Trabas y falta de incentivos son graves en daño al patrimonio
VALPARAÍSO. Una concejala de larga trayectoria, un Hijo Ilustre de la ciudad y un exalcalde coinciden en que la burocracia del CMN y el nulo apoyo a propietarios son serios problemas.
El derrumbe de la fachada de calle Blanco del Bar Inglés viene a confirmar una larga historia de abandono de propiedades en el Sitio Patrimonio Mundial, por parte de sus dueños y de las autoridades, algo que se viene arrastrando hace décadas. En este último capítulo el municipio y el Gobierno Regional se han responsabilizado mutuamente, pero el problema sigue sin resolverse, por lo que una concejala de larga trayectoria, un Hijo Ilustre de Valparaíso y un exalcalde coinciden en que el proyecto de ley sobre patrimonio que se tramita en el Congreso debe transformarse en ley y promulgarse de manera urgente.
Para la concejala Marina Huerta, quien ha ejercido su cargo en las administraciones de Hernán Pinto, Aldo Cornejo y Jorge Castro, "eso es clásico en Valparaíso, culparse unos a otros de los problemas. El tema es que esa dinámica se traduce en que nada se arregla nunca. Y aquí hay responsabilidades de todos, esto es como Fuenteovejuna, todos tenemos responsabilidad".
Por otro lado, advirtió que luego de la declaratoria del casco histórico de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad, "los fondos que se han dado, las leyes que vayan a favorecer que como ciudad, al tener una condición patrimonial, puedas tener beneficios inmediatos para el turismo o para la economía de la ciudad, no han tenido efecto, y además no ha habido una continuidad en la entrega de fondos para la recuperación del patrimonio".
Huerta lamentó que "declarar a una propiedad como patrimonial significa más bien un lastre que un beneficio, porque tú no la puedes cambiar, tienes solamente restricciones y no tienes beneficios por eso. Yo creo que ha llegado el momento de cambiar eso, pero la ley ha dormido en el Parlamento".
Reunir a los propietarios
A su juicio, "en este momento, mientras se definen las cosas, mientras pasamos esta crisis, el municipio podría hacer algo muy importante, y esto es hacer un catastro de los edificios en peligro de derrumbarse -que ya existe- pero con el nombre de los propietarios, con el fin de poder reunirlos a todos, como un signo también de que la gente sienta que estamos haciendo algo".
En tal sentido considera que "deberíamos reunir a todas esas personas y hacer un pacto con ellos para trabajar en conjunto, ver cómo presionamos políticamente, o como tomamos medidas que signifiquen un apoyo para que ellos puedan involucrarse, porque yo creo que muchos de ellos no están involucrados. Por ejemplo, supe que el propietario el edificio del Bar Inglés es un señor de nacionalidad china, y que no hacía ninguna labor de protección sobre su inmueble, solamente cobraba el arriendo. Y así como ese dueño chino, que no debe tener ninguna convicción respecto a Valparaíso, para él será una propiedad que se cayó no más, habrá muchos otros que sí están ligados a Valparaíso".
En ese contexto, estima que lo ideal sería "hacer como una asamblea, para poder fijarse planes en los cuales haya colaboración de los dueños y la participación del Estado, a través del municipio, o la Seremi de las Culturas, pero encontrar una forma de poder ligarnos, porque en este momento son dos segmentos que están caminando separados y no poniendo ningún cuidado. Esto nos debería dar un impulso para hacer un contrato social con todos los dueños de esas propiedades y hacer un plan conjunto".
La edil, haciendo un balance de todas las administraciones municipales en que ha estado como autoridad, planteó que "lo que más se repite es que nunca se ha logrado coordinar a todos los incumbentes. Yo creo que llegó la hora, hay que sacar la ley, y varias otras cosas, como formar esa asamblea".
Por su parte, Lautaro Triviño, Hijo Ilustre de Valparaíso y reconocido defensor del patrimonio de la ciudad, subrayó que "esto parte por una responsabilidad de los propietarios primero, luego la Dirección de Obras Municipales y la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, por las instalaciones, y así vamos generando una escala de responsabilidades y llegamos al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Partiendo por el particular, ninguno estaba conectado".
Triviño recordó que "la Ley de Monumentos Nacionales está, pero lo que pasa es que es demasiada la burocracia, te rigen desde el color que tienes que pintar si estás en una Zona Típica, y cualquier intervención tiene que ser con consulta al CMN, y eso, mínimo, se demora un año".
Otro problema, agregó, "es que la gente cuando quiere reparar o remodelar su propiedad no puede hacerlo, porque tiene un alto costo, entonces ahí tienen que esperar algún subsidio, pero esto es una burocracia terrible en el tema patrimonial, no hay una política directa. Es un tira y afloja en que al final la gente pierde el norte y se desincentiva a mantener el bien patrimonial".
Coincidiendo con Huerta y Triviño, el exalcalde de Valparaíso, Jorge Castro, criticó que "no hay incentivos para los propietarios y aparte de la carga que significa la mantención, reparación y cuidado de propiedades de esta naturales, tienes lo otro, que para cualquier modificación, incorporación o arreglo, incluso hasta cambio de pintura, debe irse hasta Santiago, vale decir, hay que llegar hasta el CMN, ponerse en la fila del CMN, y muchas veces esa fila es bastante prolongada, no hay una interlocución, y lo que