La complicada elección de la nueva presidenta de la Convención Constitucional (CC) podría ser un mal augurio para la etapa que viene, que es la redacción de normas, ya que éstas requieren de un quorum de dos tercios, mucho más difícil de conseguir que la mayoría simple que necesitaban los miembros de la mesa directiva.

Agustín Squella (Ind./Colectivo del Apruebo) considera que "nada de lo que viene será fácil. Debatir normas constitucionales es tan interesante como fácil, pero resultará difícil aprobarlas por dos tercios. Pero estamos obligados a ello y eso es lo que espera la ciudadanía. Todos tendremos que poner lo mejor de cada uno de nosotros, especialmente los colectivos que se han formado dentro de la Convención, para abrirnos cada vez más al diálogo y la necesidad de llegar a acuerdos razonables y justos que no sean la imposición de un sector sobre otro".

Squella recordó que "el nuevo Presidente lo dijo con claridad cuando visitó la Convención: el país no espera una Constitución partisana, es decir, de una parte del país, sino una Constitución de todos y que la mayoría del país pueda votar favorablemente en el plebiscito de salida".

"comunicación efectiva"

María José Oyarzún (RD) cree que "sin duda, es necesario una comunicación efectiva y es importante llevar a la Convención a una cantidad mayoritaria de acuerdos para conseguir los dos tercios necesarios para aprobar las normas".

Consultada respecto de las dificultades que hubo para lograr consenso en la elección de la presidenta, Oyarzún estima que "son cosas muy distintas, las comisiones en las cuales estamos trabajando tienden a llegar a acuerdo de manera más fácil, no creo que lo que ocurrió en la elección de la segunda mesa directiva sea lo que refleje los acuerdos para crear norma constitucional, por lo que creo que no va a ser tan dificultoso como lo fue esta elección".

Para Jorge Arancibia (Ind./Chile Vamos), "fue una vergüenza no haber podido en todo el día llegar a un acuerdo, donde se vieron las dificultades que tenía la mayoría de izquierda de la CC para lograr un acuerdo, íbamos para un lado, íbamos para el otro, cambiaban personas, fue muy penoso y triste. Afortunadamente, suspendieron la sesión y al otro día ya llegaron más estructurados, más organizados, y se hizo la votación correspondiente".

A su juicio, el arduo proceso para conseguir acuerdo "deja una duda de cómo se podrá manejar cuando entremos a discutir los temas de fondo, el articulado, el lograr los dos tercios para ir aprobando las distintas normativas que se vayan estableciendo, deja al menos la duda o la preocupación por la posibilidad de que eso se pueda ejecutar con cierta facilidad, ya que hay temas en que, definitivamente, hay visiones distintas".

Por otra parte, advirtió que en la izquierda "hay una enormidad de estructuras que se apartan de los partidos clásicos, que eran los que definían las políticas que se iban a adoptar, y por lo tanto, era fácil llegar a acuerdo. Ahora en la izquierda hay partidos políticos y hay colectivos que son producto de las listas de independientes que se generaron y que no le obedecen a nadie, son colectivos que complejizan el tema de los acuerdos".

Visiones más optimistas

Para Cristóbal Andrade (Ind./ex Lista del Pueblo), lo que ocurrió con la elección de la mesa directiva fue "una unión de Independientes que puede ser un precedente enorme de que los cambios transformadores se pueden dar sin partidos políticos". No obstante, reconoce que "igual es importante que los acuerdos que tengamos sean transversales y que todas las coaliciones queden contentas".

Carolina Vilches (Ind./Apruebo Dignidad) planteó que en la difícil elección de presidenta "la falta de tiempo jugó una mala pasada. Una vez que hubo disposición al diálogo se logró concretar un nombre de consenso entre grupos independientes, y que después fue permeando, en visión de lo que se había logrado ya hacer como movimientos sociales dentro de la Convención, a través de las coordinaciones, de la presentación de normas, de la vinculación de distintos grupos, se lograron nombres de consenso para la mesa directiva".

A su juicio, aquello "es una buena señal para los grandes acuerdos y, claramente, es el tiempo una de las grandes dificultades para poder llevar adelante estos acuerdos".

En tanto, Claudio Gómez (Ind./Colectivo Socialista) hizo notar que "en cuanto a las materias de fondo de texto constitucional, no tenemos mayores diferencias los sectores progresistas, por lo que separaría totalmente lo que es el proceso eleccionario de una mesa directiva con lo que es ponernos de acuerdo para los dos tercios, a propósito de los contenidos constitucionales".

No al tiempo extra

María José Oyarzún aseguró que "nosotros estamos por lograr tener una Constitución en el plazo que tenemos establecido de antemano. Probablemente en marzo pediremos el alargue de los tres meses, que está contemplado dentro de la reforma constitucional, pero ir más allá de eso nosotros consideramos que es inapropiado".

En esa línea, Jorge Arancibia recalcó que "tenemos un mandato constitucional que cumplir, así que tenemos que amarrarnos a lo establecido y nuestro desafío es hacer esto y entregarlo en julio".

Agustín Squella estima necesario que bajo la dirección de la nueva mesa, "la Convención llegue a formar un auténtico equipo y no un conjunto de colectivos que a veces va cada uno por su lado. Y espero que la nueva mesa no coquetee siquiera con pedir la extensión del plazo que tenemos para hacer nuestro trabajo".

A su juicio, el mayor desafío de esta segunda etapa "será cumplir dentro de los próximos seis meses y no aspirar a un plazo mayor que el que se encuentra fijado. Una Convención Constitucional tiene una meta, pero para ser conseguido dentro de un plazo y no en tiempos ilimitados".

"Nada de lo que viene será fácil. Debatir normas constitucionales es tan interesante como fácil, pero resultará difícil aprobarlas por dos tercios".

Agustín Squella, Convencional Distrito 7

El arduo proceso de elección de la nueva presidenta de la Convención Constitucional (CC) dejó instaladas ciertas dudas sobre lo que se viene ahora en la redacción de las normas constitucionales, ya que se requieren dos tercios, una cifra superior a los 78 votos que se necesitó para elegir a los miembros de la mesa directiva, y el convencional Raúl Celis (RN), del Distrito 7, no es ajeno a esas dudas, aunque tiene optimismo sobre lo que ocurra al interior de las distintas comisiones.

"Lo que viene es trabajar intensamente en la redacción del texto, y para esos efectos espero que la nueva mesa actúe con menos simbología que la mesa anterior y mucho más eficiencia y rapidez, con la finalidad de poder cumplir con los plazos", planteó de entrada.

- Considerando que la elección de la mesa directiva requería de mayoría simple, y las normas constitucionales requerirán de un quorum de dos tercios, ¿cree que la dificultad que hubo para elegir presidenta pueda extrapolarse o incluso acrecentarse para la redacción del texto?

- Yo espero que no, pero claro, es un dato negativo que no es auspicioso para los acuerdos que van a ser necesarios en la redacción de normas. Las constituciones obligan -al igual que cualquier negociación- a ceder y hacer algunas concesiones, estando siempre dentro de ciertos límites, por supuesto, y claro, el dato de la elección de presidenta, donde costó tanto obtener la mayoría absoluta y se obtuvo con los votos justos, no es una buena noticia.

- Si se mantiene esa dificultad, ¿podría provocar un retraso que implique que algunos quieran pedir un tiempo extra?

- Es que no corresponde un tiempo extra, hay un año que se dio para redactar la Constitución y dentro de ese año tiene que ser redactada. Tenemos que ser capaces de dejar nuestras diferencias de lado y votar las normas logrando la mayor cantidad de consensos posibles. En ese sentido, yo habría preferido que en la nueva mesa hubiese un abogado, como lo es Jaime Bassa, porque el aporte de él como vicepresidente en todo este proceso de instalación, puesta en marcha y preparación para este periodo de redacción, sin duda fue fundamental. Y fundamental era tener ese tipo de conocimientos, pero bueno, se eligió a dos profesionales de un área distinta a la del Derecho, y espero que cuenten con la asesoría adecuada para poder sacar la tarea adelante.

- Y en ese sentido, ¿cuál es su evaluación de la mesa saliente y sus expectativas sobre la entrante?

- La mesa saliente yo creo que cumplió su objetivo, que fue el instalar la CC. En algunos momentos uno puede haber discrepado de una serie de decisiones que ellos adoptaron, o de declaraciones, pero también hay que reconocer que la tarea que tuvieron fue difícil. Nosotros partimos, literalmente, de cero, con problemas de audio, sin televisores, con imposibilidad de funcionamiento incluso. Independientemente de eso, yo creo que la mesa antigua cumplió de manera satisfactoria con la labor encomendada, particularmente el vicepresidente. Y en el caso de la nueva, son personas conciliadoras, ambas, pero que carecen del conocimiento jurídico que, a mi juicio, es indispensable para que el trabajo resulte de manera exitosa.

- Con la cantidad de partidos y colectivos que hay al interior, ¿cómo ve el panorama para lo que resta?

- Es difícil hacer pronósticos a estas alturas. Yo lo que puedo decir es que en la comisión que a mí me corresponde, que es la de Sistemas de Gobierno, tenemos un muy buen clima humano, hay buenas relaciones entre los convencionales, se ha intentado acercar posiciones. Son materias muy técnicas, donde la ideología pesa poco, por decirlo de alguna manera, y por lo tanto, yo creo que dentro de la comisión nosotros vamos a ser capaces de llegar a acuerdos bastante importantes. Mi duda es si en el pleno vamos a contar con los dos tercios.