Armas inscritas, perdidas y robadas, defensa de doble filo
En la región hay más de 89 mil armas inscritas, el 11,73% del total nacional, que se eleva a 760.130. Pero nada se sabe sobre las no registradas y que aumentan el poder de fuego de la delincuencia. La ley marco de control de armas sigue en trámite, aunque tiene suma urgencia.
Con poco más de un millón 800 mil habitantes, la Región de Valparaíso registra a noviembre del año pasado 89.144 armas inscritas, el 11,73% del país, seguida a bastante distancia por Biobío, que con una población de casi un millón 600 mil personas tiene 57.423, con el 7,55% del total nacional. Pero las cifras de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) dan cuenta de las armas legales. Y el problema mayor es obviamente el número desconocido que aumenta el poder de fuego de los delincuentes, que las utilizan en portonazos, robos, asaltos, quitadas de droga y un sinfín de ajustes de cuentas.
Cuando el domingo 28 de febrero murieron baleados en medio de sendas encerronas en la capital los niños Itan y Tamara, de seis y cinco años, la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, urgió a que se establezca una ley de control de armas "que esté a la altura de lo que estamos viviendo, proyecto que está con suma urgencia y se presentó hace más de dos años, y una parte de ella se está discutiendo desde hace más de 10 años".
Junto con señalar que el 90% de las armas incautadas por la Policía de Investigaciones corresponde a adquisiciones legales y no a contrabando, planteó que se requieren policías con atribuciones para fiscalizar, ya que "hoy tienen que tocar el timbre y no pueden exigir que se les muestre el arma", aparte de que "la PDI no está facultada para fiscalizar la tenencia".
A nivel nacional, la DGMN registra 760.130 armas inscritas, de las cuales 321.870 corresponden a la Región Metropolitana. El boletín del proyecto de ley marco de control de armas indica que "el 60% de las armas incautadas cuentan con municiones inscritas, pero más del 30% están perdidas, robadas o asociadas a personas fallecidas".
Proyecto endurece requisitos y sanciones
El citado proyecto refunde nueve iniciativas que apuntan a restringir la tenencia de armas, subiendo las exigencias para su inscripción e incrementando la fiscalización y sanciones a los infractores.
Entre otras normas establece nuevos requisitos para quienes soliciten la inscripción de armas, consistentes en no haber sido sancionado previamente por abandono de elementos sujetos a control y no haber sufrido más de dos veces la pérdida o extravío de los mismos; y fija agravantes respecto de los delitos de posesión, tenencia o porte ilegal de armas prohibidas, o de aquellas sujetas a control.
Asimismo, endurece el castigo aplicable a la persona autorizada que venda municiones o cartuchos a quien no sea poseedor, tenedor o portador de un arma de fuego inscrita; como también a quien en esa misma condición entregue armas a menores de edad. Sanciona igualmente al empleado público y determinadas autoridades que permitan la inscripción de aquellas a quien no cumpla con los requisitos legales, y a quien solicite autorización de tenencia con el sólo propósito de facilitarlas a un tercero.
Sin embargo, la ley marco continúa en tramitación.
Las fuentes de armas para uso delictual
"Evidentemente, las armas son una preocupación enorme, que tenemos que tener controlada a nivel nacional", señala el director ejecutivo de Paz Ciudadana, Daniel Johnson. "Como Fundación siempre hemos estado a favor de tener un sistema restrictivo para el uso de armas para defensa personal, y por lo tanto creemos que el actual debe mantenerse y, ojalá, reforzarse".
"Las armas están hechas para matar, son muy eficientes y efectivas en su rol, y por lo tanto se producen más muertes cuando hay más armas. Es así de claro. Las muertes son un evento indeseado, y por lo tanto las armas también tienen que serlo, acompañando ese mismo concepto", agrega.
Expone que las fuentes de armas para el mercado ilegal, para uso delictual, son en primer lugar las hechizas, con cada vez menor presencia en los decomisos, debido a un mayor acceso a armas que no lo son; las que ingresan al país enteras o por partes, ocultas en envíos internacionales; las que entran y se inscriben legalmente, pero caen en manos de delincuentes, y las que proveen los llamados "palos blancos", personas que no tienen antecedentes, son usadas para comprar armas a su nombre y se les paga para que se las entreguen a personas que desean delinquir.
"Tenemos, entonces, una cantidad de fuentes importantes de armas que pasan a manos de quienes quieren cometer delitos con ellas, pero son bastante identificables y por lo tanto hay acciones que se pueden realizar en cada una de esas fuentes", principalmente el despliegue de herramientas de control.
Máxima celeridad para control
También el tema reviste gravedad para el diputado del Distrito 6 e integrante de la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara, Luis Pardo, quien expresa que la Ley de Control de Armas es muy antigua y no existe una política de control y fiscalización para verificar que estén efectivamente en poder de los titulares, ni tampoco un banco de datos que permita, además, identificar la "huella digital" de cada una para poder asociar la munición disparada, recuperada en un delito, por ejemplo, con el arma empleada.
cuarenta armas de fuego fueron decomisadas en operativos de la v zona de carabineros el año pasado, jurisdicción donde otras 220 fueron entregadas en forma voluntaria.
Rosa Zamora Cabrera
rosa.zamora@mercurio valpo.cl