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El rinconcito de la consentida

La cueca de Nataly y Jorge Esteban

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El último fallo del Tribunal Electoral de Valparaíso que permite a los partidos del Frente Amplio de la Región competir en las elecciones de consejeros regionales (cores), les da un gran alivio, en cuanto podrán competir. No obstante, ahora comienza la verdadera pelea en el territorio y los egos con los alcaldes del mismo conglomerado.

Esta intranquilidad contraviene los planes del gobernador regional, Rodrigo Mundaca, para quien -como él mismo les ha dicho a sus adherentes-, el éxito de su gestión está amarrado al resultado electoral de noviembre, esto es tener un buen número de cores que sean afines a su proyecto político.

La incertidumbre es sumamente notoria y hay muchos candidatos que van a la reelección. No solo esperaban ganar, sino que también arrasar y así obtener grandes resultados para su conglomerado, como, por ejemplo, la consejera por Viña del Mar, Tania Valenzuela, quien apostó todo por convertirse en el rostro del Frente Amplio en la comuna y así disputarle protagonismo a la alcaldesa de Revolución Democrática, Macarena Ripamonti. Para nadie es un misterio la altísima rivalidad que existe entre la nueva jefa comunal viñamarina y su homólogo porteño Jorge Esteban Sharp, donde Tania Valenzuela ha tomado partido abiertamente en favor del puntarenense. En esta misma provincia (Viña, Concón, Quintero y Puchuncaví) competirá el derrotado candidato a concejal Hernán Madariaga, quien trató por todos los medios ingresar a trabajar en la gestión de Ripamonti. Sin embargo, su compañero de lista y exitoso candidato, el concejal Alejandro Aguilera, lo vetó de ingresar al municipio, debido a la agresiva campaña que Madariaga realizó en su contra en la última elección. En base a lo anterior, el municipio tampoco le daría algún gesto de apoyo al malogrado candidato a edil.

En el caso de San Antonio, el consejero regional es Jorge Mora, perteneciente a Revolución Democrática y quien tiene una relación no muy fluida con la nueva alcaldesa, Constanza Lizana, a pesar de que los partidos del FA la apoyaron en su elección de mayo recién pasado. Lo que no esperaba Mora era que Lizana ganara y así complicase sus planes de ser alcalde de la porteña ciudad en el corto plazo.

No obstante, hay consejeros que están entre dos fuegos, como la actual core por la Provincia de Valparaíso, Nataly Campusano, quien tendría una dura elección, ya que el alcalde Sharp y su movimiento Territorios en Red llevan de candidatas a Daniela Carrillo y Karem Jorquera -pareja de Santiago Aguilar-, con la única y exclusiva misión de derrotar a Campusano y dejarla fuera del Core. Cosa que podría ocurrir a medias: de perder Campusano y ganar Gabriel Boric, ella se podría convertir en la Delegada Presidencial Regional o -como ella misma lo ha dicho- ser ministra de Desarrollo Social, ya que para nadie es un misterio la estrecha relación que Campusano tiene con la dupla conformada por Boric y su actual pareja, Irina Karamanos. Esta última colaboró activamente en la campaña de Campusano para las primarias a gobernadora regional, en las cuales se midió con el actual gobernador, Rodrigo Mundaca. Es más, uno de los principales aportes financieros lo hizo el mismísimo diputado por Magallanes Gabriel Boric, enemigo declarado del alcalde Jorge Sharp desde que éste lo ninguneara para el 15/N.

por gabriela chomer

La residencia del poder

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"Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unión más perfecta, establecer la justicia, garantizar la tranquilidad nacional (…) por la presente promulgamos y establecemos esta Constitución para los Estados Unidos de América", es el conocido preámbulo de la Constitución escrita más antigua del mundo, aprobada en 1787. En ella, el poder parece residir en el pueblo, pero el país americano es también una nación. ¿Dónde reside realmente el poder? ¿En el pueblo o en la nación? Y si es en el pueblo, ¿es legítimo radicarlo en "los pueblos" como se pretende por la Convención Constitucional?

Nuestra respuesta a la primera pregunta es que el poder reside en la nación, tal y como se lee en el artículo 5 inciso segundo de la Constitución y, supletoriamente, en el pueblo. Pero incluso si el poder se entiende radicado en el pueblo, no resulta legítimo hablar de "pueblos".

El concepto de nación comenzó a gestarse a partir del de pueblo, cuando se acentuó -principalmente por Montesquieu- la importancia de los factores naturales y tradicionales en desmedro de los voluntarios. Así, las causas naturales y tradicionales (clima, religión, tradiciones, usos y costumbres) contribuyeron a formar lo que Montesquieu llamó "espíritu general" o "espíritu de la nación". Más modernamente Bruce Ackermann, interpretando la 14° enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, reconoce que el sentimiento nacional prevalece por sobre el origen estadual: antes se es norteamericano que nativo de Pensilvania, Oregon o Chicago. La nación nada tiene que ver con la voluntad de los individuos, sino que es el destino que se cierne sobre ellos (y sobre el pueblo) y al cual no se puede sustraer sin traicionar los valores y las instituciones nacionales.

Ha sido la mala fama de los nacionalismos del siglo XX lo que ha sepultado el concepto de nación y hecho resurgir el de pueblo, ligado a ideales cosmopolitas, variados y contrapuestos que acompañan a las sociedades democráticas del siglo XXI. Pero, incluso si la noción de pueblo ha de prevalecer en nuestros días, no merece la misma consideración la de "pueblos", que no es sino una entelequia inteligentemente diseñada para favorecer el reconocimiento de varios Estados dentro del Estado nacional.

La discusión excede la mera simpatía por el carácter federal o unitario de un Estado. La propia ONU, a fin de preservar los principios de libre determinación y de integridad territorial, ha dictado numerosas resoluciones, a vía ejemplar la N° 1514 (XV), que establece que "todo intento encaminado a quebrar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas".

Es en la nación donde reside el poder, algo que el mismísimo presidente Allende parece comprender en su último discurso: "Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino".

por fernán rioseco

académico filosofía uv

Bella ciao

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Hace algunos días y bajo una fría noche de invierno, fui con mi novia al Estadio Sausalito a ver Everton vs. Palestino, oportunidad en la que los oro y cielo lograron retomar la senda del triunfo gracias al certero remate del argentino Cuevas desde los 12 pasos. Lo llamativo no estuvo en la cancha, sino más bien fuera de ella, en el moderno coliseo que hasta hace algún tiempo era la sede de reuniones y eventos de la llamada "Ciudad de Dios" de la "Manam". Junto al tablero marcador de goles podían verse tres banderas: la chilena, que orgullosa ondeaba relegada a una esquina y no al centro como debiera ser, la bandera municipal y, por último, la del Estado Palestino, visiblemente más grande que las otras dos. Ya avanzado el partido la cosa fue más fácil de entender, cuando desde el palco municipal se oían los gritos y reclamos cada vez que el árbitro pitaba en contra del club visitante y las muecas de enfado se hacían evidentes ante cada regate o acierto de los ruleteros, todo acompañado del aliño de medio tiempo en que el locutor oficial anunció un emotivo homenaje para Palestina. En realidad, no quedó muy claro quien jugó de local ese día.

por la blonda espía