Cientos de feligreses llegaron a Lo Vásquez pese a su cierre
CATOLICISMO. El obispo de Valparaíso calificó como una "experiencia fuerte" el hecho de que siguieran llegando peregrinos al tradicional templo.
Por más que las autoridades eclesiásticas, de salud y Carabineros llamaron a no asistir al Santuario Purísima de Lo Vásquez, cientos de feligreses llegaron de todas maneras hasta el recinto para cumplir con sus mandas.
Por segundo año consecutivo, producto de la pandemia del covid-19, se tomó la decisión de que el templo ubicado en Casablanca cerrara sus puertas para evitar las típicas aglomeraciones que se generan cada 8 de diciembre, fecha en que se celebra la Inmaculada Concepción.
Entre las rejas
Los peregrinos llegaron hasta el templo caminando, en bicicleta e incluso en carreta, situación que tornó peligroso el tránsito en la ruta 68, ya que se encontraba funcionando con normalidad, a diferencias de años anteriores en donde era cerrado para facilitar el desplazamiento de los fieles.
"Lo repetimos en muchas ocasiones con el obispo, se van a encontrar con Lo Vásquez cerrado, no pueden ocupar la carretera. Esperamos que no llegue más gente durante el día y que no se ocupen más vías", expresó Jorge Martínez, delegado presidencial de la región de Valparaíso. Incluso se anunciaron que podrían cursar multas para las personas que no respeten las indicaciones y decidan caminar por la carretera o entorpecer el tránsito.
Poco y nada de ello importó a quienes llegaron hasta el lugar buscando cumplir con sus mandas. Si bien se encontraron con las puertas cerradas y con la Virgen en el interior del templo -luego que hiciera un recorrido por diversas comunas de la región durante el Mes de María y permaneciera en la explanada el resto del año-, de todas maneras en la reja pusieron velas y rezaron.
En el mismo lugar funcionarios de la iglesia salieron por algunos minutos bendecir a los feligreses que han llegado, así como sus objetos como calendarios rosarios y otros artículos, muchos de ellos vendidos por los cerca de 20 locatorios ubicados en el recinto. El resto de las actividades se realizó en forma virtual.
"Estoy frustrado"
En entrevista con radio Stella Maris, el obispo de Valparaíso, monseñor Jorge Vega, contó que "tenía ganas de vivir esta experiencia", porque había escuchado de ella, pero nunca había asistido al Santuario un 8 de diciembre cuando asistía un millón de personas.
En este sentido, confesó que "por un lado estoy contento de estar acá, pero por otro estoy frustrado. Porque esta situación de la pandemia ha hecho que tengamos el santuario cerrado y que no pueda venir toda la gente".
Pero no es el único que vive estos sentimientos encontrados, sino también los feligreses. Algunos, incluso, se preguntaban cómo era posible que hubiese discoteca abiertas, pero no el templo.
Situación que el mismo obispo dijo que ha "palpado" en el sentido de "cómo nos 'cortaron' esta fiesta". "Pero lo que buscamos fue el bienestar de todos. Ser parte de la solución, y no del problema, porque sabíamos que si abríamos el Santuario iba a venir mucha gente y aquí iba a haber un rebrote de la pandemia", explicó Monseñor.
"Es una experiencia fuerte al ver cómo la gente, a pesar de que estamos cerrados, mucha gente está llegando", aseguró el Obispo, lo que para él es una demostración de fe sobre todo por los tiempos que estamos viviendo.
En cuanto al futuro, sostuvo que esperan reabrir el Santuario "una vez que pase el peak de las festividades que es hoy (ayer), y que la gente pueda venir en diferentes momentos a saludar a nuestra Madre".
"Estoy frustrado. Porque esta situación de la pandemia ha hecho que tengamos el santuario cerrado y que no pueda venir toda la gente".
Monseñor Jorge Vega, Obispo de Valparaíso