Reactivación versus seguridad sanitaria
El lleno total de los restaurantes de Viña del Mar y Concón durante el fin de semana debe ser tomado con mesura y responsabilidad. Quizás la nueva normalidad será ésta: una larga fluctuación entre las restricciones y la libertad, tan parecida a la analogía de la manta que al mismo tiempo cubre la cabeza y destapa los pies.
Más de 60 mil vehículos ingresaron a la Región de Valparaíso el pasado fin de semana, registrándose en Viña del Mar -comuna que tuvo su primer wikén en fase 3 en meses-, Concón y Olmué, grandes aglomeraciones en restaurantes y cafeterías, aliviando de alguna manera el duro trance por el cual ha debido pasar el rubro gastronómico desde el inicio de esta larga e incierta crisis sanitaria por la pandemia de covid-19.
Entendiendo que la actualización del plan Paso a Paso, que entrega mayores libertades de tránsito y de aforo para quienes tengan completas las dosis de vacuna, se aplicará a contar de este jueves 15, con el viernes 16 feriado religioso por la celebración de la Virgen del Carmen, se espera para este fin de semana largo una masiva llegada de turistas, particularmente capitalinos, en coincidencia con las vacaciones de invierno de buena parte de los colegios.
Al respecto, el seremi de Salud Georg Hübner llamó a mantener los testeos y precauciones, además de destacar la colaboración de los locales y el respeto de los aforos en un trabajo colaborativo liderado por la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso (CRCP) y las propias autoridades.
Con todo, cabe poner paños fríos sobre esta suerte de reapertura que se vive en la Ciudad Jardín, más aún tomando en cuenta de que los riesgos no han sido precisamente desterrados. Si bien los contagios y positividad han estado a la baja, la amenaza de la variante delta del coronavirus no debe ser minimizada, menos con el antecedente vivido el último verano, cuando los permisos de vacaciones y la movilidad interregional terminaron golpeando duramente las estadísticas sanitarias regionales y las UCI de los hospitales locales, más allá del puntal en el proceso de control de la pandemia que son las vacunas, como argumentó Hübner. Bastó ver las aglomeraciones del fin de semana -claramente, sin respetar distanciamiento y otros factores- para saber que el mes de julio marcará con toda seguridad un nuevo repunte de las cifras covid tras el relajo invernal.
Más que una crítica, es una constatación. Quizás la nueva normalidad será ésta: una larga fluctuación entre las restricciones y la libertad, tan parecida a la analogía de la manta que al mismo tiempo cubre la cabeza y destapa los pies. En algún minuto es necesario optar.
Recapitulando, las economías locales necesitan una reactivación que, ya está claro, no puede ser solo a punta de bonos o subsidios por parte del Gobierno. Pero quizás tratar a Viña del Mar y Valparaíso por separado solo concentre los beneficios comerciales y el riesgo sanitario en una sola ciudad, asumiendo que ambas localidades conurban hasta en las quebradas de los cerros.