El Samurái DE LOS LIBROS Godzilla en México
Extraño maniquí
Extraño maniquí de una tienda del Metro, qué manera de observarme
y presentirme más allá de todo puente
mirando el océano o un lago enorme
como si de él esperara aventura y amor
Y puede un grito de muchacha en plena noche
convencerme de la utilidad de mi rostro
o se velan los instantes, placas de cobre al rojo vivo
la memoria del amor negándose tres veces
en aras de otra especie de amor
Y así nos endurecemos sin abandonar la pajarera
desvalorizándonos
o bien volvemos a una casa pequeñísima
donde nos espera sentada en la cocina una mujer
***
Extraño maniquí de una tienda del Metro
qué manera de comunicarte conmigo, soltero y violento
y presentirme más allá de todo
solamente me ofreces nalgas y senos
estrellas platinadas y sexos espumosos
No me hagas llorar en el tren naranja
ni en las escaleras eléctricas
ni saliendo repentinamente a marzo
ni cuando imagines, si imaginas, mis pasos de veterano absoluto
nuevamente bailando por los desfiladeros
***
Extraño maniquí de una tienda del Metro
así como se inclina el sol y las sombras de los rascacielos
irás inclinando tus manos
así como se apagan los colores y las luces de colores
se apagarán tus ojos
¿Quién te mudará de vestido entonces?
Yo sé quién te mudará de vestido entonces.
Los perros románticos
En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.
Godzilla en México
Atiende esto, hijo mío: las bombas caían
sobre la Ciudad de México
pero nadie se daba cuenta.
El aire llevó el veneno a través
de las calles y las ventanas abiertas.
Tú acababas de comer y veías en la tele
los dibujos animados.
Yo leía en la habitación de al lado
cuando supe que íbamos a morir.
Pese al mareo y las náuseas me arrastré
hasta el comedor y te encontré en el suelo.
Nos abrazamos. Me preguntaste qué pasaba
y yo no dije que estábamos en el programa de la muerte
sino que íbamos a iniciar un viaje,
uno más, juntos, y que no tuvieras miedo.
Al marcharse, la muerte ni siquiera
nos cerró los ojos.
¿Qué somos?, me preguntaste una semana o un año después,
¿hormigas, abejas, cifras equivocadas
en la gran sopa podrida del azar?
Somos seres humanos, hijo mío, casi pájaros,
héroes públicos y secretos.
Te regalaré un abismo (dijo ella)
Te regalaré un abismo (dijo ella)
pero de tan sutil manera que solo lo percibirás
cuando hayan pasado muchos años
y estés lejos de México y de mí.
Cuando más lo necesites lo descubrirás
y ese no será
el final feliz
pero sí un instante de vacío y de felicidad
y tal vez entonces te acuerdes de mí
aunque no mucho.
Esperas que desaparezca la angustia
Esperas que desaparezca la angustia
Mientras llueve sobre la extraña carretera
En donde te encuentras
Lluvia: sólo espero
Que desaparezca la angustia
Estoy poniéndolo todo de mi parte
Tardes de Barcelona
En el centro del texto
está la lepra.
Estoy bien, Escribo
mucho. Te
quiero mucho.
Mi carrera literaria
Rechazos de Anagrama, Grijalbo, Planeta, con toda seguridad también de Alfaguara, Mondadori. Un no de Muchnik, Seix Barral, Destino… Todas las editoriales… Todos los lectores…
Todos los gerentes de ventas…
Bajo el puente, mientras llueve, una oportunidad de oro para verme a mí mismo: como una culebra en el Polo Norte, pero escribiendo.
Escribiendo poesía en el país de los imbéciles.
Escribiendo con mi hijo en las rodillas.
Escribiendo hasta que cae la noche con un estruendo de los mil demonios.
Los demonios que han de llevarme al infierno, pero escribiendo.
Título: "Poesía reunida".
Autor: Roberto Bolaño.
Editorial: Alfaguara.
Extensión: 656 páginas.
Precio: $ 15.300 en Buscalibre.cl.