Las advertencias de Agustín Squella
El constituyente alerta sobre la necesidad de diálogo y acuerdo, sin los cuales no habrá una nueva Constitución. Agustín Squella propone que tras la aprobación del reglamento y antes de entrar al trabajo de fondo, la Convención haga una jornada de reflexión y autocrítica. Escéptico, cree que su idea va a caer en el vacío.
En medio del oscuro episodio Rodrigo Rojas Vade y la baja aprobación al trabajo de la Convención Constitucional, Agustín Squella, integrante de ese organismo, advierte que "sin diálogo no hay acuerdos y sin acuerdos no habrá Constitución".
En entrevista con este Diario, puntualiza que "no podemos proponer una Constitución partisana que represente solo a una parte del país; todo este debe reconocerse en el futuro texto constitucional". Sensata afirmación de quien detenta el Premio Nacional de Humanidades y ha ocupado la Rectoría de la Universidad de Valparaíso, de la cual es reconocido académico de Filosofía del Derecho.
Squella es un hombre de izquierda, sobre todo un liberal; su trabajo y sus declaraciones lo muestran como un constituyente sensato, además de ilustrado.
Tiene toda la razón cuando advierte sobre la importancia de los acuerdos tras una Carta en la todo el país debe reconocerse. En suma, se trata de llegar a un "pacto social", ello en lo formal, dentro del plazo de nueve meses, prorrogable por otros tres, para llegar a una propuesta que será sometida a la aprobación o rechazo del electorado en un plebiscito de salida, con voto obligatorio.
No comparte propuestas de la comisión de Ética con sanciones contra el negacionismo, como la reeducación o la suspensión de derecho a voz. Y en su rechazo agrega que "para peor, la propuesta de reglamento habla incluso de buen vivir. ¿Qué es eso del buen vivir?".
Claramente, esas disposiciones, de ser aceptadas por el pleno, estarían acercándose a los tiempos del maoísmo y de la revolución cultural y alejarían del necesario acuerdo sobre el texto mismo de las disposiciones de la propuesta final.
Desestima también Squella los plebiscitos dirimentes cuando no se logren los 2/3 en algún punto, posición lógica que aleja los acuerdos y que en lo práctico terminarían dilatando el trabajo de la Convención y deteriorando su apoyo ciudadano.
Las opiniones de Agustín Squella son oportunas cuando se inician semanas de trabajo clave en el proceso, pues se deben alcanzar acuerdos plenarios sobre las normas reglamentarias, esto tras una tensa sesión del jueves pasado en que hubo reparos a la mesa que preside Elisa Loncon, acompañada por el vicepresidente, Jaime Bassa. Las críticas llegaron desde el sector de los pueblos originarios. Otro punto pendiente es en el mecanismo para establecer una mesa directiva rotativa, sobre lo que hay acuerdo transversal, pero sin determinarse aún el mecanismo.
Dentro de este cuadro confuso, Squella propone que tras la aprobación del reglamento y antes de entrar al trabajo de fondo, la Convención haga una jornada de reflexión y autocrítica. Escéptico, cree que su idea va a caer en el vacío. En todo caso, está lanzada y despejaría el camino, facilitando avances efectivos tras acuerdos amplios y representativos.