El fantasma de la última cama
Al agotamiento de los cupos UCI en hospitales de la red regional se suma el cansancio de los equipos médicos y la falta de insumos específicos. "Los especialistas advierten un crecimiento sostenido de los casos graves de la enfermedad en personas de 20 a 50 años, un sector cuya vacunación no está prevista en el corto plazo".
Serán semanas críticas. A la par del avance sostenido en el proceso de vacunación, crecen las cifras de contagio por covid-19, se agotan las camas críticas en la red hospitalaria y los equipos de profesionales médicos comienzan a reflejar signos de cansancio, porque han sido el principal sostén del esfuerzo para frenar la pandemia. Cuando los hospitales de la región comienzan a ver agotados sus recursos para enfrentar el virus, que avanza en una ola -¿la segunda, la tercera?- equivalente a un tsunami sanitario, las autoridades plantean escenarios favorables y piden un último esfuerzo, crítico, pero temporal.
Sin embargo, las cifras entregadas en los últimos días no ofrecen un escenario muy optimista: la región no solamente vive un número de contagios mayor al que vivió en junio-julio del año pasado, sino que comienza a ver una ocupación de camas críticas que crece a ritmo tan acelerado, que muchos recintos no alcanzan a reconvertir las plazas que tenían destinadas a otras enfermedades o a procedimientos quirúrgicos postergados desde la primera etapa de la pandemia.
La urgencia por más camas no es un tema artificial levantado por la prensa, como da a entender una minuta distribuida a algunas autoridades, sino la constatación de que estamos en el momento más crítico, cuando más se requiere apelar a la transparencia de la función pública.
El intendente, Jorge Martínez, reconoció que quedan 10 camas disponibles para la atención de casos covid -la misma jornada en que se contaron 245 nuevos contagios-, es decir, la red tiene una ocupación del 95%. Junto con acelerar la reconversión de cupos en los hospitales públicos, el Ministerio de Salud incrementó sus exigencias a las clínicas privadas, para que también destinen más camas a la emergencia por covid. Pero conforma avanza ese proceso, tanto recintos públicos como privados enfrentan varias complejidades, entre ellas la falta de espacios físicos para instalarlas, la rápida capacitación de profesionales médicos que no están interiorizados con el trabajo de pacientes covid y la escasez de implementos técnicos -muchos de ellos agotados por la alta demanda- para dar atención adecuada a los pacientes con coronavirus.
El desafío es titánico, pero indispensable, para evitar que lleguemos a enfrentarnos al dilema de la última, ese temor fantasmal que rondó a cada país afectado por el covid, pero que Chile logró sortear con cierto éxito. Las proyecciones del Gobierno indican que a partir de fines de marzo y principios de abril esta presión por cupos de atención se verá aliviada por el efecto de la vacunación masiva. Sin embargo, los especialistas advierten un crecimiento sostenido de los casos graves de la enfermedad en personas de 20 a 50 años, un sector cuya vacunación no se espera sino hasta después de abril.