A las puertas de la elección de mañana, el presidente de la Asociación de Empresas de la V Región (Asiva), Ricardo Guerra, advierte que el escenario futuro para la industria "no va a ser fácil". Justifica su afirmación en el alza de la inflación y en un tipo de cambio que ha seguido subiendo. Agrega que "me parece que vamos a tener años más complejos, va a haber problemas económicos".

Ante esa realidad, el dirigente llama "a hacer los cosas bien y a luchar contra esas variables que nos van a afectar". Pide, a la vez, "acelerar y mejorar la relación pública y privada en la región, hay varios proyectos que están paralizados por distintas situaciones y eso es complejo. La idea es acelerar para que por último digan que no, pero que no queden pendientes".

Y tiene toda la razón Guerra, pues a la lentitud con que se abordan muchas iniciativas se suma la incertidumbre ante los cambios políticos que no solo refieren a la Presidencia de la República, sino que a una eventual nueva Constitución.

Esta visión de años complejos la encontramos también en el análisis técnico del Banco Central, que previene ante presiones inflacionarias condicionadas por factores internos, como una economía recalentada creciendo al 12% este año, y externos, ante situaciones que afectan las finanzas de Estados Unidos y China.

Este porcentaje muestra a la economía chilena como la segunda en crecimiento a nivel global, lo que se explica, según el análisis del ente rector, en el aumento del gasto originado en los retiros de fondos previsionales y en la expansión del gasto fiscal. Pero este crecimiento, conforme a las estimaciones de la institución, tendría bruscas caída en 2022 y 2023.

De acuerdo a ese escenario, Mario Marcel, presidente del Banco Central, prevé "una contracción del consumo privado en los próximos dos años". Esta contracción supone una baja general en la actividad económica nacional, que se puede traducir en un aumento del desempleo precisamente debido a la caída en el consumo que este año ha mostrado un notable crecimiento que, por otro parte, se expresa en esa inflación que alude el presidente de Asiva y que podría llegar a un 6,5%, arrastrando a la implacable UF.

Este cuadro económico del momento está sujeto en lo inmediato a los resultados electorales de mañana domingo y en el mediano y largo plazo al manejo de las próximas autoridades económicas y al contenido de una nueva Constitución.

En este último aspecto, los empresarios, como afirma Guerra, desean exponer sus puntos de vista a los constituyentes, en este caso a los regionales, encuentro necesario para despejar dudas y desconfianzas y de esa manera ir dejando de lado la incertidumbre paralizante y, así, aplacar los efectos del sombrío panorama económico que se vislumbra para los próximos años, cuyos efectos, como siempre, terminan afectando a los sectores de menores ingresos.

Durante esta semana, el Banco Central de Chile anunció la decisión de elevar la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 125 puntos, alcanzando a un 4,0%, lo que implica un reconocimiento que la velocidad de recuperación de la economía fue mucho más rápida de lo esperado, dado los impactos de las políticas de apoyo a los ingresos desplegadas durante el 2021. Esta elevación de la TPM implica una política monetaria restrictiva con capacidad de reducir el gasto y así deshacer los desequilibrios que se han acumulado y que pueden ser muy costosos para todos, dado que la economía ha crecido por sobre su capacidad y está operando por arriba de un nivel sostenible de corto plazo, lo que provoca presiones inflacionarias en términos de costos y precios. Además, el ente rector publicó el Informe de Política Monetaria (IPoM). Ambas noticias constituyen una referencia muy central y robusta de la política monetaria implementada por el Banco Central de Chile en la actualidad.

Respecto al escenario central, el IPoM estima que la economía crecerá entre 11,5% y 12,0% el 2021, lo que refleja el mayor dinamismo de la demanda interna, en la que han contribuido la amplia liquidez de los agentes y la reapertura de la economía. Si bien el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) es uno de los más altos del mundo, es muy relevante y preocupante constatar que las tasas de expansión anual de la economía chilena durante el 2022 y el 2023 crecerán entre 1,5% y 2,5% y entre 0,0% y 1,0%, respectivamente.

En materia de Inversión, el IPoM reseña que la Formación Bruta de Capital Fijo tendrá un débil desempeño en el próximo bienio, dado el deterioro de sus principales determinantes, tales como las condiciones financieras más estrechas, derivadas de los cambios estructurales que se han producido en el mercado de capitales; la persistencia de una mayor incertidumbre y el aumento del costo de bienes de capital importados como producto de la depreciación del peso. El IPoM supone que la inversión se reducirá 2,2% el 2022 y se estima un incremento marginal el 2023.

Finalmente, el IPoM indica que la inflación total se mantendrá en torno al 7% por algunos meses, respondiendo al sostenido dinamismo de la actividad y el gasto, la depreciación adicional del peso, el aumento de los precios de la energía y otros precios volátiles y efecto de la indexación. Si bien los factores externos tienen relevancia, se destaca que en el aumento de la inflación las principales causas son factores locales, tal como lo validan los modelos de proyección utilizados, que muestran que el aumento de la demanda interna explica la mitad de la mayor inflación en el tercer y cuarto trimestre del 2021; como asimismo la depreciación del tipo de cambio -cuyo movimiento también se debería a factores locales- explicaría cerca del 20% del aumento de la inflación. En todo caso, independiente del origen de la inflación, el aumento es significativo y sus costos para las personas son claramente visibles en la economía y, en consecuencia, el Consejo del Banco Central de Chile ha reaccionado con robustez y oportunidad para controlar la inflación y minimizar que sus impactos negativos aumenten, explicitando que los riesgos en torno al escenario central son relevantes, dado el deterioro del mercado de capitales local y la persistente incertidumbre.