Todos somos Billy Monsieur
Billy Monsieur es un joven haitiano de 24 años de edad que ingresó al país de manera legal hace cinco años. Presenta varias dificultades, además de aquellas asociadas a ser un migrante, así como un "consumo problemático de drogas". Al parecer, también padece de algún trastorno cognitivo o del aprendizaje y se encuentra en situación de calle.
Hace algunos meses apareció en nuestro barrio, conocido como "Barrio Italiano", en el plan de Valparaíso. De inmediato llamó la atención deambulando de una calle a otra sin un rumbo claro, generando situaciones de conflicto, propias de la actitud de desconocimiento, ignorancia, temor y prejuicio que muchos chilenos sienten frente a un migrante. Comenzaron inmediatamente conjeturas y rumores de que se trataba de un haitiano enfermo mental.
Por su situación de calle, en principio dormía en un vehículo que se encuentra abandonado frente a la Segunda Comisaría de Carabineros de Valparaíso. Allí comenzaron los primeros problemas con vecinos, pues al "vivir" en un auto, no tenía dónde hacer sus necesidades, comer y menos aún permanecer sin las dificultades propias de esa situación, sumándose la acumulación de basura y desechos en dicho sector.
Posteriormente se adentró en el barrio y comenzó a dormir en otro automóvil abandonado en calle Buenos Aires, en la esquina de la Prefectura de Valparaíso.
Algunos vecinos decidieron empezar a ayudarlo con comida, distribuyéndose la semana para que al menos tuviera almuerzo y alguna colación. Esto resultó bien en un principio, por un par de meses. Sin embargo, nuevamente comenzaron los conflictos con vecinos que no lo querían en el barrio.
Estos vecinos denuncian la ocurrencia de "incivilidades" y eventuales delitos o faltas por parte de este joven, diciendo conocer casos de situaciones de acoso a mujeres, adultos mayores y lo que describen como "exhibicionismo" en algunas ocasiones. Estas supuestas situaciones los harían negarse e impedir la ayuda hacia esta persona y, en definitiva, realizar acciones para expulsarlo de los espacios públicos del barrio. "Él no es tan bueno como ustedes creen, se les ha tirado a unas niñas, ha insultado y agredido a adultos mayores, y muestra sus genitales", alegan.
A estos vecinos se les orientó y aconsejó para que, de ser efectivos los casos, puedan ponerlos en conocimiento de autoridades del Ministerio Público, pues eventualmente pueden estar ocurriendo algunos delitos, a lo que han respondido que han recurrido a Carabineros y que estos señalan no poder hacer nada.
En algún momento hubo un conflicto con comerciantes ambulantes y otros establecidos, los que dicen que Billy es una amenaza para sus negocios. De igual manera, sabemos que habría estado detenido por supuestas amenazas. Esto derivó en su internación en el Hospital Carlos van Buren de Valparaíso, lugar en el que, al parecer, se le diagnosticó una "depresión", lo que no permitió su atención más allá de su estabilización, situación que terminó con su huida del centro asistencial y su regreso a las calles.
Actualmente existe un conflicto vecinal entre aquellos que queremos ayudar, no solo entregando ropa y comida como se ha hecho hasta ahora, sino más bien a partir de acciones ante las autoridades para que las políticas públicas pertinentes aborden de manera integral este caso, y aquellos otros que se ven invadidos, amenazados y que, en definitiva, prefieren deshacerse del problema.
En efecto, hace unos días comenzó una verdadera "campaña contra Billy". Así las cosas, lo primero que ocurrió es que el vecino dueño del auto en que "vivía" se autodenunció al municipio y estos retiraron el vehículo de la calle.
Lo segundo es que se le ha impedido, ya sea mojando la calle o cerrando espacios que siempre han estado abiertos, como escaleras, para impedir que se pueda establecer o siquiera pasar la noche allí.
Uno de los últimos episodios lo marca el hecho que hace un par de días apareció entre los vecinos una carpa y la idea de instalarla para que pudiera al menos pasar la noche, a sabiendas de que no es lo mejor ni lo correcto, e inmediatamente aparecieron las voces de "vamos a quemar la carpa".
Hoy, Billy deambula por el centro de Valparaíso, pide dinero, creemos que para consumo de drogas, y durante el día va y viene de nuestro barrio, duerme en las afueras de una casa en el que una vecina le brinda una suerte de espacio para que instale unas frazadas y su ropa de abrigo.
Se ha accionado de manera aislada, y por parte de los mismos vecinos que buscan colaborar, varios contactos en la red pública, Servicio de Salud, municipalidad, en su oportunidad la Gobernación. Sin embargo, y a pesar del conocimiento que todos los actores públicos dicen tener del caso, no ha sido posible que algún organismo o institución se haga cargo de una intervención integral que desde la protección de la salud, mental y física, social y humanitaria, le pueda brindar atención y tratamiento.
También es atendible el punto de los vecinos que se sienten agredidos o amenazados por la presencia de Billy. No obstante, creemos que lejos de enfrascarnos en un conflicto entre nosotros, es mejor accionar y solicitar la intervención de quienes tienen a su cargo el cuidado no solo de los connacionales, sino también de aquellos que viven en nuestro territorio sin importar su condición, raza o nacionalidad.
Aquellos que hemos tratado con Billy no hemos encontrado en él alguna actitud de maldad y tampoco nos hemos sentido amenazados.
Billy, al parecer, ha cometido errores. Sin querer justificarlos, estos están íntimamente relacionados o motivados por sus múltiples precariedades, carencias de toda red de apoyo, enfermedades y adicciones.
Creemos que si no se visibiliza este caso y no se interviene de manera integral, en cualquier momento este ser humano puede ser víctima de algún hecho que lamentaremos como sociedad.
Hacemos un llamado a las autoridades de nuestra ciudad a no desentenderse y a hacerse cuanto antes parte de la situación que aqueja no tan solo a Billy, sino a muchos migrantes y también chilenos que se encuentran en situación de calle en los barrios de nuestra Ciudad Puerto.
Por paula pérez, erasmo sáez y daniela paz,
Directiva del Consejo vecinal de Desarrollo Almendral pie de Cerro