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El asedio de los fantasmas

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Hay libros que resultan adelantados. De cierta manera, abren una suerte de sendero que luego comienza a ser transitado por otros autores y que suele terminar convirtiéndose en una ruta muy usada. Casi obligatoria.

Tal vez uno de los casos más notables es "Otra vuelta de tuerca", del estadounidense Henry James. Si bien el libro no es ni de lejos el iniciador de la tradición de las historias de fantasmas, su influencia es tan gravitante que el lector que lo conoce no puede dejar de comparar con él cualquier obra del género que cae en sus manos.

Nacido en 1843 en Nueva York, James publicó sus primeros trabajos en EE.UU., pero después de una serie de viajes a Europa, y tras conocer a científicos como Darwin y escritores hoy considerados clásicos, terminó estableciéndose en Inglaterra en 1876. Es autor, entre muchas otras obras, de "Retrato de una dama", "Las Bostonianas", "Washington Square" y "Los papeles de Aspern", amén de críticas, ensayos y un caudal de cuentos que corta el aliento.

En medio de esa obra numerosa se esconden algunas narraciones dedicadas a lo sobrenatural, que hoy son consideradas fundamentales: "La fontana sagrada", "El alquiler fantasma", el maravilloso "Los amigos de los amigos" y, por sobre todo, "Otra vuelta de tuerca".

La historia se abre, era que no, junto al fuego en una mansión inglesa en el campo, en pleno invierno. Es Navidad y un grupo de amigos se ha dado cita para compartir historias de fantasmas y aparecidos, pero la atención ya ha comenzado a decaer. Entonces, uno de ellos toma la palabra y ofrece mandar a buscar a su hogar en la ciudad un misterioso manuscrito que ha estado en sus manos por algún tiempo. Es el relato en primera persona de una mujer que años atrás quedó al cuidado de unos niños cuando estos eran acosados por fuerzas fantasmales. El narrador no da muchos detalles, pero se adivina cariño, acaso amor, hacia esa desconocida de quien nunca sabremos el nombre.

Sí sabemos que al momento de los hechos relatados la protagonista es una joven institutriz, que es contratada por el tío de los niños. Los pequeños son hijos de su hermano muerto en el extranjero y él no tiene tiempo para hacerse cargo de ellos. Le ofrece a la joven el cargo a cambio de un buen salario y de la promesa de que no lo molestará con ningún tema asociado a la crianza de los niños. Ella acepta motivada, más que nada porque parece haberse enamorado del hombre.

El resto de la historia transcurre en Bly, la distante propiedad en la que viven los niños y hasta donde la institutriz se traslada. Es un terreno grande, con una laguna con embarcadero y en el cual está construida una mansión.

Los niños, Flora y Miles, son adorables, en palabras de la narradora, quien empieza a hacerse cargo de sus nuevas obligaciones. Pero extrañas sensaciones, gestos llamativos de los niños y una historia del pasado reciente de la casa harán que las cosas tomen otro curso.

Todo cristaliza cuando la joven se encuentra cara a cara con un desconocido. Su rostro transmite amenaza. Poco después, en compañía de la niña, ve a una mujer observándolas de lejos junto a la laguna. Su aspecto también es siniestro. Lo más llamativo: la joven está segura de que Flora ha visto la presencia, pero actúa como si no la viera.

Ambas personas no forman parte de los empleados de la propiedad, pero sus descripciones calzan con dos empleados fallecidos.

Este será el eje de la historia. Un asedio fantasmal, en que la institutriz trata de ingeniárselas para proteger a los niños a su cargo en un lugar del que conoce muy poco y donde solo puede contar con la complicidad de la señora Grose, la mujer que lidera al personal de la propiedad.

¿Qué quieren exactamente los fantasmas? Poco a poco, una idea terrible comienza a calar en la mente de la institutriz, quien desde ahí en adelante hará todo por tratar de impedir el siniestro plan que ella avizora.

La forma en que está narrada "Otra vuelta de tuerca" roza la perfección y la prosa de James es una de la mejores que se puedan leer. El libro, simplemente, es una delicia al cual se puede volver una y otra vez a medida que pasa el tiempo para hallar cosas distintas. Justamente, una de las características que Italo Calvino atribuyó a los clásicos.

Y es justamente esa profundidad que se va abriendo la que permite hacer preguntas sobre lo que realmente estamos leyendo, como lo han señalado diversos críticos. ¿Realmente hay fantasmas en la mansión Bly o más bien estamos en presencia de las alucinaciones de una joven muy sensible, que la llevan a emprender, desde su punto de vista, heroicas acciones para proteger a los niños a su cargo? Tal vez esa duda que comienza a instalarse -¿hay fuerzas fantasmales o simplemente un caso de locura?-, es otra de las delicias de la obra de James.

La novela está hecha, fundamentalmente, de atmósfera, construida con un talento que a veces parece sobrenatural y que alcanza su punto más alto cuando una joven mujer descubre que a veces las tareas más difíciles del mundo pueden exigir "otra vuelta de tuerca de la virtud humana normal". Imprescindible.

Título: "Otra vuelta de tuerca". Autor: Henry James. Editorial: Penguin. Clásicos. Extensión: 256 páginas. Venta: $7.000 (aprox.) en librerías.

por shogun