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Además, atravesando la red, se encuentra un puente colgante que permite observar a las criaturas protegidas en su entorno. Aficionados a la ornitología podrán ver especies como el pato Mandarín o el Carolino, el faisán Plateado y el Venerado, al loro Borneo, al Arcoiris, al Ecléctico, así como una miríada de mirlos y turacos. Quienes no reconozcan sus nombres, igual podrán disfrutar con las mezclas inesperadas que hacen con sus voces, y con las escamas de colores que pigmentan su plumaje.

En la última década, la población de aves nativas, por su parte, ha desarrollado un aumento exponencial. Especies como el pato Jergón, que hace su migración entre el parque y las regiones de Aysén y Tierra del Fuego, y cuya densidad crece durante su periodo de reproducción (primavera y verano) viven en las riberas del tranque. El parque tiene estrictas medidas para proteger a esta y otras especies, como prohibir la caza y respetar sus nidos.

Los guías turísticos y profesionales del lugar son capaces de indicarte las variedades de alimentos que le corresponden a cada especie, su origen geográfico, sus ciclos migratorios y el porqué de su estadía allí, así como los cuidados que le corresponden y todo tipo de duda que surja de los visitantes. Es imperativo para estos últimos guardar silencio en todo momento durante su visita al aviario.

La naturaleza sigue creciendo

Robinson Vega, guía y supervisor del Parque, lleva más de siete años recorriendo sus senderos, emocionándose con las pisadas de gatos salvajes y zorros que amanecen frescas de repente. Lo conmueve ver cómo crecen y cambian los árboles, las plantas y las flores, en cada uno de sus ciclos y estaciones; lo rodea una calma única cuando entra al lugar, rodeado de aves y aromas fascinantes. "Trabajo acá casi todos los días del año y nunca me termino de sorprender".

El boldo, el peumo, el lingue, el molle y el litre son cinco de las especies que respiran y bordean el humedal, conformando el cuerpo verde del parque. "Se encontraban acá de manera natural", relata Robinson, "pero estaban asfixiadas por las moras. Gracias a la limpieza que se hizo, estos árboles pudieron recuperar fuerzas y seguir creciendo", acota.

El personal del parque se encarga además de cuidar, regar -a través de matrices de riego por goteo- y fertilizar los árboles que han sido replantados en lugares estratégicos, con el objetivo de reforestar de la mejor forma posible el espacio, y fomentar su restauración.

En paralelo, el jardín botánico, que está ubicado en el extremo oeste del parque, aporta a la impresionante biodiversidad vegetal -más de 18 mil variedades- con 350 especies distribuidas entre un invernadero, y el vivero que lo rodea: plantas xerófitas, de sombra, nativas, proteáceas, suculentas, tropicales, por mencionar solo algunas. El cuidado de ellas no es aleatorio, asevera Robinson Vega, ya que "se cultivan estas especies que después están listas para ser trasplantadas a su sitio dentro del parque".

La acuática médula espinal

Desde 1883, el impresionista Claude Monet se dedicó a pintar las variaciones de la luz y las sombras, y los púrpuras y rosados que observaba danzar en el jardín de su hogar en Giverny, al norte de Francia. En él invirtió años plantando miles de flores de misceláneas variedades, entre las que destacan las peonias, las rosas "Cuisse de Nymphe", y sus icónicos nenúfares.

Aunque las piezas que retratan estos jardines se encuentra en el Museo Marmottan Monet (y los propios jardines son una atracción turística en el país galo), la Fundación Parque Tricao, en un tremendo esfuerzo, ha destinado la última frontera de la corriente del tranque a sembrar una réplica del mismo, que se deshace en puentes japoneses, pastizales cuidados con detalle, y flores que se asoman al paso del caminante en oleadas de colores y verdes.

Por su parte, el tranque recorre el parque de extremo a extremo, desde la zona de quinchos hasta este jardín. Para transportarse, de hecho, cabe la posibilidad de hacerlo a bordo de una amplia balsa motorizada de madera que permite observar las quebradas, las aves y su lugar de anidación desde otra perspectiva. Partiendo desde la Plaza la Virgen, y funcionando como un ferry, la embarcación permite que 20 personas recorran las 15 hectáreas de laguna artificial en 35 minutos.

Otra posibilidad que cabe al visitante es la de compartir directamente con los cisnes, patos, garzas y peces a través del viaje en kayak, sujeto a la disponibilidad del momento, ya sea de forma individual o en parejas, para enfrentarse a la extensión hídrica de una forma respetuosa y cercana.

De hecho, con la recuperación de la biodiversidad, el parque se ha convertido en un imán de todo tipo de especies. La jefa del equipo veterinario, Jacinta Larraín, expresa que "es común que los visitantes vean muchas especies de avifauna y coipos", pero también se han presenciado gatos colocolo (en peligro de extinción), huiñas, quiques, chingues y zorros chilla. "Ha sido un círculo virtuoso donde los animales han vuelto a la naturaleza".

Advierte, y es enfática, en que hasta ahora no han sufrido grandes daños de parte del público asistente. "Lo más grave que hemos tenido tiene que ver con tallar o marcar troncos y hojas. La gente no es consciente del daño que esto genera en un medioambiente".

Larraín agrega que es crítico respetar los nidos, no alimentar a los animales, guardar silencio, y no escuchar música a todo volumen. "Para las familias con niños más pequeños, hay que explicarles que están en un entorno natural donde conviven muchas especies. Creemos en la enseñanza, donde las personas sean más conscientes de sus actos a través del respeto".

Conexión arbórea

Finalmente, para conectar cada uno de los sectores del parque, atravesando bosques, playas, plazas, y masas acuáticas, están los senderos de trekking, que incluyen por momentos extensiones dedicadas a la movilidad reducida; y se acompasan en los 10 miradores repartidos en el trayecto, que permiten al visitante contemplar el trabajo en conjunto de la Fundación y la naturaleza.

"En el caso de la educación, y dejamos abierta la invitación, las instituciones sin fines de lucro y establecimientos educacionales públicos y subvencionados, pueden realizar visitas educativas al parque de manera gratuita", señala Nicolás Vicuña.

Las entradas se deben adquirir con anticipación a través de www.tricao.cl, ya que no se venden tickets en la puerta del recinto, y los cupos de entrada diarios son limitados. Los horarios van de 9:00 a 19:00 horas, de lunes a domingo. Se recomienda llevar bloqueador. Todas las actividades y recintos del parque se adscriben a las medidas sanitarias establecidas en el sitio web. 2