Anteayer, martes 22 de junio, se concretó la primera salida a terreno en la región de la presidenta del Senado, Yasna Provoste. La actividad se dio en medio de una invitación que el rector de la Universidad de Playa Ancha, Patricio Sanhueza, le cursara como reconocimiento a su exalumna. Para quienes no lo saben, la senadora por Atacama estudió en la sede playanchina a finales de los años 80, donde conoció a su esposo -también estudiante de Educación Física- Mauricio Olagnier, actual funcionario de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) de la Región de Valparaíso y quien fuera desvinculado por Ximena Ossandón el año 2010, tras lo cual los tribunales de justicia establecieron que fue despedido por "discriminación laboral", condenando a la Junji al pago de una indemnización. Con el regreso de la Presidenta Bachelet, Olagnier volvió a la Junji.

El revival de chahuán

Por último, aprovecho de contarles lo que ha traído -en la región- el triunfo de Francisco Chahuán, como nuevo presidente de Renovación Nacional, cual es la individualización de quienes precisamente no estuvieron con el senador. Si bien Chahuán trató de cerrar la región en torno a su candidatura (así fue como llevaron como candidato único a la presidencia regional a Raúl Celis) no se pudo lograr el apoyo total por tres factores: 1) la seremi de Vivienda, Evelyn Mansilla, fue en la lista de Mario Desbordes; 2) el apoyo que la seremi de Gobierno, Leslie Briones, dio al exministro de Defensa; y 3) la diputada Camila Flores y su marido, el core Percy Marín, si bien obviaron el apoyo público, terminaron decantándose por Desbordes.

La jugada del rector Sanhueza no pasó inadvertida, ya que no fue su única actividad. La semana pasada sostuvo una larga reunión con el electo gobernador regional, Rodrigo Mundaca, y tras ello, casi con precisión quirúrgica, Sanhueza escribió una columna en este periódico destacando la figura del ingeniero agrónomo y activista del agua, para sorpresa de muchos, ya que el rector Sanhueza, al igual que el resto de sus pares del Consejo de Rectores de Valparaíso, habían manifestado su apoyo a la candidatura de su excolega Aldo Valle. De hecho, muchos funcionarios de la UV y la UPLA colaboraron decididamente con Valle.

De esta forma, la visita de Yasna Provoste al Museo del Grabado de la UPLA no era tierra nueva para ella y, según cuentan, ha vuelto a reunirse con su equipo de confianza, en el cual destacan el exalcalde y exdiputado Aldo Cornejo, el expresidente del Senado, Jorge Pizarro; el casi subsecretario de Agricultura en Bachelet I, Hugo Lara, y el también asesor Julio Valladares, para finalizar con el nombre de la vicepresidenta nacional del partido, Cecilia Valdés, casada con un reconocido rostro de nuestra región, Edgardo Lepe, histórico jefe de gabinete de Carlos Ominami.

Otro círculo que maneja la senadora Provoste lo componen el exsenador por la región Ignacio Walker, a quien se le ha visto actuando en apoyo a la presidenta del Senado en varias ocasiones. Incluso fue quien habló en la Junta Nacional de la Democracia Cristiana pidiendo que se proclamara a la senadora por Atacama como la carta presidencial del partido.

Ahora, desde el chahuanismo de la región quieren pasar cuentas y creen que tanto Mansilla como Briones no deberían seguir siendo seremis, para así poder instalar a figuras cercanas al nuevo presidente del partido.

En el caso de Evelyn Mansilla sería un poco más complicado, ya que aún está con fuero, mientras que Leslie Briones ya habría reconocido que está con ganas de salir a pelear el cupo parlamentario del Distrito 6, donde se mediría con Flores, Andrés Longton y Luis Pardo.

por gabriela chomer

Si se interroga a un filósofo analítico cuál fue el pensador más importante del siglo XX dirá Ludwig Wittgenstein, pero si la misma pregunta se la formula a un filósofo continental, responderá Martin Heidegger. Curiosamente, ambos nacieron el mismo año que Adolf Hitler (1889). Wittgenstein, incluso, fue compañero de primaria en Viena del genocida alemán.

Esta referencia al nacionalsocialismo no es casualidad. Desde la década de los 80 del siglo pasado está claro que Heidegger adscribió durante un breve período al partido nacionalsocialista, suficiente para ser considerado un filósofo nazi. En efecto, se afilió al partido en 1933, coincidiendo con su asunción de la rectoría de la Universidad de Friburgo y con el ascenso de Hitler al poder como canciller alemán. El mismo año Heidegger pronunciará su famoso "Discurso del rectorado" y, aunque renunció al partido y a la rectoría el año 1934, guardó un doloroso silencio sobre el exterminio judío luego de terminada la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, la pregunta realmente importante (y siempre abierta) es si acaso hay vestigios de nacionalsocialismo en la obra de Heidegger, específicamente en su brillante e inacabado Sein und Zeit (Ser y Tiempo, 1927). Sobre el punto, las opiniones están divididas. En mi concepto, es necesario separar la obra de la figura del filósofo, contaminada por la mácula de una ideología deleznable.

La modernidad ha tenido grandes intérpretes, pero ninguno con el genio, profundidad y estatura intelectual de Heidegger. Por eso tiene razón Peter Sloterdijk -uno de sus ilustres herederos- cuando afirma que Heidegger, más que un filósofo debiera ser comparado o puesto a la altura de los fundadores de religiones y doctrinas universales como Confucio, Buda, Krishna o Jesucristo. Su distinción ontológica entre el Ser y el Ente, y del Dasein (Ser-ahí) arrojado y proyectado a la existencia, a un mundo de posibilidades, mantiene plena vigencia. El hombre (el Dasein) no es realidad, sino posibilidad. Y su crítica implacable de la técnica, de esa exaltación irracional de lo óntico y del olvido del Ser, ha vuelto a ser repensada en estos tiempos de pandemia, que nos obligan a mirar a la cara a la muerte.

En un famoso fragmento de su Introducción a la Metafísica dice Heidegger: "Cuando el más apartado rincón del globo haya sido técnicamente conquistado y económicamente explotado; cuando un suceso cualquiera sea rápidamente accesible en un lugar cualquiera y en un tiempo cualquiera; cuando se puedan experimentar, simultáneamente, el atentado a un rey en Francia y un concierto sinfónico en Tokio (…) entonces, justamente entonces, volverán a atravesar todo este aquelarre como fantasmas las preguntas: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y después qué?".

El texto fue publicado en 1935, pero bien podría haberse escrito ayer.

por fernán rioseco

académico filosofía uv