueblo. Por eso decidí, y dije "ya, hay que escribir la obra de Gladys" y meterme un poco en su vida. No es una obra biográfica, no trato de basarme en la realidad, más que nada en sus discursos para hacer ficción.
- ¿Cómo se te ocurrió instalar esta obra en Calama?
- Varias razones. Todas las obras que tengo la oportunidad de escribir, trato de torcer la geografía y no ponerlas en Santiago como lugar central. Tuve la experiencia con "El Dylan", que también pasaba una situación en Santiago y la ponía en La Ligua, para hacer una torsión y quebrar un poco los territorios. En el caso de ahora, pasó lo mismo con la Gladys, dije que debía pasar en otro lado, y Calama me pareció atractivo porque ella tenía una relación importante en el norte, y un sueño que tenía que ver con el "tren de la victoria", y por eso me pareció importante orientarlo allá. Calama, además, es un lugar donde la mujer tiene mucha fuerza. Porque no es la Gladys, sino una mujer que siente ser Gladys Marín. Entonces, poner una mujer que esté ahí, en ese espacio tan masculino y de territorio tan fuerte podría decirnos más cosas, el cuerpo de esa mujer, así como el cuerpo de la Gladys. Además, también porque hay un estigma con Calama, como un lugar árido, difícil y no muy bonito, y al poner a Gladys ahí le otorga belleza, complejidad y hermosura a un territorio tan desértico. Por eso nació la necesidad de ponerla en ese lugar.
Siempre vigente
Para Bosco Cayo, la oportunidad de llegar al mundo virtual dice relación con "poder difundir la obra, pero junto con eso el legado y las palabras de Gladys Marín", en especial, porque considera que "siempre es algo contingente, siempre sus palabras van a hacer sentido".
"Por lo mismo decidimos hacer esta versión y seguir difundiendo la obra y nuestro trabajo aunque sea así. Más que nada porque lo pienso como una etapa trampolín para volver a encontrarnos y, quizás, ver esa obra presencialmente. Entonces, no quiero decir simplemente que la grabación es todo, sino que es parte de la experiencia".
Sin embargo, reconoce que "yo siempre tengo el resquemor con el tema virtual, pero creo que igual nos ofrece la oportunidad de que la obra pueda llegar a otros espacios, a otro público, siempre tratando de invitarlos igual a vivir la experiencia del teatro".
Por otra parte, "esta experiencia quizás hace que lleguemos a más personas para complejizar y pensar en lo que está pasando hoy con la política". "Se vienen elecciones, con los representantes que nos gobiernan. Y yo creo que más allá de la obra, las palabras de Gladys hoy nos pueden hacer pensar en torno a lo que vamos eligiendo y a quienes nos van dirigiendo. Y también al significado de pueblo, que nos hace estar juntos y juntas. Esas son nuestras expectativas de la obra, y espero que mucha gente nos pueda ver", sostiene el director.
Esto, sobre todo porque desde su perspectiva siguen vigentes muchos temas que abordaba Gladys Marín, quien falleció el 6 de marzo de 2005. "Es lamentable también y da cuenta de cómo estamos también amarrados a leyes, a una Constitución tan antigua y discriminadora", sostiene el director de la obra. El montaje tendrá funciones de jueves a domingo hasta el 28 de marzo (ver ficha).
"Yo siempre tengo el resquemor con el tema virtual, pero creo que igual nos ofrece la oportunidad de que la obra pueda llegar a otros espacios, a otro público, siempre tratando de invitarlos igual a vivir la experiencia del teatro".
Bosco Cayo, Director
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