Con 80 salas híbridas inicia PUCV las clases presenciales
RETORNO. Mediante inversión en tecnología y capacitaciones para su uso, plantel porteño busca instaurar sistema mixto.
A partir del próximo 23 de agosto podrán asistir a clases presenciales los alumnos de primer y segundo año de carreras de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Mediante una modalidad mixta -con la que se espera que unos 3 mil alumnos tengan la posibilidad de volver a sus aulas- la casa de estudios pretende habilitar un sistema que se adapte a la flexibilidad que requieren sus estudiantes.
"Así como durante esta pandemia hemos privilegiado en todo momento la salud y la integridad de nuestra comunidad universitaria por medio del desarrollo de actividades virtuales, hemos estado planificando lo que será el regreso paulatino a la presencialidad, para lo cual estamos considerando una primera instancia de clases híbridas", explica su rector, Claudio Elórtegui.
Según añade el vicerrector académico, Nelson Vásquez, la habilitación de un total de 80 salas híbridas permitirá a sus estudiantes participar de las clases tanto de manera física como en modalidad virtual, pensada para quienes opten por mantenerse en sus hogares. De igual forma, "los profesores podrán realizar su proceso de enseñanza acorde a estas tecnologías, manteniendo la grabación de las clases", dice.
Capacitación y medidas
Mientras que el denominado Plan de Retorno gradual inició con un proceso de preparación del personal de Servicios en cuanto a la sanitización de los espacios, a los académicos del establecimiento se les ofreció una capacitación para el uso de las tecnologías. "Lo beneficioso de esto es que permite generar herramientas nuevas de educación, que probablemente vamos a seguir implementando en el futuro", valora Patricio Carvajal, docente de la Escuela de Alimentos PUCV.
De acuerdo con el protocolo, los estudiantes que deseen asistir presencialmente antes deberán inscribirse para que la universidad pueda llevar un registro de asistencia que permita la trazabilidad en caso de contagios, lo que sin embargo desde la institución descartan que se hayan producido hasta el momento. Para prevenirlos, aseguran haber dispuesto "la instalación de termómetros digitales para controlar la temperatura corporal a la entrada de cada recinto, dispensadores de alcohol gel para las manos, y las medidas y señalizaciones de distanciamiento entre personas en cada una de las instalaciones".
"Es un esfuerzo importante que se está haciendo", valora la académica Marcela Cornejo, de la Escuela de Ciencias del Mar, quien considera que es destacable, por sobre todo, "la rapidez con la que ha actuado la universidad".