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El Samurái DE LOS LIBROS Los herederos del mundo

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"Nuestra supremacía como entendedores principales del cosmos está llegando rápidamente a su fin", nos asegura al comienzo de "Novaceno" el centenario científico e inventor James Lovelock.

Mientras la mayoría de los autores parece tener más preocupación por la realidad desatada por el Antropoceno, esto es, la era en que los seres humanos y su tecnología adquirieron la capacidad de modificar las condiciones mismas de la Tierra, el legendario autor de "Gaia: una nueva mirada a la vida en la tierra" regresa para llamar nuestra atención sobre una tendencia que, a su juicio, cambiará rápidamente -y para siempre- todas las reglas a las que estamos acostumbrados.

No es la opinión de cualquier ciudadano. Nacido en Inglaterra en 1919 -sí, tiene 102 años-, Lovelock es responsable de la creación de un equipo llamado detector de captura de electrones, que hace décadas permitió confirmar la presencia en la atmósfera de los clorofluorocarbonos (CFC) producidos por tecnologías humanas, que estaban destruyendo la capa de ozono. Además, elaboró algunos artefactos usados por la Nasa en la exploración de Marte. Eso, entre muchas otras cosas.

Las ciencias de la tierra han sido el objeto principal de su trabajo a lo largo de su extensa vida profesional, y en la década de los 60 comenzó a elaborar el que ha sido su aporte fundamental en la comprensión de las dinámicas de nuestro planeta. Lovelock, quien vivía junto al mar, paseaba por los acantilados cercanos a su casa en compañía de su amigo y escritor William Golding, autor de "El señor de las moscas". Lovelock le contó a su acompañante que estaba trabajando en una teoría que planteaba que el conjunto de seres vivos que habitan la tierra interactúan a un nivel superior, generando un colosal sistema autorregulado, capaz de mantener las condiciones necesarias para que la vida se sostenga. Golding le respondió que una idea así tendría que llevar un nombre afín y le sugirió "Gaia", el nombre que los griegos utilizaban para la diosa que personifica a la Tierra.

Las ideas de Lovelock generaron un debate encendido -que nunca ha terminado-, pero abrieron un campo de discusión respecto de cómo funcionan la cosas a gran escala en nuestro mundo y el rol que juegan en su conjunto los organismos vivos en generar y conservar las condiciones necesarias para seguir existiendo. Un estado de cosas donde la aparición de la humanidad y su tecnología ha introducido enormes factores de desequilibrio en un sistema que viene "funcionando solo" hace miles de millones de años.

Ahora, Lovelock regresa para decirnos que todo puede estar cambiando debido a la evolución natural de las invenciones de los seres humanos. Para este autor, estamos en el comienzo de una revolución, que puede comprenderse "como una continuación del proceso mediante el cual la Tierra cría a los entendedores, a los seres que conducirán al cosmos al autoconocimiento. Lo revolucionario de este momento es que los entendedores del futuro no serán humanos". En sus palabras, se trata de "lo que yo opto por llamar 'ciborgs', que se habrán diseñado y construido a sí mismos a partir de los sistemas de inteligencia artificial que ya hemos construido. Estos serán pronto miles y luego millones de veces más inteligentes que nosotros".

Lovelock observa una línea continua que comienza con los primeros seres fotosintetizadores, que fueron capaces de transformar la luz del sol en energía química utilizable. La segunda escala de este viaje comenzó hace casi de 360 años, cuando Thomas Newcomen inventó una máquina capaz de bombear agua a partir del vapor generado por la quema de carbón. La antigua energía del sol almacenada en la materia orgánica millones de años atrás se convertía en trabajo que los seres humanos podían utilizar en el momento en que quisieran. Así partió la Revolución Industrial y se inició una era que llamamos Antropoceno. Y ese distante día de 1663 la humanidad comenzó a sobrecalentar el planeta que habita.

No hay una fecha exacta para la última etapa de este viaje, pero Lovelock menciona algunos hitos a tener en cuenta. En 1997, el computador Deep Blue de IBM venció a Gari Kaspárov. En 2015, AlphaGo de Google derrotó a Fan Hui en una partida de go, un juego de tablero de estrategia considerado mucho, mucho más complejo que el ajedrez. Fue la primera vez que una máquina conseguía desbancar a un profesional de este juego. Lo más llamativo vino en 2017: los ordenadores AlphaGo Zero y AlphaZero se enfrentaron en una partida de go. Venció el primero y, aquí viene lo importante, lo hizo tras aprender el juego por sí mismo, con solamente conocer las reglas y ejecutar millones de partidas contra sí mismo en 24 horas. Estábamos en presencia, dice Lovelock, de un jugador sobrehumano.

Y así, dice, se inicia una verdadera nueva era geológica, el Novaceno, en la cual esa energía que llegó del sol se convertirá en información.

El corazón de la tesis de este autor es que de manera acelerada asistiremos al nacimiento de un nuevo tipo de ser, de origen electrónico y con habilidades que nos resultarán simplemente incomprensibles.

Lovelock dice no temer que estas nuevas máquinas autoconscientes vayan a destruir a la especie humana, como lo muestran cintas como "Terminator". Más bien, opina que existe una posibilidad de que ambas inteligencia sean capaces de trabajar en resolver un problema común: el sobrecalentamiento de la atmósfera, que haría peligrar las condiciones de existencia para todos. Pese a que advierte respecto de los riesgos de la militarización de la inteligencia artificial, no duda en aseverar: "Repitámoslo: la amenaza a largo plazo para la vida en la Tierra es la producción exponencialmente creciente de calor procedente del Sol".

Lovelock escribe en un estilo amable y didáctico y en modo alguno intenta alarmar al lector con sus pronósticos, pero no por ello deja de ser claro respecto de lo que espera: de alguna manera, como especie seremos desplazados de un espacio en el que hasta ahora estábamos solos y seremos, en el mejor de los casos, el segundo organismo más inteligente del planeta. Nos tocará negociar el futuro con el primero y este antiguo hombre de ciencias pone sus esperanzas en que ese proceso funcionará bien y en paz.

"No fue hasta la aparición de los titanes del renacimiento científico hace algunos centenares de años cuando los humanos comenzaron a comprender la plena realidad física del cosmos. Ahora nos estamos preparando para transmitir el don del conocimiento a nuevas formas de seres inteligentes", nos asegura con gentileza este científico, que comenzó su largo camino vital en un mundo muy distinto del nuestro.

Título: "Novaceno".

Autor: James Lovelock.

Editorial: Paidos.

Extensión: 184 páginas.

Precio: $ 19.900.