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Constitución para todos

En los días previos a los debates en el pleno, se instaló la idea de que la Convención debía "moderar" sus posiciones, sobre todo ante la aprobación de algunas normas que generaron bastante polémica durante su tramitación en las respectivas comisiones. Una situación que, al menos para Fernando Wilson, académico de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), no ha ocurrido y apunta que "toda la historia de la Convención ha sido más bien el desarrollo de una plataforma de activismo".

En tal sentido, el también doctor en Historia sostiene que "hay sectores de izquierda dura que más que crear lo que Fernando Atria en algún momento denominó como la casa de todos, están desde la perspectiva del posicionamiento y la declaración de sus líneas de acción. No comprenden que están construyendo una Constitución para todos, sino que están haciendo una para ellos o para sus causas, lo que significa que, de alguna manera, están comprometiendo la legitimidad general de este proceso".

Pero además, el profesor de la UAI asevera que se corre el riesgo de que en cuanto cambien las mayorías que empujaron la creación de un nuevo texto constitucional, el Congreso podría empezar a modificarla profundamente. "Esto, además, va a tener un correlato tremendamente complejo para la administración Boric, porque evidentemente la Convención crispa los ánimos y cualquier posibilidad de cooperación en las reformas profundas que él pretende desarrollar, obviamente no va a estar ahí", agrega.

Consolidación de mayorías

Desde una óptica distinta, el director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central (UCEN), Marco Moreno, apunta a que más allá de si ha habido o no una moderación, la Convención "debe tomar posición respecto de discusiones que se habían dilatado durante toda la etapa previa y eso ha dado lugar a la conformación de mayorías".

"Como tenemos una Convención bien fragmentada, eso ha obligado a una suerte de geometría variable, que es buscar acuerdos puntuales, hacer alianzas ad hoc, para enfrentar temas específicos. Por eso es que en algunas ocasiones hemos visto que se han suscitado acuerdos y en otras, como ocurrió con el artículo 25, hubo una importante discrepancia en que se cayera la indicación que planteaba las asambleas regionales", ejemplifica el doctor en Ciencia Política, trayendo a colación la maratónica votación del informe de la Comisión de Forma de Estado.

En la misma línea, Moreno indica que estas mayorías circunstanciales se van dando no solamente con miras a tomar posición sobre un tema, sino también mirando de reojo que el rechazo al plebiscito de salida "es una alternativa que comienza a crecer". "Todos los días hay un poco más de descontento con algunas propuestas aprobadas y eso, evidentemente, comienza a obligarlos a ponerse de acuerdo que, al menos en esta etapa", complementa.

Piso para la votación

Ya con las primeras votaciones en general y mientras aún se llevan a cabo las deliberaciones en particular de los informes ya presentados, bien cabe preguntarse cuál podría ser el comportamiento del pleno en las futuras instancias. Lo ocurrido en las jornadas anteriores hace presagiar que pese a una aparente correlación entre ambos debates, también podrían ocurrir algunas discrepancias, como sucedió con el informe de la Comisión de Justicia, que de los 14 artículos visados en primera instancia, solo ocho fueron respaldados íntegramente y pasarán a la propuesta de nueva Carta Magna.

Al respecto, Moreno estima que ambas instancias, potencialmente, pueden ser homologables, explicando que "las correlaciones de fuerza son más o menos parecidas. Entonces, los que aprueban en general tienden a apoyar algunos de los artículos que son claves para que esa iniciativa tenga viabilidad; de lo contrario, se puede aprobar en general una iniciativa, pero se le quitan aspectos fundamentales, como pasó con la votación sobre gobierno regional autónomo y se le quitó el tema de las asambleas".

De todas formas, el analista pone en duda que todas las votaciones se vayan a dar en una lógica de izquierda o derecha, lo cual estaría bastante ligado a la postura que vaya a tomar el Partido Comunista. En tal sentido, explica que "si el PC sigue aferrado al discurso de las identidades, que ha sido una línea que han seguido en las últimas votaciones, mucho más cerca a los movimientos sociales, la ex Lista del Pueblo o los pueblos originarios, evidentemente eso puede distorsionar el resultado final, porque sus votos son importantes: el miércoles, por la falta de su apoyo, se cayó el artículo 25".

"Por lo tanto, va a depender bastante de cómo se comportará, porque de momento hemos visto mayor coherencia en el bloque Frente Amplio, Colectivo Socialista o Colectivo del Apruebo, y menos en el PC. Depende mucho de eso y también de la derecha e Independientes No Neutrales. Pero debiera darse que la votación en general sea el piso para los artículos en particular", puntualiza.

Lejos del punto de encuentro

Por otra parte, Fernando Wilson espera que ciertos temas controversiales que se han puesto sobre la mesa en los últimos no tengan mayor cabida, tomando como ejemplo la defensa que han hecho algunos grupos de la Convención al bicameralismo, entre los que se encuentra todo el bloque de derecha, además de los Colectivos Socialista y del Apruebo, y parte de Independientes No Neutrales; aunque de todas formas lamenta ciertos "cabos sueltos", como el tema de que las regiones y los municipios van a poder contraer deuda pública de forma autónoma.

Advierte que "todo ese tipo de circunstancias, considerando que quedan cuatro meses y medio y en abril debiera haber un texto que pase a la Comisión de Armonización, lejos de ser un punto de reencuentro, está generando una dinámica de conflicto, que más allá de que gane el apruebo o el rechazo, la tensión social respecto al tema constitucional va a continuar y complicar severamente la situación".

Este panorama, de acuerdo con el docente de la UAI, termina dejándonos en circunstancias "en las cuales arriesgamos dejar a plazo abierto un proceso de inestabilidad institucional que se puede prolongar por años, porque evidentemente una Constitución que está naciendo de un prisma ideológico determinado y que no es un punto de encuentro, va a querer ser cambiado por quienes no estén de acuerdo con ella, apenas tengan las mayorías para hacerlo".

Agilizar la discusión

Si bien ya están en debate los dos informes ampliamente comentados, aun falta por conocer el estado del resto de las comisiones. Sin duda una de las más importantes es la de Derechos Fundamentales, que de hecho es la encargada de abordar uno de los temas que más ruido generó durante el estallido social y que tiene que ver con el sistema previsional. Y si bien el primer bloque de normas debiera presentarse durante la próxima semana, no es tan amplio el margen de tiempo para llevar a cabo el proceso de discusión.

Frente a este escenario, Marco Moreno subraya que en todas las instancias en que han tenido algún tipo de rezago "van a tener que ponerse al día, porque estamos ya en la etapa de votación y porque el tiempo se va acabando para avanzar en este proceso. Ellos deben tener el 4 de julio la propuesta de texto constitucional y no hay mucha claridad que sea factible una extensión del plazo".

Respecto de este último punto, el cual se ha planteado informalmente durante las últimas semanas, el académico señala que "los constituyentes han dicho que en función de la evidencia que tengan en marzo van a analizar pedir una ampliación de su trabajo, pero obliga a que las comisiones se pongan a tono con el trabajo de sus pares, especialmente las más rezagadas, para que puedan efectivamente ajustarse a los tiempos que hoy están vigentes".

Menos alentadora es la visión de Fernando Wilson, para quien esta situación muestra cierta "asimetría" en el órgano. "Prácticamente cada comisión se ha convertido en un universo paralelo que no tiene mayor relación o contacto entre sí y que, precisamente, por las tensiones y divergencias que comienzan a surgir, la comisión de armonización va a tener un rol extraordinariamente difícil", dice.

"La Constitución es la manifestación de los consensos respecto al modelo de organización institucional de un país. La base de una Constitución son los consensos y si eso no existe, se convierte en un papel escrito que no tiene ningún valor. La mejor demostración de eso, yéndonos al extremo, es la Constitución de Haití, que incluso puede leerse como un poema, pero que no tiene ninguna relevancia ni viabilidad en una sociedad destrozada", sentencia. 2

La base de una Constitución son los consensos y si eso no existe, se convierte en un papel escrito que no tiene ningún valor".

Ellos deben tener el 4 de julio la propuesta de texto constitucional y no hay claridad que sea factible una extensión".

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ESTUDIO CUESTIONA posible sesgo hacia ideas provenientes de vamos por chile

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Ya desde semanas anteriores, sectores del oficialismo han reclamado por la poca consideración que han tenido las ideas que ellos han planteado en las distintas comisiones, llegando al punto en que algunas convencionales se declararon "en reflexión" respecto de si abandonar o no el órgano, situación que terminaron descartando. Por otra parte, en conversación con radio Cooperativa, el exministro Cristián Monckeberg dijo esperar que "se entienda por la mayoría de la izquierda en la Convención de que nosotros podemos aportar y que tenemos propuestas y tenemos ideas, porque hasta el minuto la verdad es que no hemos sido muy escuchados, pero está bien, uno nunca tiene que dejar de intentarlo". ¿Pero cuán postergados han quedado realmente?

Un estudio del Instituto Res Pública hizo un repaso a las votaciones que tuvieron lugar entre el 24 de enero y el 4 de febrero, cifró en 252 los artículos presentados por el bloque de centroderecha, siendo rechazadas 190, lo que representa un 75% del total, mientras que apenas 62 recibieron el visto bueno de las mesas de trabajo. En contraposición, 555 de las 807 propuestas de artículos provenientes de otros conglomerados fueron respaldadas (69%), lo que deja en 252 las ideas objetadas de las distintas fuerzas políticas de izquierda e independientes.

Asimismo, se deja constancia de que los convencionales que representan a la UDI, el Partido Republicano o Independientes del grupo, votaron a favor de al menos un 46% de los artículos contenidos en iniciativas de otros sectores distintos a Vamos por Chile y en contra de al menos un 47% de las iniciativas de otros conglomerados.

"Dado los resultados expuestos, es posible cuestionar la diferencia de los criterios utilizados en el proceso de deliberación de los convencionales de oposición respecto de aquellos pertenecientes a Vamos por Chile. Mientras el conglomerado vota a favor del 46% de los artículos de otros sectores políticos, el 76% de los presentados por el sector fueron rechazados. Esto evidencia un posible sesgo hacia las iniciativas de Vamos por Chile que implique que no sean analizadas en su mérito sino por factores de autoría u otras consideraciones por el resto de los sectores", sostiene la investigación. 2