Vertedero El Molle ante futuro ambiental
El próximo término del contrato de operación del vertedero abre posibilidades para una mejor explotación de ese espacio. El gobernador llamó a "cambiar nuestros patrones y hábitos de conducta, además de trabajar desde el punto de vista de la capacitación, de comprender la importancia de que sea la propia población la que pueda separar residuos orgánicos de los inorgánicos".
Crítica es la situación del vertedero El Molle, que es utilizado por 12 comunas de la región para disponer sus desperdicios. Dentro de dos semanas se vence el contrato de operación de ese espacio de propiedad de la Municipalidad de Valparaíso, que está a cargo de la empresa francesa Veolia.
Para la continuación de la operación esa empresa está pidiendo un aumento de hasta un 50% en el cobro por su gestión, alza que debería ser asumida por las municipalidades que llevan allí desperdicios de diverso origen.
Anualmente el vertedero recibe 515.927 toneladas de residuos. Viña del Mar envía 11.608 toneladas al mes, Valparaíso 9.889, y San Antonio 8.169. Estas cifras de solo tres comunas dan cuenta del volumen de material que llega a Los Molles y de la importancia de la continuidad de su funcionamiento más allá del tema contractual y de cobros que, a juicio de la Municipalidad de Valparaíso, resultan excesivos.
El relleno está situado en la parte alta de la ciudad y cubre una superficie de 86,1 hectáreas. Su vida útil, de acuerdo a una resolución de calificación ambiental, expira el año 2028.
El tiempo corre y debido a ello las municipalidades consideran un plan de manejo de residuos a 20 o 30 años plazo, iniciativa necesaria que no se puede quedar solo en proyecto. Debe avanzar considerando el futuro ambiental con generación de energía a partir de los desechos y reciclaje en origen, en los puntos urbanos de recolección con al menos separación básica de los materiales. Ventaja asociada al reciclaje mismo es la reducción en los volúmenes de transporte de los desperdicios desde su origen hasta el vertedero y, por ende, de los costos.
Todos estos temas deben ser abordados en conjunto por las municipalidades en un corto plazo, incluyendo la habilitación de nuevos vertederos y aumentando su eficiencia, explotación y seguridad sanitaria.
Por otro lado, en la contingencia actual que exige abordar el término del contrato o su renovación, es importante la decisión de Viña del Mar de considerar un plan de respaldo para la atención de la comuna servida en la recolección por la empresa Cosemar y por sus propios vehículos.
Insistiendo en una materia que debería ser prioritaria, el gobernador regional, Rodrigo Mundaca, recordó la necesidad de "cambiar nuestros patrones y hábitos de conducta, además de trabajar desde el punto de vista de la capacitación, de comprender la importancia de que sea la propia población la que pueda separar residuos orgánicos de los inorgánicos".
Tiene razón Mundaca, pues en el manejo de los desperdicios, la primera línea está en cada persona, en la voluntad de contribuir con su conducta a la protección del medioambiente, más allá del discurso fácil y repetido donde las responsabilidades parecen ser de otros, no de uno mismo.