Cartas
Déjà vu
Quienes participamos en asambleas universitarias hemos vivido un déjà vu al ver la inauguración de la Convención. Esto, porque durante años vimos cómo en las estructuras políticas universitarias -plataforma de varios políticos y convencionales- se fraguó una lógica de masas que iba contra todo tipo de democracia formal que ellos denunciaban como "organización burguesa". El principal instrumento de conducción era la violencia, cuyo fin era intimidar, hacer callar y neutralizar las opiniones disidentes, sin olvidar que ganaba "el que más fuerte gritaba".
El pasado domingo vimos cómo las formas se asemejan bastante. Desde las pifias a los convencionales de Vamos por Chile, los aplausos entre ellos, el escándalo que hicieron en el himno nacional, la violencia afuera del ex Congreso y la funa al constituyente Cozzi. Los convencionales defensores de la libertad y que fueron dirigentes estudiantiles deben tener la visión de enfrentar este escenario conocido por ellos, si no terminaremos en una "gran asamblea universitaria".
Pablo Aldunate
Diálogo
La Convención Constitucional tiene el desafío de afrontar las diferencias que existen entre sus integrantes. El primer paso es abandonar la idea de enfrentar y pasar a afrontar. Este último representa una gran diferencia, porque indica que juntos miramos cómo podemos solucionar lo que nos separa. Enfrentar es ponernos frente a frente y no es lo que necesitamos hoy, aunque es lo que está sucediendo.
No nos olvidemos que el origen de este proceso es el estallido social, por lo que es obvio que hay diferencias importantes. Entonces, ¿cómo harán los 155 para "afrontar" sus diferencias? Cuando hay conflictos existe lo que llamamos la meta conversación, que es el diálogo acerca de cómo conversamos. Es antes de entrar en materia cuando acordamos reglas de funcionamiento, para así, cuando encontremos diferencias, lo hagamos en un marco que facilite alcanzar acuerdos.
Buscamos un gran propósito, redactar una Constitución que sea valiosa para todos los sectores del país, que mejore la calidad de vida. Invito a dar el segundo paso a nuestros constituyentes y pensar en el primer acuerdo: ¡pongámonos de acuerdo en cómo nos pondremos de acuerdo cuando estemos en desacuerdo!
Pablo Fuenzalida Socio fundador de Dinámicas Humanas
Desorden
La Real Academia Española define la palabra "circo" como "edificio o recinto cubierto por una carpa, con gradería para los espectadores, que tiene en medio una o varias pistas donde actúan malabaristas, payasos, equilibristas, animales amaestrados, etc.". También como "confusión, desorden, caos". ¿Cuál de estas definiciones podría serle atribuida con mayor propiedad a la Convención Constitucional?
Tal vez la segunda, que se refiere a la confusión, la que podría deberse a que muchos de los convencionales constituyentes desconocen la institucionalidad vigente y la naturaleza de la misión que les ha sido encomendada; que se proponen refundar a Chile -u otro nombre que propongan para nuestra patria-; y que se han autoungido como mesías que liberarán al pueblo del "malvado neoliberalismo" y que pondrán fin al orden establecido, instaurando otro basado en la igualdad, la justicia, la bondad, la solidaridad y la felicidad que un Estado omnímodo le otorgará a sus súbditos.
Adolfo Paúl Latorre Abogado
Peticiones
Los constituyentes solicitan respetuosamente al Gobierno amnistía a los "presos de la revuelta" y están dispuestos a presionar para lograr sus objetivos. Ellos manifiestan que gracias a las manifestaciones se pudo lograr el acuerdo por la paz y llamar a escribir una nueva Constitución. Sienten una deuda con ellos. A mi parecer, también se debe considerar en esa deuda a las cientos de víctimas que perdieron sus empleos, negocios y parte de sus bienes. Hasta el momento, no se considera en la petición.
La presidenta de la Convención Constitucional se ganó toda mi simpatía y respeto y tengo todas mis esperanzas en ella por su educación, templanza, criterio y experiencia de vida que, sin duda, usará para hallar una forma ecuánime de dar la oportunidad a Chile de encontrar la palabra justa para escribir las hojas en blanco que pusieron en nuestro imaginario, que además serían sin compromiso alguno.
Octavio Quiroz
Falta de respeto
El espectáculo dado en la instalación de la Convención Constitucional el pasado domingo, dejó a todo Chile perplejo. Hubo falta de protocolo, falta de respeto al Gobierno y a la secretaria relatora del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), Carmen Gloria Valladares. Fue un acto bochornoso que debió haber sido solemne como cualquier acto de este tipo. Incluso interrumpieron a la orquesta juvenil cuando tocaba el himno nacional, dejando a esos niños asustados. La paciencia y tino demostrada por la señora Valladares es digna de elogio.
Como si fuera poco, los constituyentes lo único que hacen es quejarse y exigir más y más. Si necesitan asesores, entonces es mejor que contraten a los asesores y despidan a los constituyentes que no sean capaces con su gestión. El país no está en condiciones de tanta estupidez, ya que no tiene otro nombre esta situación. Los millones y millones que está costando esta Convención podrían repartirse en familias bastante vulnerables.
Es inverosímil ver cómo ha caído Chile en el populismo más absurdo. Ni siquiera en países que tanto admiran estos constituyentes se ha dado una situación similar.
M. Cristina Ruiz-Tagle L.
Delincuencia
Por televisión tuve la oportunidad de ver la brutal agresión que sufrió un conductor de la locomoción colectiva en Valparaíso. Los delincuentes actuaron cobardemente a rostro descubierto y no satisfechos con haber robado el dinero, se dieron maña para atacar al indefenso conductor con alevosía.
Considero que ha llegado el momento que el Poder Judicial, por muy autónomo que sea, escuche las demandas de la ciudadanía, aplicando la ley con la fuerza que ameritan casos tan deplorables como el señalado. Da rabia, vergüenza e impotencia comprobar que la delincuencia está sobrepasando los límites y se ampara en la poca eficacia y falta de compromiso de quienes tienen en sus manos la obligación de hacerlo.
Jorge Valenzuela Araya