La larga tragedia de Santiago Wanderers
Con su derrota ante Huachipato, el Decano del fútbol chileno cumplió el peor inicio de un equipo en el campeonato nacional desde 1942. Es posible trazar un paralelo entre el mal momento que vive el club y el deterioro de la ciudad. En ambos casos resultan evidentes las malas decisiones y los caminos erráticos de sus autoridades.
"El querido Wanderito como Valparaíso... perdido, sin rumbo y sin liderazgo", escribió ayer con tristeza un hincha, luego de ver la paliza que un equipo modesto pero correcto como Huachipato daba al Decano en su propia casa, el estadio Elías Figueroa Brander. Quizás es mera coincidencia que exista este paralelo entre la mala campaña del equipo profesional más antiguo del fútbol chileno y el deterioro que exhibe la ciudad puerto en su casco patrimonial y sus calles comerciales, pero en ambos casos la situación llega luego de largos periodos de malas decisiones y rumbos erráticos, con mandos cuestionados y una tensión permanente que termina por tensar la cuerda de la convivencia interna al punto de hacer daño.
Para Wanderers, la espiral de los últimos 15 meses ha sido particularmente intensa. Tras lograr el control de las acciones en el club y alcanzar la presidencia del directorio de la sociedad anónima que maneja la concesión, el abogado Rafael González ha debido enfrentar la impugnación permanente tanto de los barristas que integran Los Panzers como de algunos directivos de la Corporación Santiago Wanderers. Aunque la pugna llegó a un nivel inaceptable el 23 de mayo, cuando un hincha ya detenido lanzó fuegos artificiales contra el portón de la casa del presidente, se ha mantenido constante debido a los malos resultados de la temporada. No es la figura de Rafael González como persona la cuestionada, sino su carácter simbólico como líder de un sistema de administración, la sociedad anónima, que pese a las promesas hechas en su inicio - campeonatos, desarrollo institucional, promoción de jóvenes figuras y el fortalecimiento de la imagen del club junto a su ciudad -, no ha sido capaz de sacar a SW de la irregularidad deportiva que ha padecido toda su historia.
La discusión ya está abierta sobre este punto y, sin importar si González se mantiene o no a la cabeza, cada día hay más hinchas que promueven un cambio sistémico al club, en tanto otros recuerdan con molestia los manejos poco transparentes y abusivos que permitía el antiguo modelo.
El resultado es que al perder con Huachipato y acumular sólo un punto en las primeras catorce fechas del campeonato, Santiago Wanderers se convirtió ayer en el equipo de peor campaña inicial en la historia del fútbol chileno, una marca deshonrosa que mantenía el desaparecido Santiago National desde 1942. Esto ocurre a una semana de que el Decano cumpla 129 años de existencia y en un mes lleno de actividades conmemorativas. La sensación de tristeza que abarca a toda la hinchada tendría algo menos de dramatismo si no viniera acompañada de una profunda incertidumbre, porque, así como ocurre con la ciudad, no hay un plan de largo plazo que permita abrigar esperanzas en una futura recuperación y, peor incluso, no se avizora un liderazgo común capaz de, más allá de las legítimas diferencias, encaminar a todos los wanderinos/porteños hacia el camino de salida de este túnel.