Nuevo tributo y un diálogo pendiente
Comercio viñamarino teme daño a la actividad gastronómica por acuerdo municipal que fija pago de derechos por el uso de aceras. El presidente del Comercio advirtió que "hay muchas terrazas que no van a ser capaces de generar rentabilidad para pagar eso. Una vez más vamos a ceder el espacio público a los informales".
Como un "golpe bajo" califican dirigentes del comercio viñamarino el acuerdo de la Municipalidad que establece el cobro de 0,3 Unidades Tributarias Mensuales por el uso de las aceras.
Este cobro afecta puntualmente a los negocios del rubro gastronómico que han instalado mesas para la atención del público en las veredas de diversas calles de acuerdo a una autorización de la anterior administración municipal.
Este uso liberado tenía dos motivos. Por un lado apoyar al sector gravemente afectado por hechos de violencia, destrucción y saqueos y, por otro, mantener la atención en espacios abiertos de acuerdo a normas sanitarias.
De la anterior liberación de pago se pasará, a partir del próximo año, al cobro a los comerciantes del valor fijado en UTM, que llegaría a 15 mil pesos. Así, un local que ocupa 10 metros cuadrados de acera deberá cancelar a la Municipalidad un derecho mensual de más de $150.000.
Durante la discusión en sesión del Concejo Municipal se adujo que el monto histórico del derecho era de 0,6 UTM, es decir unos 32 mil pesos. También que algunos comerciantes habían abusado de la franquicia de uso de los espacios públicos montando estructuras definitivas con anclajes en el terreno, en circunstancias que esas instalaciones deberían ser removibles. Además, en algunos casos, estarían entorpeciendo el paso de peatones.
Todo eso puede ser cierto, pero el hecho es que faltó dialogo entre la Municipalidad y el gremio del comercio. El presidente de la Cámara de Comercio de Viña del Mar, Rodrigo Rozas, recordó que la ciudad tiene "diferentes realidades y me gustaría que eso hubiese estado en discusión con nosotros, que sabemos de esto". Advirtió que "hay muchas terrazas que no van a ser capaces de generar rentabilidad para pagar eso, lo que significa que una vez más vamos a ceder el espacio público a los informales". Es cierto, la pandemia de los ambulantes que ocupa todo y en forma muchas veces violenta, es amenaza permanente para el comercio, especialmente en el centro. Y a la vez, si por el impacto del cobro se cierran terrazas aparece un problema que podría significar reducción de personal.
Javier Álvarez, presidente de la Asociación Barrio Poniente lamenta que el rubro turístico, uno de los más golpeados, cuando intenta levantarse, recibe el "golpe bajo" de mayores tributos.
Todo eso es cierto y el problema de fondo es que faltó un intercambio razonado de posiciones entre el comercio y la Municipalidad, en una materia que exige precisiones y normas claras en cuanto al uso de los espacios públicos. Posiblemente, aún es tiempo de resolver este problema puntual, pero este caso revela la necesidad de establecer una comunicación sistemática y fluida entre la autoridad y ese sector clave de la ciudad que es el comercio.