Correo
Los Rulos
La reciente aprobación del Gobierno saliente a la instalación del proyecto de central termoeléctrica Los Rulos tiene encrespados, electrizados y erizados a ambientalistas, autoridades y vecinos del sector. Es de esperar que no se pase más la "plancha" con estas delicadas decisiones y que se "alise" la controversia en beneficio de la salud de la comunidad.
Kenneth Ledger Toledo
Viña sin cámaras
Si ya la sensación que provoca un sujeto metiendo la mano por la ventana de tu auto, robando tu celular y pertenencias a plena luz del día en la avenida San Martín con 14 Norte, la zona más turística de Viña del Mar, es de impotencia y desamparo, imagínense lo que significa que minutos más tarde sean los propios carabineros quienes, en medio del procedimiento, reconozcan que poco y nada se puede hacer porque en Viña del Mar las cámaras de seguridad no están funcionando. Es decir, esos equipos que seguramente costaron millones de pesos, están prácticamente de adorno en las calles.
Lo peor es que al parecer nadie quiere que se sepa, porque seguramente podría generar un clima de mucha inseguridad entre los turistas y los habitantes de la comuna. Pero es cierto. La Ciudad Jardín está a ciegas y los delincuentes pueden hacer lo que quieran. Ya no es impotencia, ahora es rabia contra un sistema que no te protege en nada.
Camila Guzmán Burgos
Cuestionada fiscalización
Resulta un poco ridículo que funcionarios municipales de Viña del Mar suban hasta Achupallas un día domingo, para infraccionar a personas por tener sus autos mal estacionados. A pasos de sus oficinas, en Arlegui, todos los días y a toda hora hay decenas de autos mal estacionados bajo sendos letreros que indican prohibición de hacerlo.
Sra. alcaldesa: cuídese de estos "esforzados ayudantes", mire que los "cuidados del sacristán suelen matar al señor cura".
Víctor Gajardo Cisterna
Punta Piqueros
En Chile, las construcciones ilegales no se demuelen, todo lo demás es música celestial.
Mauricio Román B.
Examen de constitucionalidad
En una columna publicada el 22 de febrero, el profesor de derecho y exdiputado (durante tres períodos) Francisco Bartolucci Johnston, a fin de verificar que la propuesta de texto constitucional aprobada por la Convención Constitucional cumple con los requisitos establecidos en el inciso final del artículo 135 de la Carta Fundamental -"El texto de Nueva Constitución que se someta a plebiscito deberá respetar el carácter de República del Estado de Chile, su régimen democrático, las sentencias judiciales firmes y ejecutoriadas y los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes"- propone establecer un "examen de constitucionalidad" por parte del Congreso Nacional, previo a la convocatoria al plebiscito de salida, para lo cual sugiere agregar cuatro incisos nuevos a dicho artículo.
Por otra parte, en caso que la propuesta no respetare lo dispuesto en el referido artículo 135, podría ser ejercida una acción de nulidad de derecho público. Además, en virtud de lo dispuesto en el artículo 93 de la Carta Magna, dentro de diez días contados desde la fecha de publicación del decreto que fije el día de la consulta plebiscitaria, el Senado o la Cámara de Diputados están facultados para requerir al Tribunal Constitucional que "resuelva las cuestiones que se susciten sobre constitucionalidad con relación a la convocatoria a un plebiscito".
Adolfo Paúl Latorre
A tiempo
"Reformas, no revolución, no una Constitución inarmónica o sesgada, sino una nueva Constitución equilibrada", es lo que declaran quienes integran el grupo Amarillos por Chile. Loables deseos, pero al menos varios de esos mismos amarillos aprobaron un método que permitió la conformación de una Convención Constitucional que propondrá una Constitución que incluirá ideas para la refundación de Chile propias de una revolución. El método y los recursos aprobados dan a la Convención la posibilidad de cambiar por completo la Constitución en corto tiempo, para lograr objetivos que ahora algunos se dan cuenta que no son los de ellos.
La historia enseña que cualquier buena estrategia requiere de armonía entre sus tres componentes: objetivos precisos, métodos y recursos. En el proceso para llegar a una nueva Constitución en Chile esto no existe, y aunque tarde se están dando cuenta de esto algunos, es esperanzador que aún es oportuno para evitar una refundación de Chile.
Enrique Alvayay Castro
Educación y Convención
En carta publicada el 20 de febrero en el diario El Mercurio de Valparaíso, don Luis Cañas, presidente de la Coordinadora de Colegios Particulares Subvencionados (CCPS), al explicar fundadamente el aporte de la educación privada subvencionada al sistema educacional chileno, destaca "su importancia y eficiencia, considerando que atiende al 60% de los estudiantes chilenos; de ellos, el 55% más vulnerable y 91% de alumnos con necesidades educativas especiales".
Conocidas estas cifras, me restaré de hacer comentarios del porqué los padres han elegido el sistema de educación privado frente al sistema de educación pública, diré simplemente que esto ha sido posible gracias a dos derechos fundamentales consagrados en nuestra actual Constitución: la libertad de educación y la libertad de enseñanza.
Ahora bien, las primeras noticias y discursos que emanan del interior de la Convención Constitucional nos señalan que los constituyentes más radicales no aceptan la posibilidad de discutir estas dos garantías para incluirlas en el futuro texto que deben redactar y proponernos. ¿Qué pasa? ¿Se quiere terminar con la educación privada en nuestro país? ¿Se quiere establecer un sistema único de educación de carácter estatal? ¿Se desconoce el aporte que la educación privada, laica o de iglesia; gratuita, subvencionada o pagada ha entregado a la educación de millones de niños y jóvenes a lo largo de la historia, contribuyendo a formar una raza homogénea, culta e instruida?
Nuevamente se han activado las alertas acerca de la normativa que estudia la Convención, ahora en defensa de una educación amplia y pluralista, sobre la base de un sistema educacional público-privado. Habrá que estar atentos.
Francisco Bartolucci Johnston