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errores. Considerando además su comportamiento posterior, en que incluso anuló irregularmente una votación, la mesa tampoco parece muy interesada en dar garantías a todos los sectores".

La relación entre los dos actores "será por definición tensa y unidireccional. Mientras el Gobierno tiene una aprobación bajísima, la Convención logró consolidar la esperanza de gran parte de la población. En ese sentido el Gobierno, que está desgastado y debilitado, jugará un rol muy ingrato. Ya no puede reconquistar a la ciudadanía y es el culpable perfecto. El Congreso podría vivir una situación similar en el futuro", complementa el ingeniero civil Gonzalo Valdés, máster en Administración Pública por la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard y director Ejecutivo del Centro de Políticas Públicas (CPP) de la Universidad Andrés Bello.

Mientras para Claudio Alvarado lo ocurrido es una desprolijidad y una negligencia grave del Gobierno, Raúl Burgos lo vincula más con "un problema de capacidad en la gestión y organización por parte del Ejecutivo, de anticiparse y actuar oportunamente frente a un proceso que está en marcha desde que ganó el apruebo en el plebiscito de octubre pasado". Y Gonzalo Valdés remarca lo debilitado que aquél se encuentra, en medio de una fuga de asesores reveladora de las bajas expectativas de que el sector se mantenga en La Moneda, lo que se traduce "en menos dedicación y también en que los asesores que quedan tienen menos capacidades".

Incidentes, agresiones y violencia

En relación a si la protesta que concluyó con 20 detenidos y 30 carabineros lesionados el día de la instalación de la Convención, y los incidentes posteriores que derivaron en la agresión contra un constituyente contrario al proyecto de ley de indulto, adelantan de alguna forma lo que será el clima durante el proceso de elaboración de la nueva Constitución, Gonzalo Valdés tiende a creer que éste será tormentoso.

"Hay demasiado en juego, y por la forma en que nació la Convención existen sentimientos encontrados respecto a la protesta violenta. Por un lado es claro que sin las protestas masivas no existiría este proceso constitucional. Y también que las protestas se asociaron a lesionados, pedradas, destrucción de comercios, etc. Para una parte de la población Carabineros dejó de tener el monopolio legítimo del uso de la fuerza y, en cambio, la protesta masiva -con la violencia asociada- logró resultados políticos", expone. También opina que "este clima se puede ver exacerbado si la Convención se traba. Dada la debilidad del Gobierno, creo que el Congreso deberá jugar un rol relevante para contener los ánimos de todos los sectores".

Claudio Alvarado espera que los últimos sucesos no constituyan un adelanto "porque ese tipo de clima político vuelve altamente improbable una deliberación digna de ese nombre", a la vez que declara que le llama la atención "la incapacidad de cierta izquierda para advertir que este ambiente atenta directamente con el propósito de proponer al país un proyecto de nueva Constitución capaz de generar una adhesión mayoritaria en el plebiscito de salida". En ese contexto encuentra grave "que Elisa Loncon cuestione el quorum de dos tercios, o que ella y Jaime Bassa instalen como prioridad el debate de los supuestos presos políticos. Y es demasiado grave y sintomático el silencio o indiferencia de ambos ante la agresión sufrida por el convencional Ruggero Cozzi".

Raúl Burgos introduce otros matices. "En la medida que la Convención comience a realizar el trabajo que le corresponde, ese tipo de situaciones serán más bien hechos aislados", señala, y hace ver que la novedad histórica de aquélla genera un escenario diverso y de incertidumbre en cuanto a ideas y formas de comportamiento político, y de mucha expectación para la ciudadanía. Por lo mismo, piensa que todos los actores del sistema político "deberán hacer un especial esfuerzo por construir un clima que ayude a evitar situaciones como las señaladas".

Votaciones, señales y tendencias

La elección de la presidencia y la vicepresidencia ¿marcan una alineación hacia el ala de izquierda de la Convención, que le permitiría eventualmente a ese sector lograr 2/3 de los votos al momento de dirimir las materias que se estima como las más delicadas?

Raúl Burgos: "Creo que no, por varias razones: elegir a tales autoridades es distinto a decidir respecto a ideas y posiciones en el debate constitucional, sobre todo pensando que no conocemos todo lo que piensan los convencionales en los diferentes temas. La presencia de convencionales que no pertenecen a partidos políticos -históricos o nuevos- es alta, lo que supone mayor incertidumbre en cuanto a la 'lealtad' a su lista o a la capacidad de 'ordenarse' en todos los temas. Y si bien los convencionales de derecha hicieron ver su posición en ambas elecciones, las otras fuerzas se jugaron su opción en las primeras votaciones y luego se fueron inclinando, con sentido de realidad, por las opciones con mayores posibilidades".

Claudio Alvarado: "Es pronto para saber cómo se comportarán los convencionales ante los debates de contenidos, pero parece claro que hay un elenco de constituyentes que llegan a la Convención con un ánimo de revancha política y cultural, más interesados en perpetuar la revuelta que en canalizarla de manera pacífica, constructiva y con garantías para todos los sectores. Aquí están incurriendo en un error severo, que fue, por cierto, el mismo error de Sebastián Piñera luego del balotaje: confundir una mayoría electoral puntual con una supuesta mayoría sociológica en favor de agendas partisanas ajenas a las prioridades ciudadanas".

Gonzalo Valdés: "La elección de presidenta y vicepresidente da indicios de la forma en que actuará la Convención. Aunque todavía hay espacio para que la centroizquierda cambie su estrategia, parece difícil que éstos negocien con la derecha para fortalecer su posición negociadora logrando un tercio. Bajo este esquema, la derecha no tiene un rol que jugar, y la centro izquierda se siente entre la espada y la pared: si la derecha vota con ellos serán acusados de neoliberales encubiertos, y si votan con la izquierda radical no se llegará a una Constitución moderada".

La declaración sobre el indulto

Mucho se discutió respecto de la declaración que pide "máxima celeridad" en la tramitación del proyecto de indulto a detenidos durante el estallido social, que finalmente fue aprobada el jueves y que se hizo extensiva a los presos de La Araucanía desde 2001. ¿Se puede dar un conflicto con el Legislativo considerando que los presidentes de las dos cámaras llamaron a los convencionales a "respetar la institucionalidad democrática"?

"La Convención es un actor político, en la medida que debe discutir respecto a las reglas del juego y la manera en cómo se distribuiría, eventualmente, el poder en el país. En ese sentido, puede emitir las declaraciones que estime pertinentes, sobre este tema puntual u otros temas en el futuro, pero eso no quiere decir que pueda decidir sobre la actuación de los otros poderes del Estado. Por ello, es importante que se reconozca y respete la autonomía de éstos", plantea Raúl Burgos.

Y en lo que concierne al proyecto de indulto, "me parece que es necesario recabar más antecedentes respecto a la cantidad de personas que están detenidas y respecto a las razones de su detención, y con esa información los órganos competentes deben actuar".

La lectura que hace Gonzalo Valdés sobre esta iniciativa es otra: "La declaración recién emitida por los constituyentes intenta combinar un mensaje fuerte y claro con el respeto al Congreso y la institucionalidad. Lamentablemente no es posible servir a dos señores al mismo tiempo, y el mensaje ya trajo consigo las críticas del Ejecutivo, caldeando los ánimos desde un inicio".

Refiere que inicialmente los constituyentes de la Lista del Pueblo y el Partido Comunista "prefirieron demostrar cercanía a sus bases en vez de buscar acuerdos amplios. Después de no alcanzar los 2/3 necesarios y ver que existía un fuerte apego a la institucionalidad de parte de la izquierda moderada, decidieron negociar una declaración conjunta que sí logró llegar al quorum", lo que en su interpretación "es una señal de cómo funcionará el proceso de negociación, con una izquierda activa y probando los límites, una centroizquierda reactiva, y una derecha inexistente".

Claudio Alvarado: "Cada convencional puede opinar lo que quiera sobre estas y otras materias, pero otra cosa es tensionar a la Convención como cuerpo colegiado sobre asuntos que exceden sus competencias y atribuciones. Eso no corresponde ni colabora al propósito central de este órgano. Si recordamos, además, que existen múltiples pronunciamientos que descartan la existencia de presos políticos en Chile, incluyendo al director de Human Rights Watch, todo esto parece un capricho de ciertos sectores que aún se auto conciben como activistas, sin asumir su papel y su responsabilidad como convencionales constituyentes. A ellos hay que fiscalizarlos y exigirles mucho, tal como a cualquier instancia del Estado". 2

Dada la debilidad del Gobierno, el Congreso deberá jugar un rol relevante para contener los ánimos".

Hay constituyentes más interesados en perpetuar la revuelta que en canalizarla de manera pacífica y constructiva".

La Convención puede emitir las declaraciones que estime, pero no decidir sobre la actuación de los otros poderes".

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