Polémica por fondos vecinales en Viña
Duras palabras tuvieron concejales del PC a la gestión del municipio en la elaboración de un reglamento para organizaciones comunitarias. Más allá de la solución que proponga el municipio, resulta relevante mostrar cómo la fiscalización de los ediles a los actos alcaldicios debe estar presente sin importar la cercanía política entre las autoridades.
Un duro cuestionamiento a la gestión que lidera la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, hicieron los concejales del Partido Comunista Pablo González y Nicolás López, por la dictación de un decreto que cambia el procedimiento que se usa para la asignación de fondos vecinales. En la sesión de la Comisión de Finanzas, realizada esta semana, los ediles criticaron que el nuevo reglamento estuviera listo, "con timbre y número", desde el 8 de febrero de este año, pese a que aún no termina el proceso que las propias autoridades edilicias llevan a cabo con las organizaciones comunitarias para establecer el mejor mecanismo de financiamiento, así como controles más adecuados en la rendición de esos recursos.
La críticas tuvieron un lenguaje duro, inusual para aliados políticos -el PC y Revolución Democrática, donde milita la alcaldesa, integran el pacto Apruebo Dignidad- y con seguridad marcarán un punto de inflexión en la relación de apoyo mutuo que ha marcado el trabajo entre ediles y municipio en estos primeros ocho meses de la gestión de Ripamonti en Viña del Mar. "Todo lo que hicimos en este proceso fue un circo, porque al final (el decreto) siempre estuvo listo. ¿Por qué no nos dijeron?", cuestionó González, cuya molestia incluso recibió el apoyo de otros ediles, como Sandro Puebla (Ind. pro PS), quien calificó el decreto como "desastroso" y dijo que lamentaba el regreso de prácticas que él mismo había criticado en la gestión anterior.
Lejos de querer revertir el decreto, el municipio defendió las nuevas disposiciones y dijo que "será este reglamento acordado el que se utilice a partir de este año en la comuna", ya que supone nuevas exigencias de transparencia y probidad en la entrega de dinero público para las organizaciones".
Más allá de las soluciones que aplique el municipio para subsanar el conflicto que tiene entre manos, el hecho se transforma en un signo de que en la bancada de concejales la alcaldesa tiene una mayoría relativa, menos incondicional de la que gozó su antecesora. Esto es positivo, porque ha quedado demostrado que los municipios funcionan mejor cuando los ediles ejercen con determinación su labor de fiscalización de los actos alcaldicios, siempre que lo hagan de buena fe y sin el ánimo de construir diques de rechazo frente a cada propuesta municipal.
A contrapelo de este caso, los elogios a la gestión de la alcaldesa Ripamonti llegaron esta semana desde un lugar inesperado. El presidente de la Cámara de Comercio viñamarina, Rodrigo Rozas, alabó los tres operativos semanales que realizan Carabineros, personal municipal y otros servicios públicos para controlar a los vendedores ambulantes. Estas acciones, precisó, han permitido a los locatarios atender mejor a sus clientes, subir sus ventas y vivir con menos temor a la delincuencia. Sería un gran paso que otras comunas imiten la fórmula y la apliquen en sus calles.