La directora nacional Dominga Sotomayor será una de las que representará a Latinoamérica en el 74° Festival de Cine de Cannes, que se llevará a cabo entre el 6 y 17 de julio. La realizadora de "Tarde para morir joven" es parte de la película colectiva "The year of the everlasting storm", que será proyectada en el apartado Sesiones Especiales.

La cinta fue rodada el año pasado en plena pandemia y, además de la chilena, cuenta con la participación de directores de Irán, Singapur, Tailandia y Estados Unidos. "Para mí, lo bonito de la invitación era que era súper poco ambiciosa. Consistía en un 'hazlo con lo que tengas a mano en Chile hoy, con las restricciones que estás viviendo", comentó la directora a "La Tercera".

México el líder

Pero un país que salió ganando para esta edición del evento -que no se realizó el año pasado producto de la pandemia- fue México, que llegará a la ciudad francesa con cinco títulos, de los cuales tres corresponden a la productora Piano, que son coproducciones.

Una de ellas es "Memoria", del director tailandés Apichatpong Weerasethakul, y protagonizada por Tilda Swinton y con la participación de Daniel Giménez Cacho. Ésta buscará quedarse con la Palma de Oro al igual que "Annette", del cineasta francés Léos Carax, con actuaciones de Adam Driver y Marion Cotillard y que también cuenta con producción mexicana; como también la tiene "Bergman Island", de Mia Hansen-Løve, con el actor Tim Roth y Mia Wasikowska al frente.

"Muestra lo mejor que tiene el cine, que es que puede trascender fronteras, regresarnos a lo esencial. Es algo muy importante en estos tiempos en donde los Gobiernos buscan cerrar fronteras y discriminar. Estos intercambios son los que nos pueden salvar de la xenofobia", aseguró el productror Julio Chavezmontes.

Las otras dos son "Noche de fuego", de la directora Tatiana Huezo y su productor Nicolás Celís ("Roma", 2018); y "La civil", de la directora rumana Teodora Mihai, grabada en México con las participaciones de Arcelia Ramírez y Álvaro Guerrero y producida por Michel Franco ("Nuevo orden", 2020) y Eréndira Núñez.

El listado de la representación latina la finaliza el brasileño Karim Aïnouz, ganador en 2019 de Una Cierta Mirada con "A vida invisível de Eurídice Gusmão", y que esta vez proyectará "O marinheriro das montagnas".

El Festival, a su vez, recibirá producciones de Wes Anderson, Asghar Farhadi, Mia Hansen-Løve y Sean Penn.

El 23 de febrero de 2017, cuando los incendios forestales azotaban la zona centro-sur del país, un grupo de 60 músicos de la Región de Valparaíso, liderados por la música porteña Danitza Villarroel Orrego, brindaron un gran espectáculo a beneficio de los damnificados. La experiencia provocó que dos años después crearan la Orquesta Filarmónica Alimapu.

"Con el paso del tiempo nos hemos convertido en un proyecto musical de carácter profesional, autogestionado y autónomo, que aporta con el desarrollo humano, la difusión cultural y transforma los paradigmas tradicionales sinfónicos occidentales, implementando repertorios de distintos periodos y géneros, para formato sinfónico", asegura Danitza Villarroel.

En este contexto, la agrupación tiene programado para mañana (20 horas) un concierto virtual emitido por el canal de YouTube y Facebook Live de la orquesta. Se trata de la primera presentación digital de Alimapu como parte de un ciclo que desarrollará durante este 2021 que incluye otras dos presentaciones para el segundo semestre, gracias a un proyecto acogido por la Ley de Donaciones Culturales.

"En este concierto interpretaremos diversas piezas, grabadas de forma remota, que abarcan el repertorio de la forma que siempre nos destaca, desde lo docto a lo latinoamericano y chileno", asegura la directora de la agrupación.

La presentación es gratuita, pero la Orquesta se encuentra haciendo una campaña para recibir aportes del público. Quienes puedan y quieran hacerlo, deben entrar a la página web Orquestaalimapu.cl y a la ventana "Apóyanos".

Por Marcelo Beltrand Opazo

Un sistema es un conjunto ordenado de normas y procedimientos que regulan el funcionamiento de un grupo o colectivo. Esta definición, por simple que nos pueda parecer, dice mucho más de lo que se lee, ya que me refiero a un sistema organizacional. Un sistema implica relaciones, comunicación, interdependencia e interacción. Por lo tanto, un restaurante es un sistema y funciona como tal. Cuando este sistema gastronómico, por decirlo de alguna forma, funciona, se nota.

El sistema restaurantes lo componen personas, actores relevantes en una obra, que cuando todo funciona, puede llegar a ser perfecto. El resultado final no es solo el plato bien cocinado y a temperatura; si bien es por lo que uno va a un restaurante, también va acompañado de cosas, de otros gestos, de otras preocupaciones que hacen que todo el mecanismo funcione como un sistema perfecto. Para que el plato llegue a buen destino se requiere de una organización intercomunicada, de una experiencia gastronómica, de un cierto orden y reglas, de una vocación por la cocina. Ese plato perfectamente cocinado no es lo mismo si no existe un servicio de mesa acorde con el plato y viceversa. Ese servicio y ese plato no podrían ser perfectos si no hay un ambiente, una música, una tranquilidad para comer y todo eso no sería posible si no hay una cabeza que organice y apoye, y todo eso no sería viable si no hay proveedores que entreguen la calidad requerida para las preparaciones. Es decir, todo un sistema compuesto de partes que funcionan porque están interconectadas e intercomunicadas.

Pienso y escribo esto mientras recuerdo la conversación con Gonzalo Donoso, uno de los dueños; el chef ejecutivo, Carlos Mardones, y el jefe de garzones, Héctor Plaza, del restaurante "Macerado", en Algarrobo. Con ellos reflexionábamos sobre el servicio, sobre la comida y sobre muchas otras cosas, mientras degustábamos los diferentes platos de su propuesta gastronómica.

Conversábamos sobre lo que significa un sistema restaurante, de sus partes y componentes, y veíamos cómo la experiencia, la comunicación y la vocación gastronómica hacen posible que todo funcione, más aún en estos tiempos de pandemia. Porque los platos no se hacen solos, las mesas no se atienden solas, porque el restaurante no se piensa y ordena solo; es, finalmente, el conjunto de acciones que todas las partes involucradas hacen y realizan.

Es agradable y satisfactorio ver y degustar el resultado final, poder reconocer el esfuerzo que hoy hacen para que todo funcione. Felicitaciones por eso al equipo del sistema restaurante del "Macerado".

En esta oportunidad degusté mucho, permitiéndome poder apreciar con toda propiedad la calidad de la cocina.

Comenzamos con unas masas crujientes de sésamo con vegetales encurtidos y salsa de vegetales, primer plato como aperitivo que fue maridado con un negroni, excelentemente bien preparado, fresco, aromático y complejo en sabores. Luego, seguimos con una entrada degustación: pulpo de Juan Fernández grillado con puré de zapallo asado con albahaca y salsa agridulce; camarón envuelto en tocino a la parrilla con salsa barbacoa, puré de manzana y mermelada de ají verde; consomé de hongo seco, bruselas grilladas y mero de Juan Fernández a la parrilla; cebiche de breca, vegetales y limón sutil. Más tarde, un dúo de fondos: bacalao de Juan Fernández, acompañado de guiso de mote, vegetales y clorofila de acelga con salsa de loco; asado de res curado y braseado al tomillo, con papa puerros y salsa demi-glace de ostras; y por último, los postres, con una gran selección: torta algarrobina, leche asada, peras al vino tinto, mousse de chocolate, sorbet de la casa, turrón de vino y brownie vegetariano de betarraga y chocolate.

Quisiera destacar la calidad de las preparaciones. Por ejemplo, el pulpo sobre el puré de zapallo o los camarones envueltos en tocino, platos que combinan sabores y texturas. O el consomé de hongos secos, potente y sabroso. Pero también el asado de res, perfectamente cocinado con ese demi-glace de ostras que le aporta mayor intensidad y sabor. Y los postres hay que destacarlos todos, texturas, equilibrio en el dulzor, sabores y presentación.

La degustación fue maridada con un sauvignon blanc 2020 de la viña Veramonte y con un merlot de Casablanca Gran Reserva, una propuesta de Gonzalo Donoso que pronto estaremos comentando. Solo decir que es un vino gastronómico, equilibrado, armónico y complejo.

La tarde ya se estaba yendo en Algarrobo cuando inicié el regreso a Viña del Mar con el convencimiento de que la pasión y el profesionalismo del restaurante "Macerado" hacen posible que el sistema completo funciones perfectamente.