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las clases e implementarlas online. Capacitar a alrededor de 1.500 profesores y ver cómo llevábamos a más de 20 mil alumnos a esta modalidad, muchos de los cuales no tenían los medios para conectarse o a sus sectores no llegaba la señal. Hoy tenemos la universidad completamente online, pero ahora viene un nuevo desafío: en marzo del próximo año volvemos 100% presencial.
- La vicerrectora Heidi Berner, de la Universidad de Chile, cifró en $17.000 millones este año y más de $13.700 millones en 2020 el impacto económico de las universidades del CRUCh por los alumnos en gratuidad cuyas carreras se alargan. ¿Cómo es la situación en la USM?
- Las cifras que dio la vicerrectora suman todo lo que las universidades del Consejo de Rectores hemos tenido que asumir. Desde las becas de conectividad a los estudiantes, la capacitación de los profesores, la compra de software para poder trabajar online con licencias. Hay que hacerse cargo de todos los gastos que ha significado mantener la universidad funcionando, entre ellos hacer funcional nuestro sistema administrativo vía web. En 2019 la matrícula era 100% presencial. Desde 2020 es 100% online. Y es emocionante ver que nuestro desempeño ha crecido, en el sentido de que se matriculan más estudiantes que antes, pero en el período de matrícula, que es en marzo, no vemos a ningún estudiante, porque todo está ocurriendo vía web. Esos son gastos que hemos tenido que enfrentar por la pandemia.
CARÁCTER PÚBLICO NO ESTATAL
- En junio, el presidente del Consorcio de Universidades del Estado de Chile, Ennio Vivaldi, respaldó que en la nueva Constitución se garantice el derecho a la educación superior con provisión gratuita en instituciones estatales financiadas mayoritaria o completamente mediante aportes basales provenientes del Estado. ¿Qué opina usted?
- Lamento los dichos del rector Vivaldi, porque creo que no reconocen lo que significa la provisión mixta de educación pública en nuestro país. Cuando se fundó la UTFSM, éramos cinco universidades: la Universidad de Chile, Católica de Chile, de Santiago -ex Universidad Técnica del Estado-, la Universidad Católica de Valparaíso y nosotros. Dos estatales y tres públicas no estatales, que operábamos sin ningún tipo de diferencia, tratamiento diferenciado o sesgo, contribuyendo por igual a la educación pública del país, con los mismos aportes por parte del Estado. Tratar ahora de diferenciar y señalar que las universidades estatales requieren un trato diferenciado es desconocer toda esa historia, y privar al país del aporte que puedan hacer las universidades públicas no estatales como la nuestra, ya que el 50% de lo que se produce en ciencia y tecnología en el país procede de nuestro sector, al igual que más del 50% de los postgrados de doctores y magísteres.
- La Universidad Federico Santa María es pública, dice usted.
- Nuestra Universidad es tan pública, sin ser estatal, que tenemos a un representante del Presidente de la República en nuestro Consejo Superior. Tan pública, que nuestros estatutos señalan que si llegara a disolverse, todos sus fondos y sus propiedades pasan a manos del Estado. No entender que lo público trasciende lo estatal es no comprender la esencia de lo que somos como chilenos. Esta Universidad no tiene dueño; don Federico Santa María la donó en su testamento, y después de fallecer pasó a ser una realidad, pero no lo tiene a él como dueño o a un descendiente controlándola, sino que funciona con la misma lógica de las estatales: son sus cuerpos colegiados, es su claustro de profesores, los que eligen a sus autoridades y la autonomía universitaria, que está en la esencia de nuestra ley y nuestra Constitución, y entiendo que va a ser reconocida en la Constitución futura, es lo que le da vida a la Universidad.
- El presidente de G 9, Red de Universidades Públicas no Estatales, Aliro Bórquez, reclamó porque a la institución no la invitaron a una discusión sobre el presupuesto 2022 y "en definitiva nos dejaron debajo de la mesa". ¿Hubo discriminación encuentra usted?
- Espero que no, pero creo que las entidades públicas tienen que ser bien cuidadosas de permitir la participación de todos los que de alguna manera aportamos al bien común. Creo que no es bueno que ocurra eso, son cosas que se tienen que cuidar y espero que las universidades como la nuestra sean validadas y reconocidas, porque durante toda nuestra existencia solamente nos ha movido el afán de contribuir al bien común.
CRECIENTE INCORPORACIÓN FEMENINA
- Hasta hace unas décadas la USM era mayoritariamente una institución de hombres. ¿Qué les ha significado feminizarse un buen poco?
- Efectivamente, cuando yo estudié había muy pocas mujeres, pero siempre el anhelo y el interés de la comunidad universitaria era que ojalá hubiera más interesadas en ingresar. Como rector he hecho todo lo posible por seguir disminuyendo la brecha, y hemos logrado que algunas carreras ya sean equitativas, como Ingeniería Comercial -donde hay más mujeres que hombres-, Arquitectura y otras que ya tienen rangos de 50/50. En otras tenemos que seguir trabajando, pero cuando nos comparamos con cifras internacionales, vemos que la participación femenina está entre 25% y 30%, dependiendo de las carreras. Es decir, estamos transitando en la dirección correcta. También en el claustro y la administración superior esta participación ha seguido mejorando. La doctora Carolyn Palma es la primera vicerrectora de Asuntos Económicos y Administrativos en los 90 años de la UTFSM. A nivel de directores estamos entre 30% y 40% de cargos con mujeres. Porque creemos en lo que dijo don Federico Santa María: los talentos están distribuidos y las mujeres tienen tantos como los hombres. Hay que darles la oportunidad.
- Incluso se dice que hay tres mujeres interesadas en el cargo que usted entrega el próximo año. ¿Qué le parecería ser sucedido por una mujer por primera vez en la historia de la institución y justo en sus 90 años?
- El cargo está disponible para ser abordado por cualquier persona, hombre o mujer. Esa es una decisión que tiene que tomar el claustro. Que haya tres interesadas, puede haber más incluso, ya es una señal de que estamos logrando el objetivo, que es que las mujeres participen más de la actividad académica, especialmente en una Universidad como esta, científica y tecnológica. El que haya mujeres dispuestas es una buena señal. 2