Edificios patrimoniales y tomas: los más vulnerables frente a un posible terremoto
TERRITORIO. Expertos en caracterización de suelos describen los terrenos mayor posibilidad de derrumbe ante la opción de un megasismo con epicentro en la Región de Valparaíso.
Unos movidos primeros días tuvo la Región de Valparaíso la semana pasada. Tanto el lunes 25 como el martes 26 se registraron dos sismos de mediana intensidad en la zona, que sirven como recordatorio para una población chilena que ha tenido que aprender a convivir con este tipo de movimientos telúricos.
Primero hubo un temblor de magnitud 4,1 a 42 kilómetros de Valparaíso y en la jornada siguiente un sismo levemente más fuerte (4,7) cercano a la comuna de Los Andes.
Según los expertos, hay una laguna sísmica regional, pues la zona no sufre un megasismo desde 1985, por lo que se está acumulando energía para un terremoto que debiera ocurrir tarde o temprano.
Ante ello, genera cierto grado de preocupación la posibilidad de derrumbe que puedan tener, sobre todo, las viviendas construidas en las laderas de los cerros porteños, así como también todo el casco histórico y patrimonial de Valparaíso.
Marco Cisternas, sismólogo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), confirmó que "en algún momento va a ocurrir un terremoto grande en Valparaíso. Eso lo tenemos claro los científicos. Lo que no sabemos es si va a ser mañana o va a ser en 30 años. Pero cuando haya un terremoto grande en la zona, todo lo que son suelos inestables van a derrumbarse. Vamos a tener colapsos de laderas y lugares donde no se hayan hecho medidas de contención, tal como ocurrió en el año 1985".
Riesgo de derrumbe
Álvaro Peña, académico de la Escuela de Ingeniería de Construcción y Transporte de la PUCV, detalló las variables más importantes a la hora de analizar la posible respuesta de una construcción ante un terremoto: "El riesgo de este tipo de obras frente a eventos sísmicos está directamente asociado a dos factores: la amenaza sísmica y la vulnerabilidad de las obras. Respecto a la amenaza, los factores más importantes son la magnitud del sismo, el suelo de fundación y condiciones topográficas del terreno. Con relación a la vulnerabilidad, el diseño y la construcción sismo resistente, los materiales y controles de calidad de la obra son los que predominan".
"Por lo tanto, para viviendas no reguladas, existe un riesgo sísmico elevado, ya que la vulnerabilidad es muy alta y en general los terrenos presentan situaciones que pueden también hacer que la amenaza sea grande en comparación a construcciones reguladas", agregó el especialista.
Para Peña, las construcciones de mayor vulnerabilidad se encuentran en las "zonas de quebradas o laderas con pendientes superiores al 30%, terrenos inundables de baja resistencia y capacidad portante, zonas que interfieran cursos de agua, zonas de rellenos no controlados, zonas de arenas de baja compactación o nulo tratamiento del terreno".
La académica del Departamento de Arquitectura de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), Marcela Hurtado, se enfocó en el riesgo de las viviendas que no cumplen los estándares de calidad, como lo son las mediaguas.
"El problema es que se trata de construcciones sin estándares de seguridad o calidad de las construcciones formales. Y a esto se agrega que los terrenos pueden presentar condiciones de vulnerabilidad asociados a su localización. Tampoco existe en ocasiones facilidad de acceso para vehículos de emergencia. Todo ello aumenta el riesgo potencial frente a diferentes amenazas, incluido el sismo", puntualizó.
Zona patrimonial
Además de las viviendas ubicadas en campamentos y cerros, los expertos consideran que el casco histórico de Valparaíso también es una zona vulnerable frente a un posible terremoto.
"Las zonas de rellenos son las que presentan mayores condiciones de riesgo, ya que la amenaza sísmica es mayor. En los cerros es totalmente lo contrario debido principalmente a la presencia de roca en bajas profundidades. Sin embargo, el casco histórico con bajo o nulo mantenimiento claramente tiene una mala convivencia con este tipo de eventos", analizó Álvaro Peña.
El ingeniero en construcción señaló también que "las obras con valor patrimonial fueron diseñadas y construidas con normativa obsoleta que incluso consideraban una materialidad, como el adobe, que actualmente ha sido eliminada de las actuales especificaciones técnicas. En ese sentido el mantenimiento y puesta en valor de este tipo de obras es clave para aportar seguridad estructural y, por tanto, reducir su vulnerabilidad que va creciendo año a año".
Por su parte, Marcela Hurtado realizó proyecciones más esperanzadoras en relación a la respuesta que puedan dar inmuebles históricos del Puerto ante un hipotético megasismo: "El área histórica tiene un historial de sismos de gran magnitud, por lo tanto parte de esa arquitectura que hoy definimos como histórica o patrimonial está diseñada considerando esta condición 'de base', y ha demostrado responder bien. El hecho de que parte importante de las construcciones de este tipo, en el área histórica, tengan más de 100 años, es una muestra de ello".
Sin embargo, precisó que "hay una serie de factores que van reduciendo esa capacidad resistente", por lo que es necesario realizar un mantenimiento periódico.
"Influyen las malas intervenciones que se ejecuten y también el daño acumulado por eventos sísmicos, entre otros. O sea, esa capacidad se va reduciendo con el paso del tiempo, en el caso de que no se monitoreen y conserven debidamente las edificaciones históricas", agregó Hurtado.
Para la académica de arquitectura en la USM, en Chile actualmente "no existe una cultura de la prevención frente a eventos catastróficos asociados a edificios históricos. Y esto es una responsabilidad que compartimos todos, incluidas las autoridades, pero también los propietarios, residentes, comunidad académica, entre otros. Hay que evaluar el riesgo potencial, diseñar planes y programas de reducción del riesgo frente a amenazas como la sísmica, e informar a la población, para aunar esfuerzos".
"En Chile no existe una cultura de prevención frente a eventos catastróficos. Y esto es una responsabilidad que compartimos todos, incluidas las autoridades".
Marcela Hurtado, Académica Arquitectura USM
2 sismos de mediana intensidad se registraron en la Región de Valparaíso, los días lunes 25 y martes 26.
36 años han pasado desde el terremoto de 1985. Según expertos, el último gran movimiento de la zona.