"No existe la capacidad material para que todas las regiones apliquen sus propias leyes"
Como si de un manual de derecho de la descentralización se tratara, el profesor titular de derecho público de la Universidad Central, Benoît Delooz, explica que para entender mejor las formas de autonomía regional, primero hay que distinguir tres tipos de Estado: el unitario, donde el poder político reside en un solo centro y la misma ley rige para todo el territorio; el federal, que es la unión de diferentes regiones soberanas que entregan parte de su poder para construir un Estado mucho más grande que ellas mismas; y el regional que implica una descentralización política en la que las regiones se rigen bajo leyes propias.
A partir del trabajo de la Comisión de Forma de Estado de la Convención se viene debatiendo sobre la posibilidad real de que Chile se convierta en un Estado Regional. Se habló hasta de la parlamentarización de las regiones, idea que finalmente fue rechazada por el pleno, siendo reconvertida en Asambleas Regionales con atribuciones parecidas a la de los actuales Cores y con la posibilidad, lejana, de legislar.
Benoît Delooz, sin embargo, es crítico e interpreta esto como un cambio intrascendente que mantiene la estructura vigente, de un Estado Unitario que está a medias administrativamente descentralizado.
- Ud. sostuvo en su twitter que es una propuesta que no cambiará nada. ¿Por qué lo dice?
- Era necesario hacer esa precisión. Regularmente, escucho decir que Chile es un Estado Unitario centralizado y eso es completamente falso, pues Chile ya es un Estado Unitario descentralizado a partir del momento en que existen entidades territoriales. El único problema es que es un país muy poco descentralizado.
- Con el rechazo del pleno, lejos quedó la posibilidad de que las regiones tengan sus parlamentos propios. ¿Está bien que sea así?
- Es que un proceso de descentralización política real, al estilo español o italiano, no creo que sea factible para Chile, principalmente porque las regiones carecen de una masa crítica capaz de gobernarse, y de gestionar sus propios asuntos.
- Menos crear sus propias leyes.
- Podrían legislar y hasta adoptar nuevas leyes, la duda es cómo las pondrían en práctica. Creo que algo así no sería factible, porque no existe la capacidad material para que todas las regiones apliquen sus propias leyes.
- ¿Qué pasará con el Consejo Regional?
- Desde ahora se llamará Asamblea Regional, por lo que solo habrá un cambio de nombre. La palabra legislativa ya quedó excluida definitivamente. En el fondo será una asamblea regional con capacidad de administración, pero no de autogobierno.
- ¿Significa que las regiones no serán más autónomas que antes?
- No, porque la Comisión de Forma de Estado eliminó la palabra política y ahora solo hablan de autonomía administrativa y financiera, que tampoco tiene que ver con autonomía tributaria. En la práctica, en el texto aprobado por el Pleno de la Convención no hay nada de autonomía política.
- ¿Qué pasará, entonces, si se aprueba la Constitución?
- Si los cambios se adoptan tal como viene resolviendo el Pleno de la Convención, cuando se quieran poner en práctica a través de las leyes, los convencionales se van a dar cuenta de que las regiones no son tan autónomas como creían.
- Resulta un tanto paradójico
- Claro y es muy probable que las buenas intenciones de la comisión queden frustradas por un desconocimiento e incomprensión de las instituciones y de ciertos conceptos jurídicos. Si miramos las disposiciones adoptadas, hasta ahora, se trata solamente de un cambio de nombre a Estado Regional, pero Chile no está avanzando hacia un proceso de descentralización política. De hecho, seguirá siendo un Estado Unitario con descentralización administrativa. Las regiones, las comunas, los territorios indígenas y territorios especiales, a priori, sólo tendrán competencias administrativas.
- Pero la idea que predomina es que la Convención está descentralizando al país como nunca antes se hizo
- No lo creo. Si se lee con atención lo aprobado, se mantiene en la lógica de siempre. Peor aún, no se dice nada, por el momento, de las comunas autónomas. Mientras que la Constitución de 1980 le dedica varios artículos a las municipalidades, ahora nada de eso pasa, salvo algo que hay en torno al Consejo de Alcaldes y Alcaldesas, que en realidad no tiene ninguna relevancia jurídica.
- Es curioso porque he hablado con distintos alcaldes de la región, tanto de izquierda como derecha, y están felices con la autonomía comunal que propone la comisión.
- Entonces no se han enterado que las disposiciones relativas a las municipalidades son casi inexistentes en todo lo que ha sido aprobado hasta ahora. Hasta el momento, sólo se trata de las regiones. Como mucho se menciona la noción de comunas autónomas administrativamente que es algo que ya existe en este país.
- ¿Qué sentido tiene generar tantos cambios para, finalmente, mantener la estructura regional tal como está?
- Creo que se engaña a la gente al decir que se avanza hacia un Estado Regional cuando, en la práctica, no es más que un proceso de descentralización administrativa. No debería dar vergüenza reconocer que Chile es un Estado Unitario que ya está descentralizado administrativamente. Pero, para los convencionales, hablar de Estado Regional es como una suerte de encantación o deseo piadoso. Los convencionales tienen que reconocer que están reescribiendo el Estado Unitario y no construyendo un Estado Regional. Tienen que explicar que no se puede llegar hasta ese límite porque, además, la idea fue rechazada por el pleno.
- ¿Deben dejar de usar conceptos que en la práctica resultarán impotentes?
- Les pido que sean un poco más sobrios sobre varios puntos. Aun siendo sobrios, es posible avanzar en una descentralización efectiva.
- ¿Por ejemplo?
-Perfectamente se podrían garantizar recursos financieros y fondos de compensación en la nueva Constitución. Dejar escrito que un determinado porcentaje del PIB anual será redistribuido en las regiones autónomas, comunas autónomas, autonomías territoriales indígenas y territorios especiales. Insisto en que no hay que olvidar a las municipalidades en este tema.
- En cuanto a la capacidad regional de legislar ¿De qué forma las regiones pueden tener más independencia sin caer en la parlamentarización?
- El pleno de la Convención Constitucional acaba de aprobar la posibilidad de que las regiones puedan solicitar al Congreso la transferencia de potestad legislativa, en materias de interés para la Región Autónoma respectiva, en conformidad a la ley. Eso es una posibilidad, pero existen muchas otras como permitir una aplicación diferenciada de las leyes sobre un territorio dado o, también, permitir derogar algunas leyes o reglamentos, como lo prevé, entre otras, la Constitución francesa. Incluso, se les podría permitir derogar leyes durante un cierto tiempo. Son varias las posibilidades para que las regiones puedan adaptar la ley nacional a su territorio. Nada de esto significa entregar potestades legislativas.
- Hay una iniciativa que busca crear dos nuevas regiones ¿Es esa una buena medida pensando en fortalecer la masa crítica territorial?
- Pienso que esto no es un problema constitucional sino de desconocimiento de lo que hay afuera. La tendencia internacional va en la línea de la creación de macroregiones. Además, la importancia de las macroregiones es que pueden ser capaces de competir a nivel internacional. Si te fijas, la tendencia es delimitar para tener regiones mucho más grandes, mientras que Chile hace todo lo contrario.
¿Mientras más extensas sean las regiones, mayor será su capacidad de autonomía?
- Si en vez tener dieciocho regiones, como proponen, generáramos una división de solo ocho regiones, ahí recién podríamos pensar en un Estado Regional, porque la materia prima estaría. En lugar de crear regiones potentes y con capacidad de autogobierno, las regiones cada vez son más pequeñas. Es una manera implícita de impedir, a la larga, una regionalización política como corresponde.
"Creo que se engaña a la gente al decir que se avanza hacia un Estado Regional cuando, en la práctica, no es más que un proceso de descentralización administrativa".
"Si miramos las disposiciones adoptadas, hasta ahora, se trata solamente de un cambio de nombre a Estado Regional, pero Chile no está avanzando hacia un proceso de descentralización política".