Garantizar un regreso a clases seguro
El Colegio de Profesores insistió en la necesidad de mejorar la preparación de las escuelas y liceos antes del regreso presencial de los alumnos. Es labor del Mineduc, en coordinación con las comunidades educativas, aplicar las medidas adecuadas para reducir el riesgo de contagio. El regreso a clases presenciales debe tratarse como un tema prioritario.
El incremento en los contagios de covid -en la región ayer rozaron los 4 mil casos- repuso el extenso debate sobre la conveniencia de las clases presenciales en los colegios públicos del país. La escena repite las discusiones ocurridas a inicios del año 2021, cuando las cifras diarias no superaban los 500 contagios, y recuerda los argumentos puestos sobre la mesa cuando la pandemia comenzaba, en marzo del año 2020. El Colegio de Profesores ya mostró sus reparos ante el decreto del Ministerio de Educación que establece la presencia en clases como una condición obligatoria. Con marcado pesimismo, el presidente del Magisterio en la ciudad de Valparaíso, Andrés Arce, afirma que "el escenario es muy complejo" dada la ola de nuevos casos que vive el país, en parte porque son las propias escuelas las que deben costear los elementos sanitarios que permitan garantizar la asepsia de los establecimientos porteños. También acusa falta de información sobre las medidas adoptadas para la sanitización de espacios, así como poca claridad en los protocolos vigentes. Otras ramas del Magisterio hablan, incluso, de la necesidad de actualizar algunos procedimientos dadas las nuevas características de las variantes del virus.
Aunque el Ministerio de Salud no se cierra totalmente a la idea de postergar el ingreso a clases en caso que haya un colapso mayor en las redes asistenciales debido al ómicron -o alguna subvariante-, lo cierto es que dicha idea parece remota o, en caso de aplicarse, tendría efecto muy acotado. Los altos índices de vacunación, los nuevos criterios de aforos, las necesidades de reactivación económica, la importancia de retomar actividades presenciales educativas, el cansancio ante las restricciones de movilidad y el hartazgo general con una pandemia que ya inicia su tercer año son factores que movilizan a la gente hacia la normalización de sus vidas, incluidas las rutinas escolares.
Con cifras incluso mayores en contagios por millón de habitantes, algunos países de Europa están retirando las exigencias en el uso de mascarilla o liberando los aforos en lugares cerrados. No es el caso de Chile, comentó el ministro de Salud, Enrique Paris, en que dichas disposiciones se mantendrán durante este año.
Pese a todo ello, es correcto el espíritu de la crítica que hace el Colegio de Profesores, en su rol por supervigilar las condiciones más adecuadas para el desempeño de la vocación docente, principalmente porque su preocupación apunta a los procedimientos y a los recursos invertidos. Es deber del Mineduc garantizar con recursos apropiados todas aquellas medidas que le permitan a los estudiantes acudir a sus clases presenciales sin temor, así como de establecer los mejores protocolos para enfrentar los escenarios que surgen ante un brote interno -curso, personal docente o colegio en general-, porque de esa forma se garantiza el punto más importante: la continuidad educativa de las comunidades escolares, quizás las más afectadas por el covid-19.