"El concepto de estabilidad ha vuelto a estar al centro"
Plantea el desafío que tendrán las fuerzas políticas tradicionales frente a una población que busca "cambios profundos", pero dentro de la institucionalidad democrática. Resalta los intentos de la centroizquierda por revalorizar sus periodos de gobierno.
Unas elecciones "inciertas" son las que viviremos esta jornada, en un escenario donde todo parece apuntar a la disputa entre posturas "duras" situadas al borde de los extremos y donde persiste la reticencia a la política tradicional. "El sistema político está cambiando en los últimos años, eso es una realidad, porque los partidos sin duda han perdido conexión con la ciudadanía. Eso de alguna manera se reflejó en la elección de mayo y la Convención Constitucional", afirma la analista política y académica de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Pamela Figueroa.
La doctora en Estudios Americanos plantea que los partidos "están desprestigiados porque no están resolviendo las prioridades de las personas"; aunque de todas formas, remarca que existe consenso en la ciudadanía en la necesidad de "hacer cambios profundos dentro de la institucionalidad democrática", por lo cual las tiendas políticas tienen la "oportunidad, pero también responsabilidad" de encauzar ese proceso de transformaciones.
Por otra parte, la coordinadora académica del Observatorio Nueva Constitución hace hincapié en el cambio discursivo de la ex Concertación en las últimas semanas, aseverando que "uno vio en el debate a la candidata Provoste haciendo un reconocimiento al trabajo de la coalición de centroizquierda durante los últimos 30 años, y esa vergüenza que se trataba de hacer sentir por lo no logrado se está transformando también en una valoración de lo que sí se logró, y el concepto de gobernabilidad, estabilidad, que hace dos años, en pleno estallido social estaba tan en segundo plano, vuelve a estar al centro".
Asimismo, destaca que en el escenario de pandemia y "el formato de cómo se están haciendo las campañas, que son más bien digitales o a través de medios de comunicación y menos contacto directo con las personas, la gente necesita informarse y el debate (del lunes pasado) es una forma de informarse sobre las propuestas, los programas de las distintas candidaturas".
La decadencia de los partidos
- Tras los magros resultados que obtuvieron las fuerzas políticas en mayo, el Presidente Sebastián Piñera lo atribuyó a que estas coaliciones no estaban "sintonizando con las necesidades de la gente". ¿Cree que ha cambiado este escenario?
- Yo creo que el sistema político chileno está cambiando en los últimos años, eso es una realidad, porque los partidos políticos sin duda han perdido conexión con la ciudadanía. Eso de alguna manera se reflejó en la elección de mayo y la Convención Constitucional, considerando que hubo nuevas reglas electorales, como ley de paridad, escaños reservados para pueblos indígenas y los independientes pudieron competir en listas, lo que los hizo más competitivos frente a los partidos políticos. (…) Me parece que estamos en una época de muchos cambios, donde se da una mixtura entre nuevas representaciones que no necesariamente significan nuevos partidos o conglomerados, sino que fundamentalmente nuevos liderazgos y también, la sobrevivencia de liderazgos más tradicionales.
- ¿Se explica lo ocurrido en dichos comicios y el mismo desprestigio de los partidos políticos solamente por la falta de sintonía que se comentó en esa oportunidad, o se trata de un fenómeno mucho más amplio?
- Creo que los partidos están desprestigiados porque no están resolviendo las prioridades de las personas, hay una desconexión entre las demandas que están viviendo las personas y los planteamientos que tradicionalmente hicieron, porque como además había una baja tasa electoral, comenzaron a responder más bien a sus electores específicos y no tanto a los problemas más globales de la sociedad. Eso es algo sostenido en el tiempo, que más o menos se está dando desde 2010, después vino el voto voluntario y ahondó esa situación que debilitó a los partidos, más hechos de corrupción específicos, más una ciudadanía activa en términos de levantar sus demandas, terminó por debilitar el sistema de partidos y eso me parece que es una tarea también de la sociedad chilena.