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Raimundo Santander presenta disco en el que afirma que "chilenicé el jazz"

MÚSICA. Se trata de "El tesoro del presente", que incluye temas propios, de Coltrane y hasta Violeta Parra.
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Flor Arbulú

El guitarrista Raimundo Santander (Santiago, 1983) apareció como una promisoria figura del entonces llamado "nuevo jazz chileno" cuando tenía 19 años. Y durante todo este tiempo ha estado involucrado en el género que, de por sí, "exige siempre estar técnicamente preparado", asegura. Por ello, "para mí, el espacio de encerrarme en mi pieza a practicar, investigar, componer y todo eso, siempre ha sido un espacio bastante natural".

Pero con el estallido social primero, que provocó una paralización de algunas actividades presenciales; y con la pandemia después, donde no quedó otra que quedarse en casa, "este espacio íntimo, muy personal, que yo resguardo de la sala de ensayo, de la creación, de la práctica, de la investigación musical, se potenció aún más".

Fue en este contexto donde empezó a pensar qué hacer ante la imposibilidad de juntarse con los colegas y hacer conciertos. El resultado de esa reflexión fue "estar solo en mi casa investigando por dónde van los caminos de la música".

Proceso de exploración

Fue así que se puso manos a la obra y cambió el tradicional horario de llegada de una tocata en uno de trabajo, comenzando a levantarse a las 4 de la mañana.

"En pandemia no había tocatas, no había nada, y fue una bonita oportunidad para buscar otro horario. Porque además yo tengo familia, tengo dos hijos chicos, una guagua de un año. Entonces, mi vida cotidiana me impide trasnochar y después estar súper activo a las 8 de la mañana", explica.

Fue en la madrugada que "encontré un espacio personal, mío, que tenía la misma mística que la trasnochada. O sea, una de las cosas lindas de trasnochar es que la noche tiene un éter mágico que hace que uno se conecte más con las emociones. (...) Y levantándome a esa hora alcancé a agarrar un rato de noche, de oscuridad, de silencio, de soledad", cuenta.

"Ahí empecé a primero el simple ejercicio de tocar, de sacar nuevo repertorio como de música barroca en guitarra, hice unos pequeños arreglos, y seguí tocando, tocando, y de repente dije 'hay algo aquí'", añade.

"Me di cuenta de que había un material, un espíritu de la música que estaba haciendo que daba para algo", acota el músico. Fue en ese momento, además, que apareció el sello Mescalina con la idea de que hiciera un disco de guitarra solista.

El resultado fue "El tesoro del presente", álbum que contiene siete temas y que están protagonizados por diversos tipos de guitarra: "Min y Wel", realizada con una barítono; "Naima" y "After the rain", canciones de John Coltrane realizadas con guitarra traspuesta y tradicional, respectivamente.

Mientras que optó por la eléctrica para los temas de Violeta Parra "Anticueca # 3" y "El Pingüino", para finalizar con "Vals para Filomena", también en clave de guitarra traspuesta, y "Sigo tus pasos", protagonizado por el guitarrón chileno.

"Empecé a componer, a hacer arreglos y, de hecho, la investigación que estaba haciendo con el guitarrón chileno y guitarra traspuesta chilena también, como que empezaron a cristalizar y a manifestarse en temas concretos. Hasta que al final grabé harto material, y fui seleccionando", describe el músico.

EL guitarrón chileno

"Si voy tema por tema, cada tema tiene una cosita que me encanta", asegura Santander. Pero "si tuviera que elegir uno, yo diría que el tema con guitarrón es uno que me interesa mucho, porque no había escuchado algo así con el guitarrón chileno, nunca, a pesar que he escuchado un montón de guitarrón, no había escuchado música de esa naturaleza con ese instrumento".

"Me interesa porque abre una puerta, o al menos un vislumbre, del desarrollo posible que podría tener ese instrumento en el futuro", afirma, pues "siento que hay tanto campo por explorar, tanto por inventar que ese tema me gusta. Me dan ganas de seguir explorando".

"En este disco yo chilenicé el jazz. Esa operación no había sido tan hecha. O la operación de tomar el guitarrón chileno, que tiene un sonido súper definido en la tradición del canto a lo poeta, y sacarlo de esa casilla y ponerlo en otro contexto armónico, rítmico, eso tampoco había pasado", asegura el músico, quien finaliza diciendo que "me gusta pensar que inaugura algo, no sé qué, pero algo".

"La operación de tomar el guitarrón chileno, que tiene un sonido súper definido en la tradición del canto a lo poeta, y sacarlo de esa casilla y ponerlo en otro contexto armónico, rítmico, eso tampoco había pasado".

Raimundo Santander, Músico

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Fallece otro viejo "crack" porteño: Juan Enrique Toledo

GENTE. El requintista y cultor de la bohemia tenía 81 años.
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A través de la cuenta de Twitter de Patrimonio Inmaterial, el Servicio Nacional de Patrimonio informó ayer la muerte de Juan Enrique Toledo Mesina. "Nuestro equipo lamenta profundamente el fallecimiento, a los 81 años de edad, de don Juan Toledo, músico y requintista, cultor de la música de la bohemia tradicional de Valparaíso. Lleguen nuestras condolencias a sus familiares y a la comunidad porteña", fue el mensaje colgado en la red social.

Nacido y criado en su casa del cerro La Loma, fue allí donde comenzó a dar sus primeros pasos en la música, cuando a los 6 años aprende a tocar guitarra gracias a las enseñanzas de su padre y también por iniciativa propia en forma autodidacta.

Luego tomaría como maestros a René Colina y Hernán Bahamondes, destacado acordeonista que le enseña de manera formal la guitarra popular y pasa a dedicarse en tiempo completo a la música.

Tras hacerse conocido en la bohemia porteña como guitarrista, forma su primer grupo musical en 1959 bajo el nombre de Trío Verde-Mar, al que le seguirá en 1967 Trío Continental. Su repertorio se basó en la música latinoamericana, enfocándose en el bolero, el vals peruano y la música tradicional chilena.

En 1969 grabó como guitarrista el disco de los Hermanos Bustos y entre 1970 y 1973 formó parte de la orquesta de Willy Damke en Valparaíso, presentándose en lugares emblemáticos de ese entonces, como los Baños del Parque y la Rueda Porteña.

Fue por aquella época en que se radicó en Casablanca, donde comenzó a acompañar a los músicos que venían a presentarse en diversos locales, y acompañó a artistas de renombre a nivel nacional e internacional, como Ramón Aguilera, Jorge Farías, Palmenia Pizarro y Lucho Barrios.

En 2016 conformó el grupo de bolero con los músicos casablanquinos Paul Castán y Jonathan Lobos, teniendo presentaciones en distintas partes de la región. Con este conjunto se mantuvo vigente, entregando sus conocimientos musicales e históricos a músicos y cantantes de las nuevas generaciones.