Javier Ossandón

Hoy, a las 15.30 horas, el Tribunal Oral en lo Penal de Valparaíso dará a conocer su veredicto en el caso por el delito de robo con homicidio cometido en contra de Peter Alan Winterburn (57), geólogo canadiense que perdió la vida el 21 de junio de 2019, tras ser asaltado en la calle Templeman del cerro Alegre, con el fin de sustraer la mochila que portaba, hecho por el cual están imputados Patricio Daniel Bobadilla Moraga (35) y Alejandro Enrique Prado Saavedra (41), ambos con la medida cautelar de prisión preventiva.

Ayer, de forma telemática, se llevó a cabo la audiencia de clausura del juicio, instancia en la cual el Ministerio Público, los abogados querellantes de la Municipalidad de Valparaíso y de la Delegación Presidencial Regional y los abogados defensores de los acusados expusieron su alegatos de cierre, procedimiento que fue presidido por la magistrada Jany Silva y que se extendió por cuatro horas.

Piden Presidio perpetuo

La fiscal Lorena Ulloa realizó un detallado relato de los hechos, consignando que Winterburn, quien se encontraba paseando ese día junto a su esposa Michelle y su hija Keryn, fue abordado violentamente por los imputados e intimidado con armas blancas para robar su mochila, ante lo cual opuso resistencia, recibiendo una puñalada por la espalda propinada por Bobadilla, herida que le produjo un shock hemorrágico que derivó en su deceso en el lugar.

Fruto de la investigación, la persecutora dio cuenta de los distintos medios de prueba, tanto testimoniales, documentales como periciales, que confirmaron la autoría de los acusados en el homicidio, siendo clave el relato brindado por Keryn Winterburn, "quien reconoce a Patricio Bobadilla como la persona que había acuchillado a su padre". Ante ello, manifestó que "el Ministerio Público entiende que se ha podido acreditar, más allá de toda duda razonable, la participación que han tenido los imputados en estos hechos, solicitando, en definitiva, que se condene a las penas que en derecho corresponden", esto es, presidio perpetuo calificado.

Lo expuesto por la fiscal fue respaldado en sus alegatos por los abogados querellantes Sebastián Vaccaro, del municipio porteño, y Karla Bruhn, de la Delegación Presidencial Regional, quienes solicitaron una sentencia condenatoria.

Cuestionamientos

Por su parte, las abogadas defensoras cuestionaron las pruebas presentadas por la Fiscalía, insistiendo en la inocencia de los acusados. De hecho, Alejandra Saba, quien representa a Alejandro Prado, enfatizó que "no hay ninguna prueba objetiva, ni una sola prueba, su señoría, que pudiera dar por acreditada la participación de mi representado, porque de todos los testigos que declararon en el juicio, ninguno había reconocido a mi representado", enfatizando, además, que el informe pericial bioquímico realizado al cuchillo utilizado para dar muerte a Peter Alan Winterburn no arrojó muestras de ADN de los imputados.

Por su parte, la abogada Jacqueline Astorga, quien defiende a Patricio Bobadilla, desestimó el testimonio entregado por Keryn Winterburn, hija de la víctima, cuyo relato de los hechos, argumentó, está sujeto a "un estrés altísimo", estado que la psicología forense denomina, según precisó, memoria traumática. "Y sobre la base de ella que está absolutamente cierta de que mi representado es uno de los autores, no se condice con los otros elementos que ella aporta respecto de este acontecimiento violento", puntualizó, esto en relación a la descripción que hace de los acusados, lo que Astorga calificó como "descripciones genéricas que un gran número de chilenos tiene".

"El Ministerio Público entiende que se ha podido acreditar, más allá de toda duda razonable, la participación que han tenido los imputados en estos hechos".

Lorena Ulloa, Fiscal

Con alegaciones fundadas en la causal de justificación invocada en enfoque de género, la defensora Iskra Núñez Arenas acreditó que la imputada por parricidio, de iniciales J.C.P.R., actuó en legítima defensa y, por tanto, fue absuelta.

Cabe recordar que el acontecimiento ocurrió el 26 de febrero de 2020, en el sector Baden Powell de Valparaíso. Según la formalización, la víctima, con iniciales H.M.G, se encontró en la vía pública con su ex conviviente (la acusada) y comenzaron una pelea. Él se abalanzó sobre la mujer, quien bajó de su bicicleta y extrajo un cuchillo con el cual le propinó, entre otras heridas, una estocada en el tórax que le causó la muerte.

Ahora, la sentencia del Tribunal Oral de Valparaíso recogió las alegaciones de la Defensoría Penal Pública, que tiene 49 páginas y explica por qué absolvió a la acusada de parricidio y recalificó a homicidio, pues no se acreditó una convivencia de tipo conyugal.

En primer lugar, se estimó que el hecho es homicidio simple consumado cometido con dolo directo, y no un parricidio, como afirmaba el persecutor y el querellante particular. Esto porque el tribunal sostuvo que no se acreditó que tuvieron una convivencia de naturaleza conyugal, como exige el artículo 390 del Código Penal.

Aseguran que no se rindió prueba que indicara que hubieran hecho vida conyugal en el sentido mencionado y ningún testigo manifestó que tuvieron dicho propósito común.

Legítima defensa

Para llevar a la decisión de absolver a la imputada de 29 años se utilizaron principalmente argumentos desde una perspectiva de género.

En primer lugar, se mencionó la "desproporción entre la conducta del afectado y de la acusada, destacada por la fiscalía y la querellante, que se afinca en el uso de un arma, cabe consignar que la desproporción de fuerzas entre agresor y agredida explica sin dificultad la decisión de portarla para protegerse de nuevas agresiones ilegítimas".

Según la defensa, se trató de un instrumento que estaba al alcance de la mujer y que utilizó, en primera instancia para disuadirlo de su hábito de golpearla, sin obtener el resultado esperado. Por ello, no tuvo más alternativa que asestar otro golpe que resultó mortal, pero que aseguró la finalidad protectora de su persona y derechos, como exige la concurrencia de la justificante alegada.

Además, respondieron que "la pretensión de los acusadores de que no fue suficientemente golpeada por el fallecido para justificar su acción resulta inaceptable", pues no se puede pretender "que debe soportar lesiones graves o de potencial mortal para repeler la agresión ilegítima, magnitud que no es exigida a otras personas para gozar del reconocimiento del derecho a su acción defensiva".