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El rinconcito de la consentida

El sharpismo sin Sharp

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Cuando el 10 de agosto se hizo pública la noticia sobre la renuncia de la concejala de Valparaíso Zuliana Araya al Partido Por la Democracia (PPD), los militantes de la colectividad que fundó Ricardo Lagos Escobar en las postrimerías de la dictadura estaban esperando esta decisión, pero la sorpresa fue enterarse que una cincuentena de militantes de Valparaíso también lo hacían, y muchos aún se preguntan el porqué de esta medida.

Pero, tal como me enseñó mi hoy jefe en esas tardes de viernes de investigación periodística en la U, esta humilde reportera supo llegar hasta el final de la verdadera y calculada jugada del sharpismo, esa suerte de movimiento religioso que predomina hoy en calle Condell y sus alrededores.

Desde el entorno del alcalde Jorge Sharp están muy atentos a los desenlaces jurídicos que se han ido forjando en las dependencias ubicadas en calle Compañía 1288 de la capital, donde funcionan las oficinas del tribunal Calificador de Elecciones (Tricel). Este organismo ha fijado una línea de sentencias muy duras contra los ediles que ingresan acusados. Más aún teniendo presente el contundente fallo en contra de la poderosa exalcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, Paulo Gómez (el denominado "Rasputín" del alcalde Sharp) ha comenzado a sopesar diferentes escenarios y, como buen factotum, ya ha pensado en cómo el sharpismo continuará en el Puerto después de su sumo e ilustre líder.

Si el Tricel falla finalmente en contra del alcalde porteño y lo destituye, el Concejo Municipal de Valparaíso tendría la misión de escoger a la nueva máxima autoridad comunal. Quien comenzaría con ventaja en este nuevo escenario es la concejala Zuliana Araya, quien obtuvo 7.707 votos en la elección de mayo de este año, pasando a ser la primera mayoría.

Esto la convierte en la carta más segura, sumado a que el sharpismo cuenta con una amplia mayoría en el Concejo. Es por este gran motivo que desde el círculo del actual alcalde se están acercando mucho a la ex PPD, incluso entre algunas tallas se cuenta que la administradora municipal, Cecilia Ugalde, pasó de ser sharpista a zulianista. Pero la relación entre Ugalde y Zuliana Araya se vio fortalecida en el periodo anterior, en el cual la actual administradora municipal se desempeñaba como jefa de Recursos Humanos del municipio, y quien accedió a incorporar a varios escuderos de Araya al municipio, comenzando por Marcelo Aguilar, quien trabaja en la plataforma de atención al público; el exjefe de gabinete de Aguilar en Fosis, Leonardo de la Torre (Administración Municipal); Loreto Fernández (Dirección de Tránsito); y Romina González, actualmente en la Administración Municipal y quien denunció el bullado cumpleaños de Mariela Valdés, lo que le valió un sumario a la exfigura de la DC porteña.

Todos los nombres anteriores no solo renunciaron al PPD junto con su madrina Zuliana Araya, sino que también ya comenzaron a preparar su arribo a Territorios en Red (TER). Así lo juramentaron el viernes 13 en presencia del mismísimo alcalde Sharp, quien en conjunto con su nueva jefa de gabinete, Karla Huerta, concurrieron al Restaurante O'Higgins no solamente a celebrar el cumpleaños de la concejala Araya, sino también a la "pagada de piso" de Huerta. Tanta fue la camaradería después de meses tan convulsos, que el alcalde se dejó ver en público en una actividad social y se sirvió un buen lomo liso con papas fritas, mientras que quien pagó la cuenta -Karla Huerta- mezcló carne con su tradicional ensalada de palmitos, palta y tomate.

Finalmente, todos creen que si Zuliana llega a ser la nueva alcaldesa, ya sea por destitución o porque el jefe comunal renuncie un año antes para optar al Congreso, Sharp podría pasar a la historia asociado de forma férrea y comprometida a la primera alcaldesa transexual del país, de la mano de un futuro fichaje en Territorios en Red.

por gabriela chomer

Algo huele mal en Dinamarca

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En uno de sus textos filosóficos más bellos, Políticas de la amistad (1998), Derrida sostiene que la democracia está siempre por venir. La democracia está en permanente tensión y no puede ser entendida como algo realizado definitivamente porque ello implicaría encorsetar al "resto", esto es, a los marginados, excluidos, desplazados y desterrados por la propia democracia institucional. Pero tal empresa, dice Derrida, es siempre inconclusa y, en este sentido, al pensar la democracia no desde lo institucional, sino desde lo que Roberto Esposito llama pensamiento "impolítico" (no antipolítico), el filósofo francés posibilita una lectura que enriquece las definiciones tradicionales de la ciencia política.

Por ello la exclusión, el veto, el destierro del convencional Jorge Arancibia por parte de la Comisión de Derechos Humanos de la Convención Constitucional es un error político inexcusable. En primer término, porque Arancibia fue electo legítimamente y representa a una porción relevante del electorado; segundo, porque la marginación lo victimiza, poniéndolo a la altura (guardando las proporciones) de los segregados por la Alemania nazi en 1933, los gulags soviéticos o el extinto artículo 8 de la Constitución de 1980; tercero, porque la centroizquierda pierde la oportunidad para que lo realmente intolerable- las violaciones a los derechos humanos- queden representadas en la figura del almirante (r) como recordatorio permanente de un régimen genocida; y cuarto, porque el destierro, en sí mismo, es un acto ilegal y arbitrario, con el riesgo de judicializar un conflicto, en principio trivial y delicuescente.

Otro fallo de proporciones es el acuerdo de la Comisión de Reglamento de suprimir el término "república" en el articulado del Reglamento de la Convención, a pretexto de que el artículo 1° habla que la soberanía reside en los "pueblos", de manera que la expresión república sería incoherente con una perspectiva plurinacional. El convencional Daza agregó que se trataba de un problema artificial, pues el artículo 135 de la actual Constitución garantiza que Chile es un Estado republicano, con lo cual simplemente se quiere decir que "república" es lo contrario de una monarquía.

No tenemos espacio suficiente para desarrollar una historia del republicanismo en Occidente, pero sí para hacer notar la confusión conceptual en la que parecen incurrir varios convencionales. "República", "democracia" y "derechos humanos" son conceptos que no pueden ser tomados a la ligera. El lenguaje tiene carácter performativo, es decir, tiene el poder de transformar la realidad que describe.

De esta manera, suprimir la palabra república a pretexto de que se trata de algo puramente semántico, es una potestad que la Convención no posee, pues su único propósito es la redacción de una nueva Carta Fundamental y no la realización de actos políticos que se encuentran al margen de sus atribuciones.

por fernán rioseco

académico filosofía uv