Reunión de París revive la vía diplomática en crisis ucraniana: volverán a negociar en Berlín
DESESCALADA. Aunque se abordó la tensión militar, quedó fuera el tema la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que fue respondido con una negativa por escrito de Estados Unidos y la Alianza a Rusia.
La reunión de París entre Rusia, Ucrania, Francia y Alemania abrió este miércoles una tenue vía diplomática para avanzar en la desescalada del conflicto entre Moscú y Kiev por la región del Donbás.
Sin embargo, el encuentro del llamado "Formato de Normandía" no trató, ni puede hacerlo, sobre otra "línea roja" de Rusia: su veto a que Ucrania llegue a entrar en la OTAN, y tampoco habló sobre los más de 100.00 soldados rusos que Moscú ha desplegado junto a su frontera con Ucrania.
De hecho el rechazo anticipado a un eventual ingreso de Ucrania a la OTAN quedó aún más claro luego de que EE.UU. rechazara por escrito esa solicitud.
La reunión parisina de consejeros políticos de los líderes de los cuatro países se extendió durante ocho horas y media y fue por momentos "difícil", según varias de las partes, aunque al final se consiguió acordar una declaración conjunta, por primera vez en más de dos años.
El objetivo de esta reunión era "enviar una señal de distensión o de desescalada" ante la ambigüedad sobre las intenciones rusas, y "hemos obtenido la señal que buscábamos", declaró una fuente del gobierno francés.
La declaración conjunta afirma que los cuatro países siguen "comprometidos" para reducir las diferencias en sus posiciones sobre la crisis ucraniana y volverán a reunirse dentro de dos semanas en Berlín.
Apoyo incondicional
Los cuatro países reafirmaron su "apoyo incondicional al alto al fuego" en el este de Ucrania del 22 de julio de 2020, subrayaron que los Acuerdos de Minsk de 2019 son la base de las futuras conversaciones y se mostraron "comprometidos para limar las diferencias actuales".
El Formato de Normandía se creó para tratar el conflicto de los separatistas prorrusos de la región del Donbás (este de Ucrania, Donetsk y Lugansk), y la discusión de ayer se centró en retomar el proceso de diálogo, en cuestiones como el estatuto especial de la zona, la frontera, cuestiones humanitarias y las modalidades de las elecciones locales.
"Tuvimos una conversación difícil, pero quizás fue la primera tan franca para evaluar todos los problemas relacionados con la implementación de los Acuerdos de Minsk", señaló el enviado ruso, Dmitri Kozak.
Kozak, vicejefe de la Administración Presidencial rusa, manifestó su confianza en que para la reunión de Berlín haya algunos avances sobre el diálogo para el este de Ucrania.
Los anfitriones franceses señalaron que se reafirmó que los acuerdos de Minsk "siguen siendo la base" para la negociación del estatuto de los territorios separatistas, un asunto en el que Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de incumplir sus respectivos compromisos y de mantener enquistado un conflicto de baja intensidad.
El enviado ucraniano, Andriy Yermank, jefe de la Oficina Presidencial de su país, consideró en una declaración que el encuentro fue "una señal positiva" y recalcó la disposición de su Gobierno a negociar, a pesar de la "amenaza" que afronta su país.
La otan, fuera
Sin embargo, el Formato de Normandía no se ocupa del rechazo absoluto de Moscú a que Ucrania pueda ingresar en la OTAN, un punto potencialmente más conflictivo para el Kremlin que la situación de las zonas rusófonas de Ucrania.
La presidencia francesa recordó que esta configuración "no tiene vocación de tratar más que el Acuerdo de Minsk" que puso un alto el fuego muy inestable en la zona de conflicto. "Hay otras instancias en que puede tratarse" el contencioso sobre la OTAN, agregó.
En este sentido, el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, anunció en Washington que había enviado a Rusia una carta de respuesta a las exigencias de garantías de seguridad exigidas por Moscú.
Blinken señaló que ahora es Rusia la que debe elegir entre la "vía diplomática" o la confrontación que generaría una agresión militar a Ucrania, algo que traería "graves consecuencias", advirtió.
Por todo esto, en París no se trató la tensión por el despliegue de más de 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania. "Simplemente no se abordó", afirmó Kozak. "Son negociaciones diferentes".
"Tuvimos una conversación difícil, pero quizás fue la primera tan franca para evaluar todos los problemas relacionados con la implementación de los Acuerdos de Minsk".
Dmitri Kozak, Enviado ruso