Es tal el desorden en el Gobierno Regional que aún no han podido nombrarse a las nuevas autoridades que estarán a cargo de las representaciones de la administración central en la región. Solo se han podido dar a conocer dos nombramientos: Salud y Educación. En el primero asumió el doctor Mario Parada, de la UV. En el segundo caso, en tanto, causó gran extrañeza que se nombrara a la hornopirenina Romina Maragaño (CS), quien aún enfrenta un sumario en la Municipalidad de Valparaíso por desórdenes administrativos y de ingresos en el Estadio O'Higgins, en el cual todos coinciden en que el pronóstico es reservado, lo que podría generar otro impasse más en la instalación.

De hecho, el alcalde Jorge Sharp no solo hizo ver su malestar frente a este nombramiento, tanto al gobernador regional, Rodrigo Mundaca, como a la delegada presidencial, Sofía González. También se hizo presente en Santiago con su reclamo, pues considera que fue una torpeza exponer a Maragaño, ya que en las próximas semanas sabremos su desenlace y él no puede garantizar que sea favorable a su excolaboradora.

Pero quien está metido en un zapato chino es el gobernador Mundaca, pues los números no le dan y sus compromisos están viéndose comprometidos, ya que le comunicaron que la seremi del Trabajo no será para sus filas. Cabe mencionar que él ahí estaba apuntando a dejar a la presidenta regional de los empleados fiscales ANEF, Mabel Zúñiga, como titular de la cartera. Si bien es cierto que a ella se le vincula a Revolución Democrática, el partido no ha mostrado mucho interés por defender su nombre. Por lo mismo, Mundaca siente que está en deuda con Zúñiga tras su bajo y nulo apoyo electoral en la última elección parlamentaria, en la cual la dirigenta se quejó amargamente del abandono que sintió por parte de su amigo, hoy gobernador regional.

Otra complicación que se suma a la anterior, es que su apuesta por tener la Seremi del Medio Ambiente se vio truncada, pues esa repartición le fue otorgada a Revolución Democrática; mientras que a Mundaca la de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Por ello ha tratado infructuosamente que su amigo el diputado Jorge Brito le permita hacer una especie de "enroque", lo que se ha visto imposibilitado, pues a RD no le interesaría para nada esta última cartera y se habría interesado decididamente en Medio Ambiente, principalmente por la exposición que ésta tiene.

Por otra parte, el Partido Socialista ha podido ver cómo una de sus cartas, la abogada Susana Calderón, está próxima a ser designada como seremi del Trabajo, concretando así un anhelo del sector de la senadora Isabel Allende, a través de su jefe de gabinete, Leonardo Jorquera. Es más, el lunes 28, cerraron el acuerdo con la delegada presidencial. Calderón fue clave para la lista del PS, ya que sin ella el actual diputado Tomás de Rementería no hubiera salido electo. Solo la sumatoria de ambos le permitió al abogado socialista llegar al Parlamento.

Pero lo que no le ha resultado al diputado De Rementería, es la confirmación de su esposa, María José Escobar, como titular de Justicia y Derechos Humanos en nuestra región. Incluso se ha llegado a decir que existiría una suerte de "veto" para los parlamentarios que traten de proponer a algún familiar en el Gobierno.

Por parte del Partido Radical dan por descontado que Marcelo Merino será el nuevo seremi de Minería, por cuanto ya se lo comunicó la ministra Marcela Hernando, del mismo partido. Es importante mencionar que Merino ha sido un histórico trabajador de Sernageomin, incursionando en varias malogradas campañas electorales. Por otra parte, su correligionario, Wladimir Rendic, batalla activamente por ser el nuevo seremi de Deportes, pero al gestor deportivo se le ha complicado el panorama con los rumores de que la famosa atleta olímpica, destacada lanzadora de la bala y, asimismo, sanfelipeña, Natalia Duco, estaría siendo tentada para asumir esta repartición. Finalmente, ¿habrá un deportista seremi de Deportes? No te-cleo, como le dijo el chino al piano.

Ajedrez de seremis

Si existe una rama de la filosofía en la que gobierna algo parecido al caos, esta es la filosofía de la mente. Si ya es difícil pacificar a los filósofos profesionales en algunas áreas o disciplinas con un derrotero relativamente consolidado (epistemología, ontología, lógica, ética), el caso de la filosofía de la mente es singular: es tal la diversidad de teorías en torno a los que serían sus problemas, que un observador externo, razonable e imparcial no encontraría manera de arribar a una sola conclusión más o menos sólida y exenta de conjeturas.

¿Qué es la mente? ¿Es una entidad distinta del cuerpo físico? Y si es el caso, ¿dónde se encuentra? ¿Existe algún tipo de interacción o relación causal entre la mente y el cuerpo? ¿Son reducibles los fenómenos mentales a una cierta actividad al interior del cerebro?

Para empeorar las cosas, una investigación acerca de lo mental conlleva el análisis de una serie de conceptos relacionados altamente complejos: ¿Qué es la conciencia? ¿Y las emociones, deseos, sentimientos e ideas? ¿Cuál es la naturaleza de la percepción, la intencionalidad, el razonamiento, la decisión, las creencias, la voluntad, la memoria, la imaginación y la inteligencia? ¿Hay algo así como una "inteligencia" animal o vegetal?

Los filósofos contemporáneos suelen dividir el estudio de los problemas asociados a esta disciplina en dos grandes áreas: a) La primera se ocuparía de los problemas clásicos relacionados con la sensación y la percepción, esto es, la recepción por parte de la mente de las cosas de este mundo; b) La segunda se relaciona con la volición y ha dado lugar a lo que se denomina "filosofía de la acción", que se aboca al análisis de la intención, el deseo, la voluntad, las creencias y otros conceptos asociados a la conducta y la toma de decisiones.

Asimismo, existe una fuerte tendencia de asociar los problemas filosóficos de la relación mente-cuerpo a fenómenos que ocurren o tienen lugar en el o al interior del cerebro, de manera que mientras más conozcamos sobre el funcionamiento del cerebro más rápidamente se disiparán estos escollos. Es la fe ciega y dogmática de que la progresión de la ciencia (de la neurociencia) "disolverá" en algún momento los problemas aparentes de la filosofía de la mente.

Como humanidad hemos arribado a la luna, puesto en órbita la Estación Espacial Internacional y enviado sondas no tripuladas a planetas tan lejanos como Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Además, hemos diseñado telescopios cada vez más sofisticados y complejos, que nos permiten observar de primera mano estrellas, agujeros negros, asteroides, cuásares, planetas y otros cuerpos celestes situados a millones de años luz de la Tierra, incluso más allá del sistema solar.

Sin embargo, puede que la pregunta más importante de todas esté en nuestro interior. Como la canción de la banda estadounidense Pixies: "¿Where is my mind?".