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EN LA VIÑA DEL SEÑOR

Espectros de Derrida

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En uno de sus últimos ensayos, y en un intento por comprender el mundo poscaída del Muro de Berlín, el filósofo francés Jacques Derrida (1930-2004) publicó "Espectros de Marx" (1993), en el que formula una crítica dual: por un lado, a la democracia liberal, presurosa en certificar la muerte del marxismo y declarar la victoria del orden capitalista, y por el otro, exhumar el cadáver de Marx o, mejor dicho, propiciar un diálogo con su fantasma. ¿Estaba realmente muerto el marxismo en 1989? ¿O solo dormía profundamente, en coma inducido, luego de las estocadas de fines del siglo XX?

Desde luego no dormían, y tampoco estaban aletargados, muchos sociólogos y filósofos neomarxistas, como Axel Honneth, Eva Illouzo, Slavok Zizek y el propio Derrida, pero el paso del tiempo -hasta octubre de 2019 en el caso chileno- no hizo sino confirmar el diagnóstico de Fukuyama en su libro "El fin de la historia y el último hombre" (1992), en el que reelabora la tesis hegeliana del fin de la Historia (y de los grandes relatos e ideologías) y el último hombre de Nietzsche, dando lugar a un horizonte mundial de democracia liberal sin contrapeso. Fukuyama expresó en términos académicos lo que Margaret Thatcher había proclamado en la década de los 80: no hay alternativa al capitalismo. Pero ¿es cierto que no hay elección?

Vamos ahora a los prolegómenos del 18/O. Es tentador ver en el denominado estallido social un símil con la revolución francesa de 1789: en nombre de la "liberación del pueblo" se desata la violencia ciudadana y se exige no solo un cambio radical del modelo, sino también que rueden las cabezas identificadas con los abusos de un sistema deshumanizante. Sin embargo, sospecho que la gran teórica de las revoluciones -Hannah Arendt- no estaría de acuerdo con esta tesis, pues la libertad no consiste solo en estar liberados del temor, sino también en ser libres de la necesidad.

Si en la Francia revolucionaria el pueblo sufría mayoritariamente la miseria, en el Chile de 2019 se experimentaba -por décadas- una lógica de abusos legitimada por la superestructura marxiana. Parafraseando a Borges, al pueblo no lo unió la miseria, sino el espanto. El caso chileno, en la tipología de Arendt, estaría a medio camino entre la revolución francesa y la revolución americana.

Lo que Derrida reclama es la recuperación de la "espectralidad", esto es, la no reducción del presente consigo mismo, y rescatar el espíritu de Marx (con y contra Marx) como alternativa ontológica a la metafísica de la presencia y a un estado de cosas inmutable. En este escenario, nuestros constituyentes tienen por delante un desafío mayúsculo: deberán equilibrar la encarnación de un futuro otro y distinto, con la defensa irrenunciable de los derechos fundamentales. El péndulo no ha de estar quieto, pero tampoco situado en ningún extremo, pues si el siglo XX algo nos enseñó es que las ideologías y los espectros están a la vuelta de la esquina.

Por Fernán Rioseco Académico de Filosofía de la uv

El rinconcito de la consentida

A noviembre

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Después de lo corrido el penúltimo fin de semana, donde los resultados menos esperados por muchos se produjeron, llevando al Frente Amplio a alzarse con un rotundo triunfo y dejando muchas caras largas, los partidos y los "movimientos" están analizando las posibles cartas para competir en las elecciones de noviembre. No nos olvidemos que en nuestra región se deben escoger 16 diputados (ocho por el Distrito 6 de la Cordillera y otros ocho por el Distrito 7 de la Costa), como también 28 consejeros regionales, en ocho distritos.

En el PPD, donde el diputado Rodrigo González no podrá ir a la reelección, se baraja con fuerza el nombre de la exministra de Transportes Paola Tapia y así mantener el cupo, mientras tanto que en el socialismo varios plantean el nombre del también derrotado aspirante a gobernador, Aldo Valle.

En la Democracia Cristiana, partido que no solo sufrió un terremoto el fin de semana, sino además quedó muy dañado, especialmente en la Costa, donde perdió El Quisco, los nombres que suenan son el del expresidente regional Gustavo Paulsen para diputado, quien ha estado en un segundo plano después de su derrota como jefe de la DC regional. A él se suman Marcelo Barraza, quien muchos dicen que está en el suelo debido a su apabullante derrota y no descarta ser candidato a diputado o a core por Valparaíso, y el de otro derrotado, Gianni Rivera, quien no solo hizo una carísima campaña llena de marketing y se comió una nueva paliza en Viña, pero ahora también ha estado dándole vueltas a la idea de ser candidato a diputado o core. Cierra la lista -otra perdedora más, pero con hartos votos- la exseremi Paz Anastasiadis.

En la UDI la cosa también anda por ahí, ya que la dolorosa derrota sufrida por Carlos Bannen en Valparaíso lo ha dejado muy desafectado de la política y está pensando en no ser candidato a nada. Ahí recobra fuerzas el derrotado Juan Pablo Rodríguez, de la Fundación Piensa, otra decepción más. Pero están entrando otros nombres para disputarle el cupo al diputado Osvaldo Urrutia: el seremi de Justicia, José Tomás Bartolucci, y la seremi de la Mujer e Igualdad de Género, Valentina Stagno, la apuesta del "cotismo", es decir, de su abuela Virginia Reginato. En Renovación Nacional corre desde hace rato el exseremi de Salud, Francisco Álvarez, pero "cada día se hace menos conocido", comentan desde sus filas, y están todos esperando si la dupla de archienemigas Evelyn Mansilla y Rosario Pérez tomará la decisión de irse el próximo mes, para competirle al diputado Andrés Celis.

¿Y Evópoli? Pablo Kast iría de candidato a diputado por El Maule y los demás (los cuequeros, los seremis cero aporte y el resto) tendrán que buscar pega como cualquier cristiano. Con eso les digo todo...

por Gabriela chomer