El rinconcito

de la consentida

Llegamos a febrero y muchos están de vacaciones, algunos esperando salir y otros atentos a un llamado para colaborar en el nuevo gabinete regional. Yo les recomendaría que se vayan a disfrutar de unos buenos días de descanso o, si no tienen mucho tiempo, se autoimpongan al menos ciertas horas de desconexión diarias.

Pero lo que no debe olvidarse es que en febrero se celebra el Día del Amor, especialmente el 14. Nos remontamos a la Roma del Siglo III, cuando el sacerdote Valentín no acató la orden del emperador de turno, Claudio II, más conocido como "Gótico", quien prohibía la celebración de matrimonios para los jóvenes. Todo esto con el fin de tener más soldados para su ejército, ya que consideraba que los casados se complicaban mucho a la hora de ir a las batallas o guerras.

Pero el sacerdote antes mencionado siguió casando a los jóvenes en secreto, y al enterarse el emperador lo mandó a matar, primero golpeándolo y finalmente decapitándolo. Desde entonces se recuerda esta fecha de San Valentín y se determinó que éste fuera el patrón de los enamorados.

Quienes lo saben de buena manera en estas latitudes son el matrimonio compuesto por Jorge Castro y Rossana Ducaseau, que por cierto siempre se les ha visto muy cómplices y unidos en todos los proyectos que han llevado adelante.

Recuerdo todos los años en que Rossana acompañó al Negro siendo concejal de Valparaíso, que nunca lo dejaba solo en todas las actividades, especialmente en los recorridos a los clubes deportivos y centros de madres, o cuando empujaron a Ducaseau como candidata a diputada para así quitarle el cupo al entonces diputado Joaquín Godoy, tarea bastante difícil de lograr. Castro buscó aprovechar el vuelo de haber sido electo alcalde de Valparaíso hacía poco tiempo y Rossana, como siempre fiel como leona, ayudó en todo lo que le pedía su marido. Hasta el día de hoy muchos recuerdan el lanzamiento de su candidatura en el restaurante Los Porteños, en reemplazo del actor Vasco Moulian, y en dupla con el entonces candidato a senador Joaquín Lavín. En el camino quedaban Mafalda Reginato y Hotuiti Teao.

Como la vida es cíclica, para las últimas parlamentarias su nombre volvió a saltar a la palestra en boca del Consejo Regional de la UDI incluso por encima del de su marido, cuestión que ella nunca buscó.

Hoy, ya retirados de la política, el espíritu emprendedor de la pareja en el último tiempo es bastante audaz y ahora tienen todo programado para su segundo evento social, que debiera marcar el inicio de su reinvención laboral.

Como anticipamos, ya realizaron una actividad en Año Nuevo, cuando ofrecieron un menú completo por $60.000 por persona en su casa de calle Yerbas Buenas, en la cual se pudo disfrutar de bar abierto, un rico cóctel y carne de primer nivel como plato fuerte, todo esto atendido por sus propios dueños.

Una vez ya probados su talento y convocatoria, ahora lo quieren repetir el lunes 14 de febrero. Para ello ya están sondeando quiénes se animan y si les agradaría compartir mesa. De no ser así, podría estar la pareja sola, pero pagando un canon diferente, ya que la exclusividad tiene precio.

Incluso, cuentan por ahí, están pensando en transformar su bella casa en un hostal o cafetería, o ambas de ser posible. Según un muy buen amigo del matrimonio, "están pintados para ello, es lo que más les gusta y son muy buenos anfitriones".

Dentro de la parejas que ya habrían confirmado está la actual consejera regional Fernanda González con el también core Christian Macaya; la coordinadora del Senama Paola Brito y su marido; la ex funcionaria municipal de Casablanca Karla Montt y su pareja -quien está explorando un canje en la actividad con la venta de un vino de fabricación propia- y la presidenta de la Cámara de Turismo de Olmué, Luigina Pruzzo con su esposo.

Rossana superstar

Hace pocos días la selección masculina de fútbol de Chile perdió con su similar de Argentina, complicando su clasificación al mundial de Qatar 2022. ¿Qué tiene que ver esto con la filosofía? ¿Puede o debe la filosofía hablar sobre la contemporaneidad? ¿De que cosas o hechos hablamos cuando nos referimos a lo contemporáneo? Y la cuestión más importante de todas: ¿Qué es ser contemporáneo?

Muchas preguntas, nada nuevo para quienes se dedican a la reflexión filosófica, pues la filosofía es el arte de hacer preguntas, de cuestionar, de mirar no las luces, sino la oscuridad, las sombras, la penumbra. El propósito de la filosofía -si alguno tiene- es mirar no la pirámide de Giza, sino sus huecos, sus intersticios, el espacio oscuro e insondable que se cuela entre cada una de las piedras que la conforman. Allí donde nadie mira, el filósofo tiene puestos sus ojos bien abiertos, y su mente libre de prejuicios y sesgos.

Hay una bella anécdota que le gustaba contar al ex secretario general de la ONU y Premio Nobel de la Paz Kofi Annan. En su natal Ghana un profesor de primaria saca una hoja en blanco y dibuja un punto negro en el centro. Luego pregunta a sus alumnos qué es lo que ven. Todos contestan al unísono "un punto negro", pero ninguno repara en el enorme espacio blanco que rodea al punto. La labor del filósofo es esa: mirar donde nadie mira, cuestionar allí donde todo parece impoluto y perfecto, rascarse donde no pica diría el filósofo estadounidense Richard Rorty.

Volvamos al fútbol. La selección perdió con Argentina, eso es lo "actual". La moda es también lo actual. Estudiar en la universidad o trabajar en alguna cosa, tener hijos o no tenerlos, formar una familia, comprar una casa, adquirir un vehículo, eso parece ser la actualidad. Pero lo contemporáneo no tiene que ver solo con la actualidad observa Giorgio Agamben. Lo contemporáneo es lo intempestivo, aquello que ocurre a destiempo. Por eso escribe Nietzsche sus cuatro Consideraciones intempestivas (1873), no porque ellas sean inactuales, sino porque buscan "comprender como un mal, un inconveniente y un defecto algo de lo cual la época está, justamente orgullosa, es decir, su cultura histórica".

Una segunda posibilidad es entender lo contemporáneo de la manera que señalábamos antes: como una reflexión no sobre las luces de una época, sino sobre sus sombras, la oscuridad y la penumbra. En eso consistió, de hecho, el proyecto genealógico de Foucault.

En estos tiempos fieros en que vivimos, donde no parece haber hechos absolutos ni verdades eternas e inmutables, la falta de reflexión sobre la oscuridad de una época conduce a una marea nihilista que escandalizaría a Nietzsche y a Heidegger, uno de sus más brillantes intérpretes.

De ahí la necesidad contemporánea de forjar identidades, comunidades, formas de vida y una historia compartida.