LA TRIBUNA DEL LECTOR Concón, ¿por qué no te cuidan?
POR EDUARDO DIB, EMPRESARIO EMPRESARIO
Al llegar la primavera uno se alegraba de ver el revoloteo municipal en Viña del Mar. Los funcionarios salían a pintar cruces, semáforos y división de calles. Se los veía reparando y repintando bancas. También limpiando calles y aceras de polvos y barros. Recogiendo los sedimentos y las basuras que el invierno dejaba en las playas. Nuevas flores eran plantadas en plazas y bandejones. Ponían nuevos tachos para la basura y reponían luminarias. Se rellenaban hoyos y pavimentos. Se remodelaban paseos, plazas y jardines. En fin, todo se preparaba con esmero para dar la bienvenida a una nueva estación y para recibir a los visitantes veraniegos. Si de algo estábamos orgullosos los viñamarinos era del cuidado y prolijidad con que la ciudad asomaba a un nuevo año, renovando sus espacios urbanos.
Me toca actualmente caminar mucho por Concón y, con la excepción del sector de Bosques de Montemar que brilla por su limpieza y belleza, el cuadro es todo lo contrario. Una ciudad descuidada y sucia, donde no hay ninguna preocupación por la mantención ni el aseo.
Su borde costero, el bien paisajístico y turístico más preciado, está en un nivel de deterioro tercermundista.
Basuras, latas y botellas por doquier. Ninguna preocupación por el paisajismo ni por reponer especies y, peor aún, no podando plantas ni siquiera en los lugares donde se podría caminar por veredas, teniendo los peatones que hacerlo, con grave peligro, por la calle. La Avenida Borgoño está llena de tierra, barros, malezas, hoyos y piedras.
Qué decir de los "eventos" en las calles. Al menos cuatro enormes, que desde hace muchos meses no se reparan y por los cuales solo se puede transitar en vehículos todo terreno. El más grave, una verdadera piscina de agua en Playa Bahamas. No he visto otra ciudad de Chile con hoyos de esa magnitud.
Las defensas viales corroídas y desvencijadas, el paseo lleno de peligros para peatones y vehículos y un bordemar totalmente deteriorado.
De seguro, desde que fue elegido, el alcalde no ha ido por ahí.
Para colmo se está haciendo una remodelación de la avenida con una pobreza de proyecto que desanima.
¿Cómo la Municipalidad no pudo revisar lo que iban a hacer? Ya se delinean frente al Club de Yates aceras que no sobrepasan el metro y que no permiten el tránsito normal de dos o más personas.
No parece haber cambios ni mejoras de pavimentos. Solo la pobreza del cemento. Y tampoco se vislumbra algún esfuerzo paisajístico. Lo valioso del entorno ameritaba una remodelación con más cariño, sentido estético y arquitectónico, tal como se hizo en Viña del Mar en el borde de la Avenida Jorge Montt.
Aún quedan algunas etapas, las que las nuevas autoridades, esperemos, puedan mejorar. ¡Por favor!
Todo esto es lamentable para el camino costero más lindo del país, es lamentable para el buen gusto y, sobre todo, es lamentable tener que sufrir autoridades, proyectistas y políticos sin entusiasmo por lo bello, lo práctico y lo delicada que debe ser la relación entre urbanismo y paisaje.