Despidos en el municipio porteño
La desvinculación de trabajadores a honorarios generó duras críticas contra el alcalde Sharp, incluso en sectores vinculados al Frente Amplio. La medida vino a profundizar el ambiente de tensión que existe al interior de la municipalidad y plantea un desafío tanto al jefe comunal como al Concejo que asumirá funciones a fines de este mes.
No esperó a que decantara el entusiasmo por su reelección y a pocas semanas de obtener la mayoría de los votos en Valparaíso, el alcalde Jorge Sharp zanjó el despido de 44 funcionarios municipales, entre ellos cinco dirigentes sindicales, tensionando aún más el ambiente interno de la administración consistorial, que venía fracturado desde inicios de 2020, y ganando numerosas críticas entre adherentes del Frente Amplio, quienes no solo apuntaron a la forma intempestiva de la desvinculación -por correo electrónico y sin mayor explicación pese a la insistencia de los trabajadores-, sino también al fondo de las explicaciones dadas por el jefe comunal al justificar la medida.
El golpe interno fue duro, pese a que los propios dirigentes de los trabajadores a honorarios habían advertido ante el Concejo Municipal que temían despidos masivos debido a la seria crisis financiera que vive el municipio. En esa jornada -la polémica sesión del miércoles 12 de mayo que terminó con la destitución de Cecilia Ugalde, que ejercía como alcaldesa (s)-, la vocera de los funcionarios, Marcela Bahamondes, planteó sus dudas sobre el destino de los fondos entregados por la Subdere para el financiamiento de sus sueldos y advirtió que no existía claridad sobre el correcto uso de las platas destinadas a pagar esos honorarios.
A través de Facebook, el alcalde Sharp dijo que el movimiento correspondía a una "profunda reorganización del municipio", frase que abre la puerta a nuevas desvinculaciones, aunque no precisa exactamente el criterio que aplicará. Una de las respuestas más duras a las palabras de Sharp provinieron del Frente Feminista de Convergencia Social -el partido detrás de la candidatura presidencial del diputado Gabriel Boric-, que junto con advertir los contradictorio de la medida adoptada por una alcaldía que se dice "ciudadana", plantea el obstáculo que ha significado la pandemia para la tramitación de las causas laborales. Aquí, quizás sin saberlo, el frente apunta a uno de los problemas recurrentes de la alcaldía que lidera Jorge Sharp: la judicialización de numerosos despidos y los cuantiosos recursos gastados por el municipio en indemnizaciones y pagos compensatorios.
La desconfianza instalada al interior del municipio será una cuña difícil de resolver para la administración, más aún cuando queda sobre la mesa el tema de las platas públicas, que en el municipio de Valparaíso nunca sobran. En un escenario de estrechez económica permanente, siempre jalado por las necesidades en sostenido aumento, vale preguntar si para Valparaíso sirve la misma idea que los alcaldes electos de Viña del Mar, Quilpué, Concón o Villa Alemana anunciaron para las administraciones que reemplazan: una auditoría externa capaz de transparentar el uso y destino de los recursos que llegan al municipio y sus corporaciones. Cualquier paso en ese sentido corresponderá a los concejales que asuman a fines de este mes, siempre y cuando estén interesados en cumplir su rol de ediles.