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- Después de tantos años de conflicto, ¿por qué cree que los dueños del proyecto insisten en que siga adelante?
- Yo solamente puedo interpretar. Soy abogado, no soy el vocero ni de la Corporación Pro Defensa, ni de Duna Viva, ni de ninguna de las organizaciones que dieron la batalla. A mí me llama la atención que esta testarudez económica y de verdadera prepotencia económica siga adelante, a pesar de todos estos fallos. Cuando en el año 2013 la Corte Suprema, en el primer fallo dice que todo esto es nulo y se requería un estudio de impacto ambiental, ellos siguieron construyendo. Eso habla de que esa inmobiliaria y esos grupos económicos desacataron los fallos de la Corte Suprema, y al parecer, dentro de esa perspectiva, no les importa lo que digan los fallos judiciales ni nada por el estilo. Lo que me llama muchísimo la atención es que ahora, cuando ven que su proyecto es completamente inviable, después de cuatro fallos de la Corte Suprema, hagan publicaciones en los diarios, derechamente pagando por contar una verdad que no es la verdad judicial en este caso particular. Por eso creo que -a pesar de los años, de los fallos judiciales, de la oposición de la comunidad, más allá de lo que haga yo como abogado-, al parecer no han entendido que no se puede contrarrestar o que hay una dicotomía en poner el desarrollo económico, en este caso un hotel instalado en un lugar que es un sarcófago, y el medio ambiente.
- En el caso del terreno de las expetroleras en Las Salinas, los cuestionamientos están dirigidos al proceso de biorremediación de suelo y al proyecto inmobiliario del grupo Angelini. ¿Cuál es el punto ideal para acercar posturas?
- Otra vez creo que sólo puedo hablar desde lo que hago como abogado, más que una solución de esas características. Sin duda, lo que acabas de decir es fundamental si hay una solución, que las organizaciones y los vecinos tengan que sentarse en la misma mesa con el municipio, que tiene que dar lo permisos, y por cierto con la inmobiliaria. Pero que haya una condición previa y anterior: la inmobiliaria Copec tiene un pasivo ambiental con la ciudad y ese pasivo ambiental no se puede pagar con lucro. (…) Acá lo que hace no es proponer una solución para la ciudad, ni desde el punto de vista de un megaproyecto inmobiliario ni de un participio de nueve hectáreas, sino que lo que hace es decir "contaminé 80 años esta ciudad, yo soy dueño del terreno, yo voy a dar la solución de la biorremediación o la fitorremediación, sea cual sea la solución, pero voy a usufructuar de eso. Después de descontaminar voy a usufructuar y voy a vender a precio increíble, con muchos ingresos, el terreno que yo descontaminé porque yo hago lo que quiero". Ese concepto es el que tiene que ser, a mi juicio, desde el punto de vista de una solución, dejado atrás.
- ¿La propuesta del parque en el terreno es realmente viable si no hay un proceso de remediación de los suelos?
- La propuesta del parque en el terreno tiene tres características. Uno, tiene un estudio real y formal, el único que hay, de la Universidad de Playa Ancha, sin haber entrado al lugar. Hago un paréntesis, la inmobiliaria habla de un programa de descontaminación, pero no tiene un organismo externo, ni universitario, ni tampoco internacional que diga qué es lo que hay; nadie sabe lo que hay adentro, salvo la empresa y el grupo de académicos contratados y pagados por ella, pero no hay un tercero objetivo. (…) Lo que nosotros decimos es que la UPLA sí propuso la fitorremediación versus una biorremediación, y la fitorremediación es precisamente instalar árboles en los lugares más contaminados para que descontaminen. Pero esa fitorremediación requiere un parque y requiere sectores cerrados con árboles especializados para fitorremediar como lo hicieron en Quintero y Puchuncaví. El tema está en que tiene un plazo de 10 a 20 años, en que necesariamente hay un parque. ¿Qué es lo que proponen ellos con la biorremediación, que son bacterias aumentadas? Que esos diez años se olvidan y se convierten en tres meses, y después que empezamos a alegar, en un año y ocho meses, y ahora van tres años.
- En el caso del proyecto vial en 6 Oriente, ante el hallazgo del convenio entre el municipio y los antiguos dueños del mall Espacio Urbano para la transferencia gratuita de los terrenos, usted mencionó que se trata de "un escándalo dentro de un proceso viciado, nulo en su origen, que además tiene ribetes de corrupción". ¿Por qué cree que este documento estuvo escondido, en medio de todo el proceso de expropiación que impulsa el Serviu?
- Creo que la administración de la señora Reginato fue bastante opaca respecto de los actos administrativos, de los dineros públicos, de los caudales, etc. Ahora están saliendo a la luz una serie de documentos de instancias que no conocíamos, que no sabíamos y pedíamos por Transparencia, pero que no nos mostraban; y eso puede ser o por dolo o por negligencia, pero ninguna de esas dos posiciones, dolo o negligencia por parte de la administración anterior, puede dar pie a que paradojalmente el mismo señor que trabajaba en el Secplac del Municipio de Viña del Mar, ahora sea el director del Serviu. (...) Por eso, la Corte de Apelaciones nos acogió la orden de no innovar en su oportunidad, porque nosotros no estamos peleando en el caso de la Gratry, por una persona en particular para que suban o bajen el monto de la expropiación, estamos diciendo que toda la expropiación es nula, y este nuevo elemento arriba de la mesa es muy difícil creer, que la autoridad, en su época Secplac municipal y ahora Serviu, no conociera uno de los documentos que son fundantes de su estrategia.
- ¿Cómo califica el apoyo de la gestión alcaldicia de Macarena Ripamonti respecto de las causas que usted está llevando, junto con la Corporación Pro Defensa del Patrimonio?
- Creo que tenemos caminos comunes en algunas cosas y hay otras en que no son tan comunes. Creemos que hay una sensibilidad, al igual que lo tiene el Municipio de Concón, ambiental y socioambiental diferente a las que tenía la administración de Sumonte. (...) Eso significa que esa insensibilidad ambiental que vivimos en las administraciones anteriores, particularmente en Viña del Mar, ha cambiado en 180 grados y vamos a seguir con nuestras acciones normalmente, pensando que a lo mejor, al otro lado de la mesa, hay mayor sensibilidad a estos temas que los que había en situaciones anteriores. Esto sin perjuicio de los compromisos que el nuevo gobernador y los municipios de Viña del Mar y Concón han adquirido a través del tiempo, que son con la comunidad, con luchas ambientales y con lugares en que coincidentemente nosotros estamos. 2