Fiestas clandestinas colman la paciencia del seremi de Salud
PANDEMIA. Baby shower en Quillota terminó con 24 sumarios sanitarios, mientras que fiesta en Casablanca, con 22. "Son situaciones condenables", dijo Georg Hübner.
Pese al progresivo aumento de los contagios y al crítico estado que enfrentan las UCI de los distintos hospitales de la región producto de la pandemia de coronavirus, hay quienes aún no comprenden el riesgo al que se exponen al descuidar las normas sanitarias y promover, incluso, encuentros sociales sin respetar aforos o, lisa y llanamente, organizar las denominadas fiestas clandestinas, ambos potenciales focos de propagación del virus.
En este contexto, un caso que sorprendió este fin de semana fue el registrado en la comuna de Quillota, comuna que se encuentra en fase 2 de Transición. Este sábado, cerca de las 18.45 horas, vecinos de la calle Pudeto, entre Gabriela Mistral y Bulnes, denunciaron a personal municipal ruidos molestos provenientes de una vivienda del sector, lo que derivó en la concurrencia de personal de Carabineros al lugar.
Al ingresar, los efectivos de la policía uniformada constataron que se trataba de un baby shower, en el cual participaban nada menos que 36 personas, cursándoles un sumario sanitario a 24 de ellas, entre las cuales figuraba la organizadora del evento, individualizada con las iniciales V.C.C.P., de 28 años, quien por su responsabilidad fue puesta a disposición del Juzgado de Garantía de Quillota por infringir el artículo 318 del Código Penal, que sanciona acciones que pongan en peligro la salud pública.
Arrendó parcela
En tanto, en Casablanca, comuna que retrocedió a cuarentena, este domingo, nuevamente denuncias por ruidos molestos realizadas a la central de comunicaciones de Carabineros movilizaron, pasadas las 00.00 horas, a efectivos de la Quinta Comisaría hasta la parcelación Rancho El Carmen, específicamente a la parcela número 18, donde se pudo comprobar el desarrollo de una fiesta clandestina.
En el lugar, 22 personas, ocho mujeres y 14 hombres, la mayoría de Viña del Mar, compartían vulnerando las normas sanitarias y el toque de queda, por lo que el personal de la Seremi de Salud procedió a cursar los sumarios respectivos. En este caso, el organizador de la fiesta y quien arrendó el inmueble para este efecto, B.I.P., de 26 años, y una mujer individualizada por las iniciales N.G.R. pasaron a control de detención por disposición del fiscal de turno, Sergio Espinoza, el primero por infracción al artículo 318 y la segunda por mantener una orden de detención vigente emanada del Juzgado de Garantía de la Ciudad Jardín, por infringir normas higiénicas y de salubridad.
Hübner Pide colaboración
Frente a estos hechos, el seremi de Salud, Georg Hübner, precisó que se trata de "dos situaciones totalmente condenables, porque ponen en riesgo la salud de la población". Por ello, efectuó un enfático llamado a la población: "No es momento de relajarnos, de reunirnos y generar condiciones de riesgo a la población. Es momento que la ciudadanía nos colabore en el control de la pandemia. Sin lugar a dudas, si usted nos ayuda, vamos a poder avanzar con mucha más rapidez y con mucha mayor prontitud".
Se dieron a la fuga en Santa Augusta
En Quintay, en el sector Santa Augusta, un procedimiento de Carabineros este fin de semana dejó al descubierto otra fiesta clandestina en el Fundo N° 2, donde 15 individuos, en horario de toque de queda, compartían ingiriendo bebidas alcohólicas y con música a alto volumen. Seis se fugaron del control policial, mientras que los otros nueve quedaron apercibidos bajo el artículo N° 26 del Código Procesal Penal. En Quillota, en tanto, en la parcelación Altos del Manzanar, siete amigos que celebraban los tijerales de una vivienda en construcción también quedaron en igual condición por infringir el artículo 318 y el toque de queda.
22 personas fueron sorprendidas en una fiesta clandestina en una parcela de Casablanca.